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GravityAlfonso CuarónEstados Unidos, 2013 9,5Ciencia-ficción |
Leía en una entrevista en El Mundo del director mejicano Alfonso Cuarón que no le preocupaba su lugar en la historia del cine, sino que alguna de sus películas pudiera perdurar en el tiempo. Antes de “Gravity”, Cuarón ya se había ganado un puesto más o menos honorífico en la historia del cine al haber dotado de espíritu a una de sus sagas más longevas (nos referimos a Harry Potter: el mejicano rodó su tercer capítulo, “Harry Potter y el Prisionero de Azkaban”, y Mike Newell, primero, y David Yates, después, copiaron su buena factura) o haber rodado una de las diez mejores películas distópicas de la historia del cine hasta la fecha (“Hijos de los hombres”). Pero seguramente será “Gravity” la película que perdurará en la memoria de todos los cinéfilos.
Porque “Gravity” es cine con mayúsculas. No creo que “reinvente” el cine, como muchos críticos han definido, pero sí que sea adueña de uno de los primeros axiomas de la historia del séptimo arte: sorprender al espectador. “Gravity” es como aquella “Llegada de un tren a la estación de la Ciotat”, una sorpresa, un punto y apante y un increíble titán visual sin ningún fallo. Un impresionante espectáculo audiovisual en el que Cuarón toma buena nota de los mejores prestidigitadores de la historia del cine: Welles, Kubrick, Hitchcock, De Palma y Spielberg para facturar un trepidante thriller espacial que, literalmente, es capaz de dejarte sin aliento.
Todo los detalles cinematográficos en “Gravity” son de altura: gran parte de la película está construida sobre larguísimos planos secuencia, el inteligente uso del 3D (hay mil ejemplos: pero me quedo con esas lágrimas flotantes, el sumun del cine más emocional) o el gran juego de sorpresas con el sonido (si, es cierto, en el espacio nadie puede escuchar tus gritos, ni las explosiones… pero Cuarón, como Spielberg, es capaz de hacerte sentir angustia jugando con la ausencia de sonido o coreografiando estruendosas explosiones). Cuarón no abusa de sus hallazgos visuales, sino que es capaz de integrarlos en una sinfonía angustiosa sobre dos personas que intentan sobrevivir a un accidente mortal en órbita alrededor de la Tierra.
Pero “Gravity” no es sólo un thriller espacial perfectamente ejecutado y coreografiado, también es una película inteligente que juega con los sentimientos del espectador. Intento escribir este texto sin soltar ningún spoiler, pero cayéndome mal los dos actores de la función, Sandra Bullock y George Clooney, creo que los dos están perfectos en su papel. Porque el personaje de la Doctora Ryan Stone es uno de esos regalos que algunos actores reciben muy de vez en cuando, un tour de forcé interpretativo que la siempre poco efectiva Bullock aprueba con notable alto y con el que seguramente recogerá el año que viene su segunda estatuilla.

Manu González
Hizo su primer trabajo periodístico entrevistando a Derrick May por fax en 1995 para la desaparecida revista aB. Desde entonces, este natural de Hospitalet de Llobregat (1974) ha colaborado en publicaciones como Qué Leer (donde se encarga de la sección de cómic), Guía del Ocio BCN, Playground Mag, Revista Trama, EnBarcelona Magazine, Terra Gum, Hoy Empieza Todo (RNE 3), Agenda San Miguel o los catálogos del Festival Sónar 1997 y el Festival Doctor Music 1998. Experto en cómic y literatura fantástica, ha colaborado con editoriales como RBA, Random House Mondadori y Círculo de Lectores. Pero sobre todo es conocido por haber sido el Jefe de redacción de la revista Go Mag desde mayo de 2001 hasta su último número en junio de 2013.