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Andrew Weatherall Convenanza  

Andrew Weatherall

Convenanza

Rotters Golf Club

7

Dub

Vidal Romero

 

Siete años después de su último disco en solitario, “A pox on the pioneers” (09), cuatro desde la aventura de The Asphodells, Andrew Weatherall vuelve a la palestra por partida doble. Por un lado, vio la luz hace unas semanas el debut de The Wooleigh Research Facility, un proyecto que comparte con su vieja colaboradora Nina Walsh (se conocen desde principios de los noventa, y sus caminos han ido cruzándose de manera más o menos habitual), y que en “The Phoenix suburb (and other stories)” (Rotters Golf Club, 16) mezcla con habilidad construcciones atmosféricas que parecen sacadas de la BBC Radio Workshop en los años sesenta, chorretones ácidos y un inevitable pulso dub. Y por otro lado publica “Convenanza”, un disco grabado también con ayuda de la Walsh, y también construido bajo el influjo del dub, pero que sustituye los arabescos analógicos por la psicodelia en todas sus formas posibles. Un disco orgánico en la forma y en el fondo (contiene multitud de instrumentos “reales”, y la propia construcción de las canciones habla antes de música “tocada” que de música “programada”), que recuerda a lo que el antiguo barbudo hacía a finales de los noventa.

 

 

Un carácter “antiguo” que se nota ya desde el principio, con un “Frankfurt advice” que avanza anclado a una gruesa línea de bajo y un ritmo de batería espacioso, mientras el plano de fondo se va llenando de trompetas de aire jazz, atmósferas empapadas en eco y serpenteantes punteos de guitarra. Una paleta que se utiliza prácticamente en todo el disco, a veces tirando más hacia un post-punk reverberante (como en “The confidence man”, que recuerda a los Public Image Limited más atmosféricos), otras acariciando la exótica (esos aires de samba que adornan “Ghosts again”) y más allá dando forma a redondas canciones de pop: ahí está “Kicking the river”, lo más parecido a un single que existe en el interior de este disco sin singles. Todas estas piezas van encajando en el interior de un conjunto al que cabe achacarle cierta sensación de monotonía –por decirlo de manera amable, le sobran unos diez minutos-, pero que al menos termina de manera brillante, con un “Youth ozone machine” de espíritu italo disco, que hace pensar en lo grande que habría sido “Convenanza” a nada que el tito Weatherall hubiera dado más cancha a su espíritu electrónico. Sin esa inyección de tecnología, se queda en un álbum notable. Que no es poco.

 

Vidal Romero

Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.

 

vidal@blisstopic.com