Javiera Mena Otra era Unión del Sur 8 Pop

Sergio del Amo

Ha tenido que volver ella para dejar claro lo que debe ser un disco de pop mamarracho, adictivo y, ante todo, divertidísimo. Javiera Mena hace cuatro años desembarcó por la puerta grande en nuestro país  con aquel “Mena” que se aprovechó de la efervescencia del pop chileno en España junto a Dënver y Gepe. Cierto es que con anterioridad ya debutó en el formato largo con el siempre a reivindicar “Esquemas Juveniles”, pero como decimos el fenómeno Mena empezó a fraguarse aquí en 2010 gracias a una colección de temas que eran una auténtica master class de saber hacer pop en píldoras de tres minutos y medio (como marca la tradición).

Nuevamente junto a su productor de cabecera, el también chileno Cristián Heynes, la diva latinoamericana se ha puesto el mundo por montera y, apuntándonos con sus pezoncicos, vuelve a marcarse un disco sobrado de himnos más pegajosos que un chicle y que agradecerán, mucho, aquellos que ya andan en plena operación bikini dejándose el alma en los templos del cardio. Tres cuartas partes del disco son singles potenciales. Y eso, señoras y señores, es lo que cualquiera debe pedirle obligatoriamente a un disco y una artista como la que nos ocupa que ha hecho del hedonismo musical su mejor arma.

Sí, estas nuevas canciones pueden sonar más bastas y sobreproducidas que todo lo que con anterior nos ha presentado. Pero si nos dejamos de purismos, en “Otra Era” no sólo encontramos una de las mejores canciones de su carrera (“Espada”, con ese vídeo de Luis Cerveró que se apoyaba en todo tipo de referencias lésbicas), sino también gemas que pueden tener un largo recorrido como “Que Me Tome La Noche” (resulta imposible no enamorarse hasta las trancas de esos violines enlatados y ese deje tan Dinarama), “Esa Fuerza” (ojo a ese final que es todo un homenaje al one hit wonder “Que El Ritmo No Pare” de Patricia Manterola) o la ascendente “Los Olores DeTu Alma” con esos sintetizadores tan pasados de vueltas.

Sigue poniéndose romaticona (“Quédate Un Ratito Más”) y de lo más italo cuando la ocasión lo merece (el tema titular, sin ir más lejos). Pero a grosso modo, el pueblo quiere bailar para olvidar sus problemas cotidianos y aquí hay suficientes dosis como para gastar la suela de las zapatillas sin necesidad de que ninguno de nosotros nos sentamos culpable.