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Chris Brokaw en Barcelona

28/01/2014, Heliogàbal, Barcelona

8

 

Pato Smith

Fotos Jordi Vidal

 

La nueva visita a tierras peninsulares de Chris Brokaw, miembro de grupos históricos de la escena independiente norteamericana como son Come, Codeine o The New Year ha resultado generosa, tanto en lo geográfico, con hasta 15 ciudades bañadas en su guitarra, como en lo musical, con un repaso intenso e intensivo a toda su hiperactiva y variada discografía.

 

Como en el resto de localizaciones, en el Heliogàbal de Barcelona rompía el hielo la singularidad naif del aragonés Kim Fasticks, cuya propuesta se mueve cómoda en la confusión de géneros, con números folk surreales e ironías precocinadas a base de electrónica doméstica que harían moverse de gozo al Beck de “One foot in the Grave”, al Leonard Cohen de “Popular Problems” o al Albert Pla de... Albert Pla. Puro atrevimiento escénico y sonoro que encontró respuesta en la actuación de Brokaw, pulsada y contundente (la cantidad de pedales dispuestos en el clásico rincón del bar de Gràcia nos había puesto en preaviso). El neoyorquino fondeó tanto en el clásico rock norteamericano, con la inicial “X’s for eyes”, de su álbum “Incredible Love” (2005), “Into the woods” o “Danny Borracho” (con la que finalizaría el concierto) del álbum “Gambler’s Ecstasy” (2012), el trabajo al que más acudió el neoyorquino durante toda la velada, como en las delicadas melodías pop con “Crooked” o “She’s a fucking angel”, procedente de The Martha’s Vineyard Ferries, una de sus bandas satelitales, así como en ese nomadismo folk y desnudo al que tanto gusta de acudir, como con “Hills” (de su cassette “I Ace Sociopathic King”), “Stagger Lee”, o las instrumentales procedentes de la banda sonora de “Now, Forager”, las cuales nos trasladaron al imaginario desértico de Wim Wenders y Ry Cooder en “Paris, Texas”. Y por si todo ello no fuera suficiente, Brokaw también se propuso levantar algún que otro muro sónico en el que atrapar a los asistentes, con el eco y la belleza plástica de “Richard and Vanessa in the box”, o extensos momentos de feedbak y puro noise, a caballo entre Earth o Crazy Horse. Y todo funcionó de forma milagrosamente humana, incluso las versiones a las que acudió para completar un set precioso. No pierdan el tiempo y busquen: hay mucho donde elegir en la noche.

 

Redacción

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