Benjamin Clementine en Barcelona
22/11/2016, Palau de la Música, Barcelona
7,5
Tras la anulación de su anterior concierto en el festival Grec la expectación creada por la visita de Benjamin Clementine al Palau de la Música era máxima. Con un público deseoso y convencido de antemano, el inglés de aires franceses se presentó en formato de trío; piano, violonchelo y batería, con la intención de sacarle todo el jugo a su estupendo debut, “At least for now”. Silencio sepulcral ante sus movimientos, solamente roto por los aplausos o comentarios de admiración. Clementine quiere jugar en las ligas mayores, al lado de gente como Antony y Rufus Wainwright, y como ellos flirtea con la grandilocuencia y el melodrama, insuflando a sus temas cierta teatralidad y dramatismo de superproducción hollywoodiense, algo que le funciona a las mil maravillas, tan solo hemos de remitirnos al inicio con “Winston Churchill's Boy” o a los momentos álgidos de “Adios” o “Nemesis”.
Encantado, parece ser, de verse rodeado de las figuras de las musas que decoran el escenario el Palau Clementine utilizó el poco castellano que conoce para romper el hielo (apenas una capa de milímetros de grosor) con la audiencia. “Cornerstone” y “London” devolvieron la emotividad a las tablas e incluso hubo tiempo para versionar a Nick Drake (“River man”) y rodar algunos temas nuevos sobre el escenario, acabando el concierto ya en los bises estirando “The people and I” quizás en exceso. El del martes fue sin duda un buen concierto de Clementine plagado de momentos sobresalientes pero con detalles todavía por pulir si quiere conseguir jugar en esas ligas mayores de las que hablábamos antes, una mayor amplitud de repertorio (las canciones de su debut se muestran consistentes, pero le falta algo más de minutaje para construir un setlist redondo y sin fisuras) y aprender a repartir la intensidad a lo largo del concierto, los primeros minutos de sus actuaciones suelen ser de gran intensidad, para luego oscilar abajo y arriba durante todo el concierto, creándose al principio unas expectativas que no siempre pueden verse cumplidas.

Javier Burgueño
Javier Burgueño pasó su juventud en el Vallés Oriental (Barcelona) donde se inició en esto de la crítica presentando y coordinando un programa musical de la televisión de su pueblo durante la bendita locura analógica de las televisiones locales de principios de los 90 (asegura que ya no quedan copias de los programas, se encargó personalmente de ello una noche de verano). El experimento fue divertido y dejó un poso latente que volvió a aflorar con el cambio de siglo cuando empezó a colaborar asiduamente con la web del programa de radio madrileño “El otro lado del telescopio” y más tarde con www.pinypondjs.com. Ha sido colaborador de Go Mag desde el 2007 hasta su desaparición de los quioscos el pasado junio de 2013.