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Spider-Man: HomecomingJon WattsEEUU, 2017 7,7 |
¿Es una araña radioactiva? ¿Es un actor sobrevalorado? ¿Es un adolescente furioso? Nahh, es él: tu amigo y vecino Spider-Man, que al fin trepa por la pantalla como siempre habíamos deseado.
Si eres alguien normal, pero atiendes mínimamente a la cartelera, dirás: "¿Otra vez, Spider-Man?". Si eres un freaky consumado, soltarás aliviado: "Por fin, Spider-Man vuelve a su casa, Marvel". La gran diferencia entre esta enésima traslación a la pantalla de las andanzas de Peter Parker en leotardos azules y rojos y las pelis que Spider-Man ha protagonizado en los últimos lustros, es que por primera vez asistimos a las hazañas del trepamuros embebido en el Universo Marvel que le vio nacer, y no como un ente alienado y aparte, como pasaba en las recientes producciones de Sony. Aunque claro, hay otras mejoras, más asequibles para el público general, como el tono de este reboot de Marvel Studios, mucho más acertado y saludable: "Spider-Man: Homecoming" es pura comedia adolescente con extra de queso superheroico, un divertimento a todo color con renovados aires de vitalidad, donde Tom Holland eleva por los aires al ingenioso personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko en 1962.
Para hacernos sentir cómodos de buenas a primeras, nada como la intro de esta peli, una pieza de vídeo-blogger donde el bueno de Peter nos ofrece desde el móvil su perspectiva alucinada de la batalla entre héroes de "Captain America: Civil War". Esa secuencia inicial hilarante y desacomplejada, aderezada con la vieja sintonía de los dibujos de Spidey, hace que hasta el más despistado entienda desde el principio la naturaleza casual y episódica de este Spider-Man. Aquí no queda ni rastro de todo lo que ya sabemos del lanzarredes (y nos han machacado mil veces): nada sobre la muerte de tío Ben, nada de la picadura de la araña radioactiva, y nadie repitiendo hasta la saciedad y con reverb desesperante aquello de: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad".
"Spider-Man: Homecoming" no es una película con aspiraciones grandilocuentes, y eso es precisamente lo que la hace grande. Sus dos horas largas pasan como un suspiro, y se devoran como un viejo tebeo de grapas, con la sensación de que estamos pasando las viñetas de otra aventura del personaje. Ese aire de sencilla cinta de serie B, de episodio entre episodios, favorece mucho a la dinámica de la aventura, y facilita que la trama vaya ganando puntos con cada salto.
Igual que acostumbra a hacer en sus cómics, en Marvel se han mostrado muy atentos al mercado de talentos para fichar un autor menor, y dar rienda suelta a sus capacidades. El director de Colorado Jon Watts, que hace un par de años nos enamoró con aquella sencilla maravilla titulada "Cop car", sabe darle toda la potencia teen a un argumento sencillo, pero infalible. Con el baile de fin de curso del instituto como perfecto clímax en el horizonte, Watts pone en danza una oleada de guiños y gags oportunísimos, para servirnos la clásica historia de aprendizaje, donde el joven Peter Parker tendrá que contener la emoción y soportar el sopor de las aulas después de vestir por primera vez su traje de súper-héroe y codearse con big names de la talla del Capitán América o Iron Man.
Las cartas que maneja la trama de "Spider-Man: Homecoming" no pueden ser más simples y efectivas: el pulso de comedia juvenil ochentera; un villano de medio pelo, El Buitre, al que Michael Keaton se entrega de manera sensacional, engrosando su lista de hombres-pájaro (en este caso, de mal agüero, claro); la mezcla cómplice de humor y súper-acción, más la chica de la clase que arranca suspiros por los pasillos del cole, y (comentario para freaks) el perfecto engranaje del multicultural universo Ultimate de Miles Morales, el Spider-Man hispano, con el dramatis personae clásico del personaje.

¿Qué nos queda? Ah, sí: el sagrado cameo de Stan Lee, las intervenciones del omnipresente Robert Downey Jr., tal vez algún otro cameo sorpresa, y las escenas de los créditos finales. Pero bueno, ¿no pretenderás que te lo cuente y valore todo, ehh?
Con el diáfano horizonte cósmico de "Thor: Ragnarok" y "Avengers: Infinity War" en perspectiva, "Spider-Man: Homecoming" propone un delicioso balanceo por el barrio con el súperhéroe de toda la vida, ideal para neófitos y acólitos. Solo tienes que estirar el brazo, apretar el lanzarredes, y dejarte llevar.

Albert Fernández
En el desorden de los años, Albert Fernández ha escrito renglones torcidos en publicaciones como Mondo Sonoro, Guía del Ocio o Go Mag, tiempo en el que ha tenido oportunidad de ir de tapas con Frank Black o escuchar a Patrick Wolf bostezar por teléfono. Además, ha sido jefe de redacción de las secciones culturales de H Magazine, y ha aportado imaginación tras los micrófonos de Onda Cero, Cadena Ser y Scanner FM, donde facturó la sitcom musical de creación propia “2 Rooms”. Aunque sabe que no hay lugar mejor que aquel de donde viene, a Albert no le hubiera importado nacer en Gotham City o en el planeta Dagobah. Con tendencia a la hipérbole y a la imaginación desatada, Albert sigue buscando el acorde que dé la vuelta a sus días.
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