Nothing en Barcelona
05/10/2016, La [2] de Apolo, Barcelona
6,5
Óscar Casalles
Fotos Rosario López
Nothing, el cuarteto de shoegaze de Philadelphia, visitó de nuevo La [2] de Apolo de Barcelona, la misma sala que los acogió hace casi dos años en su primera visita a la ciudad dentro de la programación del Primavera Club. Si en aquella ocasión nos presentaron el sorprendente “Guilty of Everything”, ahora tocaba hacer lo mismo con su aclamado segundo largo titulado “Tired of Tomorrow” editado nuevamente por Relapse Records. Durante el tiempo transcurrido entre un disco y el otro la banda pasó por momentos muy difíciles como el fallecimiento de varios familiares o problemas con su management, que por suerte no afectaron negativamente a las nuevas canciones. Su líder Domenic Palermo ha vuelto a demostrar que se mueve como pez en el agua en el estudio de grabación, sabiéndose rodear de excelentes técnicos y productores y consiguiendo así facturar discos redondos. Por desgracia, tal como comprobamos en su anterior gira, poder llevar esos discos al directo luego es ya otra cosa.
Los ingleses Fear of Men abrieron la noche con su dream pop pegadizo con algunas connotaciones a The Cranberries en la voz de su cantante Jess Weiss. Estuvieron solventes y entretenidos dentro de lo pausado de su propuesta.
La melancólica “Tired of Tomorrow”, que da título a su último trabajo, sirvió de intro para que Palermo y los suyos salieran al escenario sin apenas luz. La banda la completaba el guitarrista y vocalista Brandon Setta, el batería Kyle Kimball y un nuevo bajista incorporado recientemente a la banda sustituyendo a Nick Bassett. Unos acoples de guitarra en bucle dieron paso a una “Fever Queen”, que comenzó con un sonido regular y unos evidentes problemas de ejecución que serían una constante durante casi todo el concierto. Sonaron temas con solera como “Chloroform” o la contundente “July the Fourth”, de un antiguo Split, y otros nuevos, como “Vertigo Flowers”, la atmosférica “The Dead are Dumb”, “Eaten by Worms” o la delicada “Our Plague”. Domenic estuvo muy simpático y comunicativo durante toda la actuación, quizá demasiado: los excesivos parones y charlas entre tema y tema no ayudaron mucho a que el público se metiera de lleno en el concierto. Intentó varias veces, sin suerte, motivar al personal bajando torpemente a la pista, pero daba la sensación que el ritmo del concierto ya estaba roto por completo. Hubo algunos destellos como su himno “ADC”, o la preciosista “B&E”, de su anterior trabajo, que sí sonaron redondas. La velada finalizó con su nuevo single, “Curse of the Sun”, dejando un sabor agridulce ante la gran noche que se esperaba y que no acabo de ser.

Redacción
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