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Dieter Moebius

Blotch

Nurton

Bureau B

7,5 / 7

Kosmische

Vidal Romero

 

Hay un tristísimo matiz de ironía en el hecho de que “Blotch“ y “Nurton”, los dos últimos capítulos que el sello Bureau B ha publicado dentro de su ambicioso programa de reediciones alrededor de la discografía de Dieter Moebius, aparezcan unos pocos meses después de que el músico alemán pasara a mejor vida (por cierto, y esto es algo poco conocido, en su retiro en las costas de Cádiz). Digo que es triste porque en muchas partes se habla de estos dos discos como una especie de “homenaje” del sello al bueno de Moebius, obviando todo ese corpus que ya había sido publicado en la casa, y que incluye, aparte de los álbumes de Cluster y Harmonia, pequeñas gemas de ambient distópico junto a tipos como Conny Plank, Brian Eno o Asmus Tietchens. Y digo lo de la ironía porque, de algún modo, esa falta de atención es un reflejo de lo que siempre sucedió en la carrera de Moebius, un tipo condenado a pasar desapercibido, a pesar de su papel fundamental en el desarrollo del ambient en general y de la kosmische en particular.

 

 

En ese sentido, estos dos discos son buenos ejemplos de cómo nuestro hombre fue siempre fiel a su particular discurso, a pesar de que el mundo fuera cambiando a su alrededor. Editado en 1999, “Blotch” utiliza un arsenal de loops como base compositiva: ruidos alienígenas, melodías extravagantes, cortinas de ruido y delicadas floraciones armónicas, todo un babel de piezas que a veces parecen marcianas entre sí, pero que sin embargo encajan con deliciosa precisión. Un fondo musical –que a ratos es siniestro y a ratos delicado, que algunas veces parece evocar el crujido seco de alguna maquinaria pesada y otras resuena con una belleza salvaje y mutante– sobre el que aparecen saxofones (un poco horteras en algún momento), sintetizadores y varios instrumentos de juguete, que añaden al conjunto calidez y un misterioso acento pop. Una manera de hacer que recuerda a los discos de Harmonia, pero con un mayor acento en los componentes rítmicos.

 

 

Publicado en el año 2006, y mucho más duro de roer, “Nurton” parece querer recrear ese ambient extremo y salvaje que se respiraba en los primeros discos de Cluster: formaciones melódicas construidas a base de arracimar notas dispersas, ecos metálicos que parecen venir desde otra dimensión, extrañas texturas sintetizadas, golpes de sonido informe y muchas erupciones de ruido y distorsión se superponen en catorce piezas de duración escueta y aristas afiladas, que mantienen al oyente en tensión en todo momento. Eso sí, a pesar de las elevadas dosis de abstracción y de la falta de elementos melódicos o rítmicos a los que asirse (al menos en un sentido convencional), “Nurton” transmite una extraña sensación de belleza: un perfecto reflejo, en fin, de ese particular universo que latía en el interior de Moebius.

 

Vidal Romero

Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.

 

vidal@blisstopic.com