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Powell Insomniac  

Powell

Insomniac / Should’ve been a drummer

XL

8

Techno Bruto

Vidal Romero

 

Cuando comenzó a trabajar en “Insomniac”, el productor británico Oscar Powell decidió que era un buen momento para rendir homenaje a dos de sus bandas preferidas, Big Black y Suicide. Lo que no se imaginaba es que, cuando le escribió a Steve Albini para contarle lo mucho que su música había significado para él, y preguntarle si podía utilizar un sample de su banda como parte del tema en el que estaba trabajando, el productor de Chicago le iba a responder como un auténtico troll. “Siempre he detestado la música de baile mecanizada, su simplicidad estúpida, los clubes en los que se pincha, la gente que va a esos clubes, las drogas que toman, las mierdas acerca de las que hablan, las ropas que llevan puestas, las batallas que tienen entre ellos… básicamente todo lo que la rodea, la odio al cien por cien”. Eso sí, quizás también para demostrar que en el fondo de su pecho late un corazoncito, también le dio permiso para utilizar el dichoso sample. “Eres bienvenido a hacer lo que te de la gana con cualquier cosa grabada por mí en la que hayas puesto tus manos. No te preocupes. Disfruta”.

 

Lejos de enfadarse con semejante respuesta, Powell convenció a su sello de que sería una gran idea utilizar ese correo electrónico como herramienta de promoción, imprimiéndola en una valla publicitaria de gran tamaño en el centro de Londres, y usándolo como base para un video que es pura epilepsia. Eso sí, todo ese sentido del humor se desvanece en cuanto uno pincha el tema de la polémica y aparecen esos ritmos agresivos, esa perpetua cortina de distorsión y ruido blanco que es marca de la casa Powell (y también de Big Black, claro). Un magma electrónico rasposo como un papel de lija de grano grueso, repleto de tensión y de mala leche, en el que las voces de Albini resultan, casi, lo más amable de todo.

 

En cuanto a “Should’ve been a drummer”, el tema que ocupa la otra cara del maxi, la influencia de Suicide se nota sobre todo en la construcción del ritmo básico, que es sencillo y directo, casi como si alguien se hubiera dejado la caja de ritmos encendida por accidente. Que luego aparezcan por encima todo tipo de perversiones digitales, bajos con regusto ácido y esputos de distorsión lanzados a lo bruto es, claro, inevitable. ¿Lo mejor de todo? Que si Albini se tomara la molestia de escuchar el maxi, posiblemente hasta le gustaría.

 

Vidal Romero

Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.

 

vidal@blisstopic.com