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Dulce Pájara De JuventudTriumphBcore 7Rock |
Dice la sabiduría popular que para triunfar hay que arriesgar. Y correr riesgos es lo que hacen los Dulce Pájara De Juventud en su segundo disco. Después de telonear a grupos como Vivian Girls y The Pains of being pure at heart, de tocar este año en el Primavera Sound y editar el Ep “Faithfull Songs” –donde ya se podía apreciar un viraje en su trayectoria-; el grupo vuelve con un nuevo trabajo que los lleva a aventurarse por territorios sonoros diferentes, con el shoegaze como guía y con nuevos compañeros de viaje. Se suma a Bruno Banani (guitarra), Sarai Garrido (bajo) y Ricard Izquierdo (voz), Víctor García (batería), que ha pasado por bandas como Unfinished Simpathy, The New Raemon y Saint Tropez, para aportar mayor solidez al conjunto.
En “Triumph” todavía encontramos destellos del pop luminoso que brillaba en su álbum de debut, pero su nuevo trabajo es más oscuro que su antecesor y es más enmarañado. Tiene un sonido más rugoso y granulado, las melodías se abren paso a través a de una fina ventisca creada por una guitarra ruidosa, que aunque amenaza con sepultar a la voz murmurada con la explosión de emotivos pasajes instrumentales que miran al rock espacial, esta siempre termina por reaparecer, ya sea en coros inflamados o en solos que terminan en un falsete. Y es que en este disco, la épica característica del grupo se vuelve más grandilocuente, para bien y para mal.
“Triumph” empieza muy bien con la canción del mismo título que el álbum, que termina abruptamente para dar paso a la luminosidad infernal de “Saying all Goodbyes on fires” y a su sostenido ritmo de batería, que desemboca en un eufórico pasaje instrumental que muta y pone rumbo al espacio cuando el bajo se decide a entrar. La noventera “Lapidation” nos devuelve a la tierra. “Manantial” nos sacude con un ritmo vacilón y desafiante, interrumpido para dar paso a la canción del disco que demuestra que la línea que separa la sensibilidad de la sensiblería es muy fina.
Y aunque Dulce Pájara De Juventud, no llegan a cruzarla, si que la rozan en la balada “Freak in Tales”. Las canciones que vienen después no destacan tanto como las de la muy notable primera parte del disco, pero aguantan el tipo. Hay otra balada, “Sonic” cuyo giro instrumental y el protagonismo de la batería, la salva de la ñoñería. A través de sus nueve canciones, “Triumph” nos habla del amor y el odio, de la luz y la oscuridad y demuestra que a Dulce Pájara De Juventud no les falta valentía.

Lidia Noguerol
Lídia Noguerol comparte profesión con Barbara Gordon (Batgirl). Cuando no le toca lidiar con adolescentes descarriados, borrachos y indigentes, se dedica a seleccionar música, cine, libros y cómics. Por la noche, cuando no va al cine o se queda en casa leyendo, transita autopistas y carreteras secundarias y recorre los ejes de comunicación del país, en busca de conciertos de los que hablar por la mañana siguiente en prensa local, portales culturales, blogs y prensa especializada como la extinta Go Mag. Buscando un mundo mejor, ha ido a parar a Blisstopic, un lugar tan excitante como Gotham.