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HolögramaWavesTrouble In Mind 7,5Psicodelia |
Ya hemos señalado en más de una ocasión el momento tan dulce que atraviesa la escena psicodélica española; ahí tienen cosas tan distintas y apetitosas como Jupiter Lion, Cuzo, GAF y la Estrella de la Muerte, Ledatres o Hi Corea! para demostrarlo. Pero como siempre habrá descreídos ahí fuera, es bueno que existan personajes como Cráneo Prisma, que acaba de publicar el disco de debut de Holögrama, su proyecto personal, en Trouble In Mind, ese sello de Chicago en el que también editan Limiñanas, Jacco Gardner, Ty Segall o Morgan Delt. Cómo ha terminado un jovenzuelo de San Fernando (el de Cádiz, no el de California) en semejante plataforma es algo que da para una entrevista (estén atentos, ejem, a esta pantalla), así que de momento tendrán que conformarse con escuchar “Waves”, que así se llama la criatura.
“My bicycle”, nada más comenzar, sienta las bases de lo que el disco esconde: cajas de ritmos secas y minimalistas, líneas de bajo zumbantes, melodías de sintetizador encantadas y voces enterradas en el fondo de la mezcla. Pop hipnótico y de alto contenido lisérgico, con muchos drones y muchos efectos especiales, que igual remite a los abuelos del asunto (hay ecos aquí de Suicide y de Neu!, de Silver Apples y Kraftwerk) que a los alumnos aventajados de los noventa (Stereolab, toda la familia Spacemen 3, Füxa, Yo La Tengo). Un puñado de influencias que nuestro hombre maneja con soltura y conocimiento, que utiliza para trazar viajes por el espacio exterior a velocidad de crucero (“Moonlight”), pero también para dar forma a piezas de pop luminoso y preciosista (“In your head”). Todo cabe en un disco que, pese a lo parco de su instrumentación y de su producción; pese a lo ajustado de su duración –treinta y cinco minutos más que aprovechados-, esconde un buen puñado de alegrías: esa plegaria de superficie líquida que es “Crystals”, el paisaje lunar que dibuja “Pink sky” (una canción que, apuesto a que no por casualidad, incluye unos arreglos de guitarra que parecen robados a Pink Floyd) o la melancolía efervescente que se esconde en “Blue water”, la última canción de un debut sólido y notable, que permite a Holögrama mirar a sus compañeros de sello con orgullo, sin tener que bajar la vista.

Vidal Romero
Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.