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Vinicio Capossela

Fronteras ancestrales

 

Javier Burgueño 

 

Crooner, bufón, showman, cantante, escritor, actor, sin duda Vinicio Capossela es un artista polifacético. Tras una larga gestación el año pasado editó “Canzoni della cupa”, un disco doble , que presentará el lunes 10 de julio en Barcelona dentro del Grec festival.

 

Tu anterior disco, “Rebetiko gimnastas” estaba inspirado por el rebético, un estilo musical griego, el nuevo, “Canzoni della cupa”, por las tradiciones del sur de Italia.

Los dos discos son una expresión de resistencia cultural. El rebético es un tipo de música urbana y “Canzoni della cupa” es música de la tierra, folclórica, parece que sean muy diferentes, pero son músicas que hablan de unos hombres y un mundo que ha dejado de existir. Es un ejercicio de resistencia cultural pero no de nostalgia, porque el rebético y la música folk nos hablan de dignidad, son dos tipos de música que no se miden con el dinero, tratan de temas diversos en los que el aspecto humano es el predominante.

 

Y te sumergiste a fondo, no solamente grabando los discos.

He escrito un libro sobre el rebético, “Tefteri”, mi único libro traducido al español (editorial minúscula), estoy muy orgulloso de él.  Con “Canzone della cupa” también he escrito un libro, más largo, llamado “Il paese dei coppoloni”, un trabajo de largo recorrido para el que he necesitado muchos años de trabajo. Es una suerte de Macondo, tiene algo de realismo mágico. Es una inmersión cultural en busca de lo que hay debajo de las canciones. El disco y el libro son dos lenguas diferentes que utilizo para exprimir la materia espesa sumergida bajo las letras tradicionales, son distintos pero acaban siendo complementarios.

 

Creo que el disco también ha necesitado su tiempo.

El disco empezó el año 2003, las primeras canciones se grabaron en esa época. De esa grabación hubiera salido un disco completo, pero he seguido trabajado en él. Es un disco de tierra, la tierra funciona por estaciones, cada año regresan la primavera, el verano, el otoño, y el invierno. El disco es una materia circular, tiene el tiempo agrícola, cada año trabajábamos en las canciones de nuevo, un año, y otro, y otro, hasta que dije “ya basta”. Como el vino, cuando lleva muchos años en la madera, deviene licor, ha pasado con las canciones. He publicado un disco complejo, muy largo, doble, con temas con muchas capas y profundidad. Vamos a publicar el disco en España también, espero hacerlo el año que viene con una o dos canciones cantadas en español.

 

 

El disco tiene dos partes, “polvere” y “ombra”, dos aspectos muy distintos.

Son dos elementos existenciales de la naturaleza humana, polvo y sombra.  “Polvere” es el polvo, la tierra del trabajo, la frontera, el viaje, el sudor, la fatiga física; “ombra” es el mundo sobrenatural, el mundo del inconsciente, del sueño, de las brujas y las creaturas sobrenaturales, el invierno, la raíz cultural.

 

Te inspiras en Calitri, el pueblo de tus padres.

Mis padres emigraron a Alemania, y más tarde a Italia, en mi infancia no tuve contacto con Calitri, pero para mí es una raíz cultural, la tierra de mis padres. Como dijera Salvador Dalí “en lo ultra local está lo ultra universal”. He indagado en lo ultra local que conocía bien a través de la historia de la familia, ya que entendía bien el dialecto local. Comencé grabando en Calitri con Howe Gelb, Giovanna Marini, Víctor Herrero, todos los músicos vinieron a este pequeño pueblo a grabar.

 

Aunque te inspires en la tradición, no estamos hablando de música folclórica.

No es música típica del sur de Italia, son historias  que vienen de allí, pero musicalmente no es tradicional, algo he sacado de las canciones de la zona, pero básicamente las historias, no es un disco de folk.

 

Sin duda. “Femine” es un canto trabajo, algo universal, también hay blues, en las canciones suenan jaranas, requintos y acordeones.  Por cierto, ¿la idea de un disco doble la tenías desde el principio?

No, era un disco simple, grabé de una forma simple y sencilla, pero no lo publiqué en aquel momento, y después se volvió doble al añadir una serie de canciones diez años después.

 

Muchas canciones están basadas en letras de Matteo Salvatore.

Es el gran cantor del hambre en Italia, del latifundio meridional de los años 50, el cantante de la gente pobre, de los campesinos del sur de Italia, algo así como el Robert Johnson o el Atahualpa Yupanqui del sur de Italia, historias simples pero con mucha fuerza, no es demasiado conocido pero para mí fue posiblemente el mejor, el único que describió ese mundo, esas injusticias, una figura importante y desgraciada.

 

 

En el libreto incluyes un índice de los lugares, personajes y criaturas.

Es como entrar en un bosque, necesitas algo que te oriente. El significado de la “cuppa” es tierra sin mucha luz, tierra de tinieblas, un sitio en el interior del bosque en el que puedes ver, pero no claramente.  Una zona de sombras.

 

Te has rodeado de una serie de músicos fronterizos  (Howe Gelb, Flaco Jiménez…). ¿Qué aportan al conjunto?

 Son artistas que aportan el sentido de la frontera, puedes verlo en el paisaje de estos lugares, Sergio Leone nació cerca de allí. La épica de la frontera, la gente pobre, las tiendas de campaña, es una frontera ancestral, no como en los USA, en el sur de Italia el sentido de frontera está relacionado con lo ancestral, con lo arcaico, algo que viene de antes de los romanos, de antes de los etruscos, de los tiempos de Homero, algo muy profundo en la historia.  El significado de frontera como lugar de descubrimiento, de espacios abiertos, con mulos y burros en lugar de caballos. Víctor nos llevó a los santuarios de los burros en Andalucía a hacer un concierto para ellos allí, los burros son el animal que acompaña a este tipo de gente, no los caballos, y a su vez hay algo muy ancestral y arcaico en este tipo de gente, en este tipo de tierras.  Lo veo de dos formas, como el espacio fronterizo y como algo ancestral, la frontera ancestral podríamos decir.

 

Citas a Dylan diciendo que “No hay nada tranquilizador en la música folk”. ¿A qué se debe?

El patrimonio folclórico se basa en brujas, en hombres lobo, en la magia, en el espacio del miedo, el miedo que viene de cuando eras pequeño, de la infancia del mundo. Tiene que haber miedo, porque a partir del miedo se aprende a ser un hombre, y la tradición folclórica siempre tiene un espacio para el miedo.

 

Las giras italianas del disco se dividieron en dos muy distintas, “polvere” en verano en festivales y grandes salas y “ombra” en otoño e invierno por teatros. ¿Qué veremos en Barcelona, polvere u ombra?

Los conciertos italianos eran dos tours muy teatrales, con una escenografía compleja. Lo que haremos en Barcelona será un concierto, de música fronteriza, popular, también de circo, baladas, pero algo basado en la música, solamente músicos y canciones. Me acompañan dos mariachis, Víctor Herrero, un theremin... será un concierto que tendrá polvo y también sombras.

 

Javier Burgueño

Javier Burgueño pasó su juventud en el Vallés Oriental (Barcelona) donde se inició en esto de la crítica presentando y coordinando un programa musical de la televisión de su pueblo durante la bendita locura analógica de las televisiones locales de principios de los 90 (asegura que ya no quedan copias de los programas, se encargó personalmente de ello una noche de verano). El experimento fue divertido y dejó un poso latente que volvió a aflorar con el cambio de siglo cuando empezó a colaborar asiduamente con la web del programa de radio madrileño “El otro lado del telescopio” y más tarde con www.pinypondjs.com. Ha sido colaborador de Go Mag desde el 2007 hasta su desaparición de los quioscos el pasado junio de 2013.

 

javier@blisstopic.com

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