Hedtrip
Volver para decir adiós
Un grupo que se caracterizaba por su honestidad no se podía ir así, sin más, a la francesa. Por eso cinco años después de su última actuación Hedtrip vuelven para despedirse y para celebrar el décimo aniversario del mejor de sus tres discos, “About Useless Needs”, con un concierto solidario para el Banco de Alimentos de Barcelona. Podréis verlos por un puñado de arroz el 11 de Octubre en La [2] del Apolo (no es broma, la entrada vale un kilo de arroz). Hablamos con Jonathan Pulido (voz) y el bajista Raúl Martínez (ahora en The Last 3 Lines), sobre el pasado y el presente y sobre los cambios de la industria musical.
¿Como lleváis los ensayos después de tanto tiempo sin tocar juntos?
(Raúl) Bien, bien, van sonando bastante bien, ya. Era todo un reto reemprender la actividad y conseguir la solidez que tenía nuestra sonido. Teníamos dudas, pero la verdad, ya la primera vez que empezamos a tocar, vimos que todavía conservábamos esa memoria, la que tienes después de tocar mil veces las canciones.
(Jonathan) Sí, fue más difícil encontrar espacio en las agendas correspondientes que no poner a rodar otra vez las canciones. Bueno, de los temas que tienes más olvidados cuesta un poco coger el hilo de alguna parte, pero en el tercer ensayo ya sonaba más o menos todo. Y eso que ni los guitarras, Ramón Gulín y Ferran Mestre, ni yo estamos en ninguna banda. En cambio Víctor López, el batería está en un montón de proyectos, los más conocidos, Dorian y Llorer.
(Raúl) Fueron muchos años juntos y teníamos una dinámica de trabajo muy establecida, del esfuerzo, de repetir una vez y otra hasta conseguir que sonará como queríamos. Eso enseguida ha salido.
¿Como surgió la idea de hacer un concierto de reunión?
(Jonathan) Lo dejamos en el 2009, pero nunca perdimos el contacto, todos estos años nos hemos ido viendo. Y la idea de reunirnos para tocar surgió de manera espontánea, un día, después de un concierto y unas birras. Pero sin preparar nada antes. Y la verdad es que la primera vez que nos reunimos nos sorprendió lo bien que sonó. Y a partir de aquí empezamos a darle vueltas sin concretar nada, de manera improvisada hemos llegado al concierto. De esto hará un año.
(Raúl) Cuando acabamos hubo un poco de estampida. Todos necesitábamos nuestro espacio, para parar, respirar y dedicarnos a nuestros proyectos personales. Pero lo que no hicimos fue perder el contacto.
¿Y que os parece la acogida que ha tenido vuestro concierto de despedida?
(Jonathan) La verdad es que estamos muy sorprendidos del interés que ha habido por parte de la gente.
(Raúl) Sí, la cosa se está sobredimensionando respecto a las expectativas que teníamos des de un principio. Teníamos pensado hacer una cosa más recogida, con cuatro amigos.
(Jonathan) Nos ha escrito gente preguntando y vendrá peña de toda España: Bilbao, Alicante, Madrid.
(Raúl) Todo este interés es un orgullo para nosotros.
¿Des de un primer momento tuvisteis claro que tocarías “About useless needs”? ¿Como le ha sentado al álbum el paso del tiempo? Una de las mejores cosas de este disco, que estaba entre el emo y el posthardcore, eran los juegos y las dinámicas de las guitarras.
(Jonathan) (Risas) Bueno, sí, unos más que otros, pero la verdad es un disco al que le tenemos mucho cariño. Una de las cosas de las que más orgullosos nos sentimos es de como han envejecido los temas. El segundo disco tiene temas que continúan siendo muy bonitos.
(Raúl) Son canciones que cuando los estamos ensayando y llega el momento del subidón... aún te la ponen dura (risas). Fue un disco que disfrutamos muchísimo, con el que estuvimos dos años de gira, con muchos bolos. No eran giras multitudinarias, pero nos pateamos el país varias veces.
(Jonathan) Fue muy bonito. Fueron muchas experiencias. Con el segundo disco llegaron muchas cosas nuevas. Se nos abrieron las puertas de festivales grandes. Hicimos las primeras giras con cara y ojos, y eso estuvo muy bien..
Con el primer disco, “The last imposible desire”, tampoco os fue mal, porqué Atlantic os quiso fichar.
(Jonathan) Pues sí, teníamos veinte años y va y te llega una oferta de la discográfica de Led Zeppelin... ¡Es que no duermes en una semana! Es que fue de película. La negociación en Los Ángeles la llevó el que en aquella época era el mánager de Anthrax. Era como ver un Barça-Madrid que dura un mes.
(Raúl) Entonces no éramos capaces de pensar más allá de tocar y pasarlo bien. Todo era muy complicado y al final se diluyó. Además el tío este era un poco particular, porqué aparte de la música, también se dedicaba al porno. O sea, rodaba películas en su casa. Muy raro. Nosotros no llegamos a ir a su casa, pero algún colega sí. Se levantaba por la mañana y se encontraba con una escena porno en el comedor. Lo que hemos vivido con el grupo no lo cambiamos por nada.
Vuestro segundo disco también era una propuesta bastante diferente de lo que se hacía por aquí.
(Jonathan) Mmmm... Bueno nosotros estamos contentos por nuestra honestidad, siempre hemos hecho lo que hemos querido y eso a veces nos ha traído problemas (risas).
(Raúl) En la época que sacamos el disco creo que lo más difícil era ubicarnos, ponernos en un sitio o otro. Nosotros habíamos empezado con Zero, una discográfica madrileña, que tenía unos grupos con una línea estilística bastante diferente, y esto podía generar una serie de ideas bastante equivocadas acerca de la banda. Nosotros en Barcelona nos movíamos en la escena hardcore, pero aunque nos sentíamos cercanos, tampoco acabábamos de encajar en ese estilo.
(Jonathan) No encajábamos en la visión de Madrid, que igual era más metal, pero tampoco encajábamos en Barcelona, que era una visión más hardcore. Luego, siempre causábamos un poco de incomodidad en los cárteles. Pero bueno, como te he dicho, nosotros siempre hemos hecho lo que nos ha dado la gana. Esto y la auto presión que nos metíamos, porqué nos gustaba elaborar bien los temas y trabajarlos mucho. Y eso, al final, nos pasó factura. Yo creo que lo que define a la banda es la honestidad, la energía y el trabajo.
(Raúl) Cuando acabamos, teníamos la idea de querer hacer un concierto de despedida, para acabar bien.
(Jonathan) Es un poco lo que decíamos antes, de la casualidad. Ahora ha llegado el momento en que cada uno de nosotros se ha visto capaz de tirar adelante un evento como este, y además este año es el décimo aniversario de nuestro segundo álbum, que para muchos de nosotros tiene un significado muy bonito, porqué fue un disco muy especial por todo lo que comportó. Y así, poco a poco, comenzamos a plantearnos hacer esa despedida que en su día no hicimos. Y luego encajamos el concierto con la propuesta solidaria. Nuestra música siempre ha sido muy sincera y honesta. Bueno, es que si haces rock en este país, ya tienes que ser una persona muy honesta y sincera (risas), porqué otra posibilidad que la de hacer música y pasarlo bien no hay. Pero bueno, por situaciones personales de colaboración con el Banc dels Aliments, se nos abrió la posibilidad de ayudar también, de dar a conocer una forma solidaria de trabajar. Por eso la entrada a nuestro concierto será un kilo de alimento no perecedero, como el arroz por ejemplo.
¿Así tenéis claro que este va ser un único concierto?
(Jonathan) En principio sí, porque por motivos personales es difícil ir más allá. Pero nunca se puede decir “nunca digas nunca jamás”.
(Raúl) Se trata básicamente de hacer ese concierto de despedida que nos hubiese gustado y, además, añadiéndole ese espíritu solidario que pienso que encaja perfectamente con el espíritu de la banda. Si bien, nunca hemos sido una banda con un compromiso explícito, nuestra manera de hacer y de entender la música si que se inspiraba en unos valores.
(Jonathan) De hecho, nuestro segundo disco ya hablaba mucho de estos temas. Es otra vez lo que decíamos de las coincidencias. Las letras del “About useless needs” son vigentes hoy y sirven para hablar de la crisis económica por la que pasamos. En este disco estábamos muy comprometidos y ya hablábamos de lo que era imprescindible y de lo que no. Aparte del compromiso, el disco también tenía mucho relación con el mundo del cine.
(Raúl) Tampoco nos cerramos, porqué nunca sabemos lo que va a pasar, pero no es esta la intención.
Los directos eran otros de vuestros puntos fuertes. ¿Todavía conserváis la furia y la fuerza de unos años atrás?
(Jonathan) Yo creo que la propuesta de Hedtrip sobre el escenario era otra cara del grupo. Éramos muy versátiles en ese aspecto. Teníamos la faceta de ser un grupo muy de estudio, muy de disco, pero también en directo, nos gustaba darlo todo. No somos una banda de “esta semana tenemos tres bolos, vamos a tomárnoslo con calma"... no, no, desde el primero reventándolo todo. Bueno, han pasado cinco años desde nuestra última actuación y muchos de nosotros no hemos estado involucrados en otras actividades musicales que no sean ir a conciertos o escuchar música. Raúl si que está en activo con The Last Three Lines”. Pero sobre el escenario lo vamos a dar todo.
(Raúl) Yo creo que aquella manera que teníamos de hacer sobre el escenario se va a notar, porqué todavía está en nosotros, es nuestra manera de ser.
¿Qué música escuchabais en la época de vuestro segundo disco?
(Jonathan) El mundo del hardcore estaba muy presente, ya desde el primer disco. Bandas como Helmet, Biohazard. Pero también nos gustan otros estilos como Faith No More o Jeff Buckley. Después fuimos incorporando cosas del rock más clásico, nos fuimos abriendo al R&B, a el folk. Y ahora mismo, pues no sé, cada cuál va evolucionando. Ahora sería el jazz, el blues, por ejemplo.
(Raúl) Es evidente que la música de aquella época nos influenció. También éramos muy eclécticos.
(Jonathan) Además aquí pasa otra cosa. Tu comienzas una banda con veintipoco, y, bueno, tienes una parte creativa más personal y otra que ha recibido unas influencias determinadas. Conforme va pasando el tiempo, este bagaje que tienes va creciendo, se va transformando poco a poco, va creciendo y les vas incorporando cosas nuevas. Y es inevitable que si tienes la actitud de incorporar a tu proceso de creación las cosas nuevas que ves y escuchas, tu música vaya creciendo contigo.
(Raúl) Todos somos fruto de nuestras influencias musicales y del momento en que vivimos. Nuestro segundo disco refleja lo que vivíamos en aquel momento. Si ahora hiciéramos una cosa nueva, pues sería distinta aunque tendría el espíritu de la banda.
¿Y como veis la evolución de grupos que empezaron como vosotros y que aún siguen en activo? Hay algunas bandas que empezaron con el hardcore y ahora se han acercado más al power pop.
(Raúl) No quedan muchos y es difícil generalizar. Yo creo que se tiene que mirar la evolución de cada grupo por separado. La edad también es un factor clave: cómo vives, qué posibilidades tiene todo esto, cuenta. En “About useless needs” había esa rabia propia de los veinte años, contra la sociedad de consumo que impregnaba todo el álbum. Hoy, aún somos inconformistas, pero de otra manera. Lo enfocamos de otra forma.
(Jonathan) Es que claro, la evolución musical no se puede desvincular de la evolución personal. Hay bandas donde sus componentes evolucionan y luego se agrupan en el sonido, y hay otras pues que siguen más a un líder. Y luego también está la evolución personal. Generacionalmente, sí que es verdad que ahora estamos en una buena época porque hay muchos músicos de 30 años o más que han estado en muchos bandas y que tienen un recorrido musical importante, que pueden aportar cosas interesantes y que demuestran que su carrera va mucho más allá de los veinte años. Y creo que esto es interesante, porque la vida de una persona de treinta años es muy diferente de una de veinte. Musicalmente, la manera de componer, por edad, también es diferente.
¿Si hubieseis empezado ahora, lo tendríais más fácil, en el sentido de llegar a más gente, porque hay más cultura musical?
(Raúl) Yo no lo veo claro. Yo aún estoy en activo y sí que es verdad que la gente, en general, tiene más acceso a la música, pero las plataformas para la difusión no han mejorado mucho. Al contrario, van a peor. Puedes escuchar toda la música que quieras por internet, pero de salas de conciertos cada día quedan menos. La filosofía de ir a conciertos se está perdiendo un poco, sobre todo en el sentido de que hay festivales grandes que se caen a los dos días de montarse. Hay gente con muy buenas ideas, pero la manera de difundirlas y como se consume la música hoy día me falla un poco.
(Jonathan) Yo creo que también hay una falta de creatividad brutal en la parte del negocio. Porqué no nos engañemos, esto para unos cuantos no deja de ser un negocio. Pero bueno, ya que lo haces, hazlo bien. En mi opinión, la parte musical cada vez esta más desarrollada gracias a los medios existentes, que te permiten disfrutar de una oferta musical más grande. Pero la manera como se enfoca esta oferta tan grande está muy reducida, porque la perspectiva de negocio musical, como por desgracia siempre ha sido en este país, es muy negativa. No diremos nombres, pero hay festivales que valen cerca de los 300 euros y lo que ves es un 90% de bandas de fuera. A mi se me cae la cara de vergüenza. Es indignante. Los mismos festivales tendrían que respaldar la escena local. Una banda que empieza, sin trayectoria, que quiera enseñar su música fuera de “casa”, lo tiene complicadísimo. Y además una cosa es la cultura musical, que aquí es amplia y otra la trayectoria social de como se ve la música. Nunca, como ahora, fue tan fácil acceder a la música, pero dar salida a las nuevas propuestas cuesta, y cuesta porque es difícil encontrarlas, hacerlas visibles entre tanta oferta. Para mi otro problema es la falta de un soporte físico.
(Raúl) Ahora estamos en un momento indefinido, en el que no se sabe muy bien que pasará. La gente tiene que tener algún motivo para venir a verte, como que saques disco nuevo. Yo el objeto lo veo como algo más conceptual, pero también más romántico. Con The Last Three Lines nos estamos planteando editar el disco en cantidades solo para vender en los conciertos. Yo lo entiendo más como la banda que tiene un radio de acción pequeño. Antes había un circuito de salas muy amplio por donde podían pasar entre 100 y 300 personas. Esto funcionaba mucho y podías hacer pequeñas giras sin perder la camisa. Hoy en día, esto ya no se puede hacer. Montar una gira con un grupo humilde y muy pocos recursos es imposible. Las bandas que sobreviven son las de siempre, las otras van tirando como pueden. Faltan salas donde poder tocar y cada día quedan menos. Y aquí interviene mucho la política de cada una de las ciudades.
(Jonathan) Yo tengo una envidia brutal a Islandia porque la música y la cultura las tienen como si fueran una materia industrial de primer orden. Y les funciona, porque tiene un retorno muy grande en la economía del país. Y aquí, es que yo no lo entiendo.
(Raúl) Porque ya es general. Si para abrir una empresa de cualquier cosa aquí, ya es superdifícil, te piden de todo, ya no hablemos si esta iniciativa es una sala de conciertos.
¿Qué recuerdos guardáis de trabajar con Eskil Lövstrom y Pelle Henrickson?
(Raúl) Pues muy buenos. De hecho, estuvimos Jonathan y yo.
(Jonathan) Son muy buenas personas y este es el mejor recuerdo que tenemos .
(Raúl) Había una estantería con todo lo referente a Refused y otra de los Hellacopters.
(Jonathan) Entendían muchísimo de música, podrías hablar con ellos del estilo que fuera. Y a nivel profesional increíbles. Donde estaban los estudios también era muy bonito. Estaban en un pueblo a unos quinientos quilómetros del círculo polar ártico, dentro de un bosque.
¿Con que productor os gustaría trabajar ahora?
(Raúl) Pues no sé, depende de los temas. Según como fueran, escogeríamos.
(Jonathan) Nosotros hemos aprendido a trabajar en casa, con herramientas muy potentes a un coste muy bajo... pues igual lo haríamos todo en casa. Hacer una primera versión, a ver como queda, en vez de poner mucho dinero de una vez en un productor para grabar en pocos días. Porque lo que sí que aprendimos es que cuando llegas al estudio quieres pasarte allí todo el tiempo que sea posible, no piensas en lo que cuesta y es carísimo.
(Raúl) A mi, si tuviera posibilidades me gustaría hacer todo el proceso de la producción.
¿De los grupos con los que habéis compartido escenario, de cuál guardáis mejor recuerdo?
(Jonathan) Creo que hemos sido teloneros de gente muy dispar: Q And Not U, The Wombats, Sober, Engine Down, Limp Bizkit, Machine Head...Con Life Of Agony fue muy bonito, por la manera como eran y por la relación que teníamos con ellos.
(Raúl) Sí. Curioso el caso del cantante, que se ha cambiado el sexo y ahora es una mujer.
¿Y con que grupo os gustaría compartir escenario ahora?
(Raúl) Creo que todos coincidiríamos en escoger a Queens Of The Stone Age”.
¿Queréis añadir algo más?
(Raúl) Aprovecho para saludar a mi mamá y... (risas). No, sólo remarcar que todo lo que envuelve este concierto es voluntario y buena voluntad.
(Jonathan) Bueno, pues a mi me gustaría dar las gracias, ya que en parte para esto hemos montado el concierto, a toda la gente que nos ha apoyado en este proyecto y durante toda nuestra trayectoria. Y a nivel social, concienciar que hay problemas y que toda pequeña colaboración es importante y que la implicación puede ir más allá. Todo es empezar.

Lidia Noguerol
Lídia Noguerol comparte profesión con Barbara Gordon (Batgirl). Cuando no le toca lidiar con adolescentes descarriados, borrachos y indigentes, se dedica a seleccionar música, cine, libros y cómics. Por la noche, cuando no va al cine o se queda en casa leyendo, transita autopistas y carreteras secundarias y recorre los ejes de comunicación del país, en busca de conciertos de los que hablar por la mañana siguiente en prensa local, portales culturales, blogs y prensa especializada como la extinta Go Mag. Buscando un mundo mejor, ha ido a parar a Blisstopic, un lugar tan excitante como Gotham.