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chick-corea  

Chick Corea Trio

Trilogy

Concord Jazz

8

Jazz

 

Eduardo Hojman

 

Además de haber sido tocado con la varita mágica de pertenecer a una de las múltiples bandas de Miles Davis, Chick Corea es célebre por una multiplicidad de logros (y por la particularidad de su afiliación a la temida Cienciología, pero ése es otro asunto), como haber encabezado la que en su momento fue una de las dos bandas más célebres de la fusión jazz-rock de los 70, Return to Forever, cuyo gran éxito, el LP “Romantic Warrior”, repartió carnets de intelectuales entre los que se negaban a la tiranía de la música disco. Pero, más allá de particularidades y pintoresquismos, Corea es uno de los grandes pianistas de jazz en activo, tanto por trayectoria como por la calidad intrínseca de sus conciertos.

 

Últimamente, sus lanzamientos discográficos adquieren, tanto manifiesta como implícitamente, la categoría de recapitulación y si el paralelo "Portraits", otro lanzamiento también de este sello con Corea como solista, no termina de convencer, en "Trilogy" Corea brilla al frente de un trío que reúne a lo más espectacular de este período, con el gran contrabajista Christian McBride, compañero de andanzas de Corea y aún no tan celebrado como se debería, y Brian Blade, ese baterista todoterreno capaz tanto de guitarrear con Wolfgang Muthspiel como de acompañar las tremendas aventuras intelectuales de Wayne Shorter sin desmelenarse (o sí, desmelenándose, como hizo en el reciente festival de jazz de Barcelona, donde terminó cerca de cargarse la batería al más puro estilo Keith Moon).

 

"Portraits"y "Trilogy"comparten también la desmesura: aquel son dos CDs, éste tres, todos al borde de su capacidad de bits. Y funciona como una especie de grandes éxitos en directo, yendo desde standards que toca con su acostumbrada soltura y alegría hasta extensas suites  e, incluso, una versión de una obra de Scriabin. En el medio, temas propios provenientes de varias épocas, todo esto como resumen de una serie de conciertos realizados entre 2010 y 2012 en Estados Unidos, Turquía, Suiza, Austria y España. El trío suena perfecto, maravillosamente complementado, pasando de lo escrito a lo improvisado como sólo tres músicos de tan alto nivel pueden hacerlo. Hay invitados, que añaden más a la reputación de Chick Corea como buen tipo (más allá o más acá de la cienciología) que a la calidad musical. Si en el concierto de Madrid, el Niño Josele y Jorge Pardo suenan más que dignos en “Footprints” e intentan, pero no consiguen del todo, evitar que “Spain” se hunda en el pintoresquismo del flamenco-jazz (tampoco Corea ayuda mucho, añadiendo frases de “El concierto de Aranjuez” y haciendo cantar al público), la inclusión de Gayle Moran, la esposa de Chick, en “Someday My Prince Will Come” es un auténtico anticlímax. Pero bueno, Gayle Moran viene arruinando discos de Chick Corea desde los inmemoriales tiempos de Return to Forever y habiendo sólo un tema descartable (o dos, con “Spain”) en una grabación tan extensa y, además, con un sonido tan perfecto, el balance es altamente positivo.

 

Eduardo Hojman

Nació en Buenos Aires en un siglo en el que los diarios pedían las notas escritas a máquina y en hojas pautadas. La primera vez que llevó uno de sus artículos en un floppy disk sintió que el mundo había cambiado para siempre. Después de abandonar la carrera de Abogacía y de graduarse de licenciado en Ciencias de la Comunicación, colaboró en más medios gráficos de los que le gustaría acordarse. Entre ellos, los diarios Clarín, Nación, Página 12, Sur, ABC y las revistas Página 30, Cuadernos de Jazz, Jaç y Down Beat. Dirigió los programas radiales 70 Monos y Después de Hora en la Radio Municipal de Buenos Aires y Barcelona Jazz Bar en la radio Contrabanda de Barcelona. Es miembro intermitente de la Jazz Journalists Association. Trabajó como editor de ficción en Emecé Argentina y actualmente lo hace en Ediciones Urano.