Thundercat Drunk Brainfeeder 8,5 Cosmic Funk

Lidia Noguerol 

“Drunk” podríamos exclamar al ver como va vestido el bajista Stephen Brunner aka Thundercat. Y es que su atuendo, cercano la estética del P-Funk, de Afrika Bambaataa y de los dibujos animados, es justo lo contrario de la música de su último trabajo, el elegante y embriagador, y ya mencionado, “Drunk”. Una elegancia que contrasta con unas letras divertidas, hilarantes y absurdas que también tienen momentos comprometidos y hablan de temas más personales e íntimos.

Como los buenos licores espirituosos, el tercer disco de Thundercat se te queda en el paladar hasta que llegas al último corte, te permite el cimbreo sensual, el baile retorcido, momentos absurdos y divertidos, retozar en una cama de agua y no deja resaca. Por lo tanto al día siguiente te vas a acordar de su nombre y del tuyo y de los numerosos estilos de los que has disfrutado con él: funk, soul, free jazz, hip hop, R&B, ritmos retorcidos y líquidos de estela cósmica.

Chistes malos a parte, el título del álbum proviene de los altibajos que se viven cuando se va borracho literalmente, pero también de manera figurada. Thundercat piensa que vivimos tiempos abrumadores y a querido plasmar la confusión etílica actual en el disco, que también es un diario personal de lo que ha vivido con otros compañeros de profesión, como Kendrick Lammar, Flying Lotus o Pharell Williams que también participan en el álbum. El gato del bajista, Tron, no maúlla melancólico en “Drunk”, ni vomita bolas de pelo, pero si que aparece de nuevo en una canción de la muy bien surtida barra libre de estilos a los que nos invita el virtuoso bajista de las seis cuerdas.