NUDO’18 Crónica 01
Willkommen, bienvenus, welcome!
Texto y fotos Santiago García Tirado
El festival NUDO-Poesía visual echó a andar en su primer día con actuaciones de nivel y un público coherente. Coherente con la poesía –se consumieron las reservas de Moritz– y con el espectáculo –no dejaron de agradecer a los artistas los numerosos momentos brillantes que desplegaron–. Era jueves, y había espíritu. Miscelánea (Calle Guàrdia, 10, Raval, BCN) había preparado una sala apetitosa y hasta un tenue silbido en el micro habría sido suficiente para detonar la fiesta. Ocurrió. Se cumplieron expectativas. Y con la poesía en el origen de todo. Poesía.
La primera intervención correspondió a Lola López Cózar, que presentó una propuesta videopoética llena de momentos marcadamente íntimos sobre textos de aire confidencial. Con un lenguaje visual grabado en entornos cotidianos y con una técnica que resaltaba lo retro, la textura resultante emanaba calidez. Acompañaba la música, con alternancia de jazz y de house –a veces rozando lo melifluo, todo hay que decirlo– con un resultado adecuado al tipo de poesía que se recita entre susurros, en tono menor.
La alternativa llegó con la aparición de Gonzalo Escarpa, que hizo gala ostentosa de su romance con el micro. De allí sacó gemidos, grititos, gritazos a voz en cuello, deletreó, tergiversó e incluso engulló un blister completo de esponjas cuando se puso a recitar a Lope. Escribe con desparpajo y sabe hincar el verbo para que salga sangre, o lágrima, o lo que sea en el cuerpo capaz de transportar alguna forma de sensibilidad al enfrentarse a un mundo idiotizado y salvaje como este. Es, también, un gran actor Escarpa, de hecho sus cualidades como autor y actor entran progresivamente en pugna por decidir quién se lleva la palma. El público lo agradece y acaba entregado. Sabe explotar el humor, incluso cuando se trata de improvisar alguna parrafada entre texto y texo. Digamos que es lo más parecido a una Stand up poetry, versión original.
Hubo espacio para la ternura. Vino en el homenaje al humanísimo Oliverio Girondo, para el que hubo guitarra en directo a cargo de Jonathan Botas, arropando a un grupo de poetas y afiliados del sindicato del poeta argentino. Recitaron algunos de sus mejores poemas entre Edgardo Dobry, Verónica Nieto, Gonzalo Escarpa -que repitió-, Aleko Capilouto, e incluso la directora, Carmen Berasategui, que se atrevió con el hiperfamoso “Amor, amor” de Girondo. El artista conocido como Feliciano dibujó en directo un retrato preñado de alusiones. El coro final de despedida “girando, Girondo” fue un derroche de devoción –merecido– por el argentino.
El intermedio improvisado corrió a cargo de Eduardo Malinowski, muy conocido de los habituales de las Ramblas. Allí tuvo durante años su puesto de poesía en directo, junto a dibujantes y caricaturistas.
La recta final fue un órdago de vanguardia conceptual a cargo de VOC·DAT, el trío en el que crean Alicia García Núñez, Daniel Álvarez y Ángela Gemio. Lo suyo es investigar las sinergias entre imagen, sonido y consignas feministas con un resultado siempre provocador y potente. Vídeo, improvisación a partir de sonidos reales y voz se apropian del escenario para generar una dimensión a caballo entre lo analógico y lo virtual. Y lo mejor es que funciona.

Santiago García Tirado
Soñó con llevar subliminalmente en su DNI una cifra capaz de avivar el deseo, pero llegó al mundo en 1967, con dos años de antelación para la fecha correcta; desde entonces no ha hecho más que constatar que siempre estuvo (contra su voluntad) en el tiempo equivocado para ser cool. Con empeño, y en contra de la opinión de las hordas hipsters internacionales, ha llegado sin embargo a crear la web PeriodicoIrreverentes.org, y colaborar en Micro-Revista, Sigueleyendo, Quimera y Todos somos sospechosos, de Radio 3. Sus últimas obras de ficción son “Todas las tardes café” (2009, relatos) y “La balada de Eleanora Aguirre” (2012, novela). En 2014 verá la luz su novela “Constantes Cósmicas del Caos”, con la que espera coronar su abnegada labor en beneficio de la entropía universal.