Howe Gelb
Dejándose llevar por las coincidencias
Esta entrevista iba a realizarse por e-mail. Una serie de coincidencias que incluyen e-mails retrasados, respuestas perdidas justo antes de enviarse y la insistencia de una fan de nuestra web preguntando si la entrevista se publicaría o no provocó que, siguiendo las enseñanzas de Howe Gelb, aprovechara esas coincidencias que aparecían ante mí sin preguntarme los motivos y acabase teniendo una corta charla telefónica con él hacia el final de su gira española en la que hablamos un poco sobre su forma de entender la música y, como no, sobre coincidencias.
Hablando sobre el título de tu último disco, dices que un “coincidentalist” es alguien que puede leer las coincidencias pero que no intenta entender su significado.
Es algo así como si miras a una señal de tráfico y ésta señala hacia el lugar hacia el que quizás quieres viajar pero tú no sabes hacia dónde va esa carretera o de dónde viene; es justo de esa forma, las coincidencias te ayudan a tomar decisiones y a decidir qué camino tomar en la vida. Tú tienes que darte cuenta de que están sucediendo, las tienes que saber leer porque solamente ocurrirán una vez, te llega una información a la que has de prestar atención. Si se da una coincidencia has de estar preparado porque tienes que observar a tu alrededor y ver que es lo que está disponible para ti; pero preguntarse el porqué, qué es lo que significa la coincidencia… eso no es buena idea, te volverías loco, no hagas eso nunca.
¿Te consideras uno de ellos?
Así es, sí.
¿Cómo ha influido en tu vida?
Bien, ahí es cuando me di cuenta que era un error, si comienzas a intentar entender por qué ha pasado la coincidencia entonces es cuando estás perdido, no es por qué sucede, solamente sirve para llamar tu atención y para ayudarte en lo siguiente que tienes que hacer... pero esa es mi opinión.
¿Qué tal te va en tu nuevo sello, New West?
¡Oh, es muy bueno!, el hombre que me encontró, el dueño, tiene exactamente mi edad y es como si fuera mi gemelo, así que todo es perfecto.
Últimamente has espaciado tus visitas a Europa.
He girado por Europa demasiado en los últimos quince años y pensé que estaba empezando a ser un problema para mi familia así que quise parar y ver si podía girar más por los Estados Unidos. Esa es la razón por la que no he pasado por Europa en un año, eso es mucho tiempo para mí, solía venir cada cinco semanas aproximadamente.
En dos años has sacado tres discos, ¿cómo puedes mantener ese ritmo de trabajo? ¿Estás componiendo constantemente?
Cuando empiezas a hacer esto has de decidir cómo lo quieres hacer, yo decidí que lo haría como si fuera un pintor, haciendo bocetos… a veces las canciones son dibujos a lápiz, otras son más elaboradas, más producidas, como un cuadro, a veces como una escultura, pero siempre estoy trabajando sobre ese tipo de arte. Cuando siento que hay suficientes piezas entonces entiendo que las puedo utilizar para hacer un álbum, pero normalmente no voy al estudio a trabajar una o dos semanas para hacer un disco, no me gusta esa idea, me gusta hacerlo cuando puedo, cuando las canciones me dicen que están preparadas, cuando las coincidencias se muestran.
Las fotos de portada de “Dust bowl” y “The coincidentalist” son similares, también hay canciones relacionadas entre sí, ¿hay una continuidad entre los dos discos?, ¿forman parte de un proyecto común?
Normalmente no lo planifico, simplemente pongo las piezas y entonces entiendo dónde debería vivir cada una.
¿Y también en qué banda debería vivir?
No es tan complicado, realmente es bastante fácil, depende de lo que esté sucediendo en ese momento. Hay que enfocarlo al revés, todos esos discos son solamente evidencias de algo que ha pasado. Tú no haces que las cosas pasen para ver las evidencias, es en el otro sentido. Es como cuando tomas una fotografía, de una reunión familiar quizás. Es así, tu no lo planeas, te escoge, me escoge a mí al menos.
“The coincidentalist” es teóricamente un álbum tuyo en solitario pero la lista de colaboradores es impresionante (M. Ward, Steve Shelley, Thøger Tetens Lund, KT Tunstall ...). ¿De que forma participan en la grabación?
Es lo mismo, no hay diferencia alguna, el disco no sería lo mismo sin ellos, así que ellos son importantes para esa grabación, de otra forma no sonaría igual.
“Picacho Peak” es una canción emocionante que contiene algunos versos absolutamente maravillosos, ¿cómo nació?
Exactamente como suena, estaba conduciendo por la noche, en una autopista del desierto, hablaba con un amigo por el teléfono, aguantando mi café y el volante, y para hacer las dos cosas tenía que dirigir con la rodilla mientras le explicaba la historia que puedes oír en la canción a mi amigo, y cuando acabé de hablar con él pasaba por Picacho Peak.
¿Volveremos a ver a Giant Giant Sand de nuevo o “Tucson” fue su principio y su final?
Bueno, no lo sé, no puedo… siempre pienso que estas cosas duran mucho tiempo pero sería muy pretencioso por mi parte decirlo... pero por otra parte yo diría que sí.
Cuándo planeas tus conciertos, ¿trabajas con un setlist mínimo o improvisas todo el tiempo?
Tengo fe en el concierto, creo que cuando salgo al escenario seré capaz de encontrar un set de música que está ahí fuera, así que he de salir y encontrarlo.
Aquí todavía comentamos tu tour con “We Used To Party” tocando el “Live At St Quentin" de Jonny Cash, ¿qué recuerdas de esos conciertos?
Fue muy divertido, es lo que en América llamamos unas vacaciones pagadas. Fue tan divertido no tocar mis canciones y estar pensando en Johnny todo el tiempo…

Javier Burgueño
Javier Burgueño pasó su juventud en el Vallés Oriental (Barcelona) donde se inició en esto de la crítica presentando y coordinando un programa musical de la televisión de su pueblo durante la bendita locura analógica de las televisiones locales de principios de los 90 (asegura que ya no quedan copias de los programas, se encargó personalmente de ello una noche de verano). El experimento fue divertido y dejó un poso latente que volvió a aflorar con el cambio de siglo cuando empezó a colaborar asiduamente con la web del programa de radio madrileño “El otro lado del telescopio” y más tarde con www.pinypondjs.com. Ha sido colaborador de Go Mag desde el 2007 hasta su desaparición de los quioscos el pasado junio de 2013.