Los Punsetes LPIV Canada 8 Pop-rock

Sergio del Amo

Quién no se tome en serio a Los Punsetes debería hacérselo mirar. Los madrileños sí que puede que en sus inicios recurrieran al sentido del humor y las frases lapidarias costumbristas para amenizar sus primeros temas, pero desde su anterior “Una Montaña Es Una Montaña” han cuidado muchísimo más sus letras y se han valido de ello para mostrarnos su frustración ante un país y una sociedad que en ocasiones parecen que han perdido el juicio. Aunque no son muy dados a las figuras literarias sesudas (ellos van directos al grano, sin fisuras ni medias tintas), nadie en su sano juicio debe quedarse en la superficie de lo que la hierática Ariadna nos cuenta en este “LPIV” donde reina, ante todo, el cabreo y la desazón. Sin ir más lejos, “Me Gusta Que Me Pegues” (una de las piezas que más alegrías nos van a dar en directo) ni mucho menos debe interpretarse como una invitación al maltrato físico como algún insensato ha querido señalar, sino como una sarcástica canción que nos narra las hostias que constantemente el destino nos da sin venir a cuento. Aunque si una letra destaca por su atino esa es “Opinión de Mierda”, donde el grupo lanza dardos envenenados contra aquellos que se creen por encima del bien y el mal soltando gilipolleces a diario desde cualquier red social. Todos conocemos a unas cuantas personas de esa especie… 

Volver a contar con Pablo Díaz-Reixa (El Guincho) y Brian Hernández como productores, nuevamente, ha sido un acierto. En esta ocasión el tándem ha contribuido de una forma magistral a que el disco suene diabólicamente directo, agresivo  y desprenda una mala baba colosal gracias a esas guitarras que desde el control de mandos se les ha sacado el mejor partido posible. Por lo que parece Pablo y Brian han tenido vía libre para hacer lo que quisieran con las pistas de las canciones, y eso se nota a leguas al degustar un trabajo como este donde la post-producción, como por ejemplo en “Los Últimos Días de Sodoma” o la fantástica “Amanece Más Temprano”, cobra un protagonismo especial.

Ya sea yendo por derroteros más pop (“Museo de Historia Natural”, que bien podrían haberla firmado los resucitados Ataque de Caspa) o dejándose el alma en pro de lo shoegaze (ese final electrizante que depara “Nit de l’Albà”), Los Punsetes suenan a sí mismos en una versión mejorada. Los años les han hecho crecerse como banda y poco parece que les pueda parar en estos momentos, pero por lo pronto nos han traído uno de los mejores álbumes nacionales del año. Y eso debe alabarse, por supuestísimo.