Marc Marzenit
Nostalgia positiva
Marc Marzenit se decide y saca disco. Aunque, tal y como nos lo cuenta, parece que es el disco quien se decide y sale por fin de él tras una serie de experiencias que revolvieron su sensibilidad y lo devolvieron a lo más profundo y conceptual del techno. Después de doce años de actividad recupera la calma, la suavidad y un eclecticismo con el que él mismo se define para volcar su vida e incluso su intimidad en este "To Love Until We Say Goodbye", que presenta en Cataluña y Norteamérica a partir de enero. Y parece que coge carrerilla, porque no descarta tomarse un descanso como remezclador para seguir dando vía libre a lo que le ruge por dentro.
Después de unos doce años produciendo, este es tu primer disco; ¿a qué esperabas para decidirte?
El tema del álbum es algo que siempre te ronda la cabeza. Sin duda, todo artista tiene siempre un respeto especial por su primer álbum; es como llegar a la madurez creativa en tu carrera. Por eso he esperado al momento de máxima inspiración para hacerlo, que llegó aproximadamente hace dos años y medio.
Decías en Lapsus que el contenido era muy autobiográfico: relaciones, amistades… ¿Hasta qué punto está el disco influido por la nostalgia?
La nostalgia es la base sólida de todo el álbum, pero no es un contexto de pérdida o tristeza, sino más bien de realización y futuro. Aunque pueda remover sentimientos interiores a los oyentes, para mí no será en un sentido negativo; es una nostalgia positiva.
Sin embargo, lejos de lo explícitos que puedan ser otros estilos de música, el house está mucho más a merced del oyente. ¿Cómo llevas las distintas interpretaciones que se hacen de tus canciones?
Creo que una de mis características como artista siempre ha sido mi variedad en cuanto a géneros, que está muy presente en el álbum. Aunque en general está orientado a la pista de baile, hay mucha variedad: Techno, House, Techno-Dub, Down Tempo, ambient... pero todas ellas con un mensaje común. Lo veo como si varios artistas de diferentes géneros se hubieran reunido para crear un disco con un denominador común.
Quizá las letras ayuden a entender mejor. ¿Qué hay de las voces?
La voz principal de “To Love Until We Say Goodybe” es un chico lituano que encontré en YouTube. No tiene ningún tipo de carrera musical, pero di con él buscando covers de canciones. Fue toda una suerte, porque tiene una voz magnífica. Las demás voces, algunas son mías utilizando un vocoder y otras son acapellas sampleadas y modificadas.
¿Hay alguna otra colaboración de la que hayas sacado provecho especialmente, que pretendas repetir…? ¿Henry Saiz, quizá?
En este álbum solo está la colaboración del cantante lituano. Tanto Henry como yo hemos estado muy ocupados, cada uno con sus cosas, pero tenemos pendiente una quedada para hacer algo de nuevo. ¡Los dos tenemos ganas!
Se aprecian algunas fases cotidianas, como escenas. La lluvia, una calle... ¿A qué responden?
Son situaciones que he grabado con mi teléfono de forma oculta para guardar ese momento. No son librerías de sonido ni samples. Son sonidos reales, de mi vida personal y muy especiales para mí.
No obstante, el disco es algo más tradicional en cuanto a los sonidos que configuran cada canción. ¿Te centras más en las estructuras, en los ritmos…?
La razón de esto es que quería que sonase lo más analógico posible. Quería hacer un disco conceptual que pudiera recordar a grandes artistas como Pink Floyd, con grandes álbumes conceptuales. En general todo el álbum tiene un toque retro.
No deja de ser un estilo muy oscuro, denso, como muy europeo. ¿Crees que hay posibilidades de importar este tipo de house al gran público en España, de normalizarlo?
Yo creo que poco a poco se está introduciendo cada vez más. Artistas como Dixon, Tale Of Us o Âme han echo una gran labor para popularizar este estilo. Sí creo que hacen falta más clubs en España para poder fomentar un estilo más underdground. Por desgracia, a diferencia de ciudades como Berlín, parece que las instituciones no quieren apoyar nada que tenga que ver con la electrónica.
¿Lo compusiste pensando en el directo? ¿Cómo pegaría o pegará en vivo?
La verdad, no lo compuse para ejecutarlo en directo; es para escuchar entero, sin pausas, con tiempo y manteniendo el orden de las canciones. Personalmente me ha gustado mucho escucharlo en el coche durante algunos viajes. Por otra parte, el proceso creativo para preparar el directo ha sido más costoso de lo habitual. Me había cansado de ver directos de un ordenador y un controlador MIDI, así que decidí llevar un nuevo sistema de directo con un sinte bastante grande, varios controladores midi y un sinte virtual en el iPad. Todo esto me permite crear momentos de total improvisación y le dan una añadido creativo al directo.
En cuanto a espontaneidad, ¿tus conocimientos musicales nos llevan a hablar de un estilo propio o se trata de algo más ecléctico?
Creo que lo bueno de saber un poco de música es que se trabaja más rápido y se ejecutan melodías más fácilmente, pero supone también una barrera creativa, ya que muchas veces tiende a limitar tus composiciones a las normas básicas de armonía. Creo que la clave de esto es olvidar lo que sabes cuando es necesario y dar rienda suelta a las disonancias y todo aquello que no se debe hacer en armonía clásica.
Por otra parte, tu remix de bRUNA fue una de las canciones del verano para Blisstopic. ¿Dónde queda ahora esa faceta de remezclador?
Justo hoy ha salido un remix nuevo para Dave Seaman y en unos días va a salir otro para Guy J. Han sido los dos últimos trabajos que he hecho como remezclador, pero quiero parar una temporada y dedicarme a trabajos originales o quién sabe si a un futuro álbum.
Lo tuyo con la música viene de largo, pero explícanos tus planes ¿Piensas presentar el disco ante la gente? ¿Quizá algún show del estilo Suite On Clouds?
Ahora estoy preparando un concierto de presentación del álbum en el teatro de Mollerussa, donde he vivido gran parte de mi vida. Va a ser un espectáculo muy especial; hay sorpresas preparadas y se va a poder comprar el CD allí mismo. Después tengo una gira de presentación por Norteamérica durante enero. Voy a estar por México, Estados Unidos y Canadá. Nos esperan cambios de temperatura de 40º entre diferentes lugares en días consecutivos, así que tendré que llevarme algún que otro Frenadol.

Brais Suárez
Brais Suárez (Vigo, 1991) acaba de estrellarse con su idea de vivir escribiendo aun sin ser escritor. Dos periódicos gallegos se encargaron de dejarle claro que mejor le iría si recordara mineralizarse y supervitaminarse, lo que intenta gracias a colaboraciones esporádicas con algunas revistas y otros trabajos más mundanos que le permiten pagarse su abono anual del Celta y un libro a la semana. Por lo demás, viajar, Gatsby y estroboscopia lo sacan de vez en cuando de su hibernación.