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PerdidaDavid FincherEstados Unidos, 2014 9
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Después de llevar a la gran pantalla el libro “Multimillonarios por accidente” de Ben Mezrich en “La Red Social” y “Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres” de Stieg Larsson, un remake de la versión sueca de 2009, David Fincher regresa al thriller adaptando, esta vez, la novela homónima de la escritora y periodista americana Gillian Flynn (también guionista del film) que parte de una trama criminal para hacer una corrosiva y demoledora disección del matrimonio.
El responsable de algunos de los títulos clave del cine contemporáneo (“Seven”, "El club de la lucha”, “Zodiac”, "El curioso caso de Benjamin Button”) vuelve a dar en el clavo y confirma lo que ya es un hecho. Fincher no tiene una película mala. Es difícil hablar de “Perdida” por los constantes giros de guion, golpes de efecto y sorpresas inesperadas que hay en ella. Todo empieza el día en que una pareja se dispone a celebrar su quinto aniversario de bodas. Pero la mujer desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. A medida que la investigación policial avanza las sospechas recaen sobre su marido a pesar de que él insiste en su inocencia. Si bien el arranque es, a priori, bastante convencional, todo lo que sigue, no sólo es imprevisible, sino que además se convierte en un intrincado, cínico y mordaz estudio sobre el matrimonio y, a la vez, una fría y descarnada metáfora de lo que solemos llamar “nuestra media naranja”.
“Perdida” es una investigación policial que se nos cuenta a través de las dos voces implicadas, la de él y la de ella, y donde lo más importante no es, paradójicamente, su intriga, sino todo lo demás, como por ejemplo el comportamiento de la gente, la visión y psicología de las relaciones de pareja, las estrategias de seducción, el papel de los medios de comunicación, el peso de la opinión pública y cómo percibimos y se nos manipula la realidad. Pero también habla de la delgada línea entre el amor y el odio, la felicidad y la desgracia.
Aunque la carrera de Fincher ha recorrido diversos géneros, esta es la sexta vez que se decanta por el thriller. Desde que debutó con “Alien 3” en 1992, el director norteamericano no ha dejado de deslumbrarnos con sus películas. Si en “La Red Social”, en la que se nos explicaba los inicios de Facebook, era capaz de dejar el cine de género para pasar a ser un auténtico cronista de nuestro tiempo, en el que convertía el retrato de una ambición personal en toda una radiografía de la sociedad americana, educada en la creencia de que lo más importante es competir para llegar a lo más alto, aquí aúna lo mejor de una película de misterio con una compleja sátira sobre las relaciones conyugales. Y, como quien no quiere la cosa, lo sitúa todo en un escenario marcado por la recesión económica.
“Perdida” confirma a su director como uno de los cineastas de Hollywood más eficaces de la actualidad. Un argumento oscuro y retorcido, un diseño de producción muy cuidado, un buen manejo de la tensión y el tempo narrativo, un minucioso trabajo de sonido, una magnífica banda sonora (de la mano de Trent Reznor y Atticus Ross) y un acierto total en el casting, redondean una obra mayúscula, aunque carezca de las virguerías visuales a las que nos suele tener acostumbrados. Ben Affleck, encarna un tipo egoísta y distante. Su habitual falta de expresividad lo hace perfecto para el personaje. Pero, fundamentalmente, y cómo dice el título, la película le pertenece a ella, una camaleónica, magnética y rubia Rosamund Pinke que habría hecho las delicias de Hitchcock.
La película atrapa, pese a los 147 minutos. Pocas veces un thriller se había convertido en un instrumento tan preciso para hablar tan abiertamente y sin pudor del amor, la muerte, la honestidad, el poder, el narcicismo, el compromiso y las relaciones conyugales, aunque todo esto sea llevado al extremo de lo improbable. Las cosas no son siempre como parecen y en manos de Fincher todavía menos. “Perdida” es perversa, inquietante y extrema. Cojan un poco de “Instinto básico” de Paul Verhoeven, de “Doble cuerpo” y “Vestida para matar” de Brian De Palma, de “Eyes Wide Shut” de Stanley Kubrick, con algo de “Psicosis” y “Vértigo” de Alfred Hitchcock e incluso de “Secretos de un matrimonio” de Ingmar Bergman. Ni con eso se pueden llegar a hacer una idea de lo que es capaz Fincher porque antes no se había visto nada igual. Te sacude, te desafía, te descoloca. “Perdida” es divertida y horrible a la vez pero, por encima de todo, es una auténtica lección magistral.

Marta Armengou
Marta Armengou (Barcelona, 1976). Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Ramon Llull. Crítica de cine. Llevo 15 años trabajando en el ámbito de la cultura en general y del cine en particular. Actualmente, dirijo el programa cinematográfico "La Cartellera" de BTV. Durante cinco años fui Jefa de Cultura de los Informativos de Localia TV. También he ejercido de redactora en diversas publicaciones y de realizadora y guionista de programas para TVC o La2.