![]() |
Aphex TwinSyroWarp 7,5IDM |
Vuelve el hijo pródigo. El mago de las frecuencias irreconocibles. El genio esquivo y huraño de Cornwall. O lo que es lo mismo: la mejor noticia desde que Boards of Canada decidió hacer lo mismo el año pasado (y con campaña de marketing 'parecida' a tenor de su aplastante originalidad, con una hoja de prensa ya consolidada como pieza de culto, zepelines sobrevolando cielos, alusiones a los temores del big data o enlaces a la Internet Profunda). Eso sí, en el caso de Richard eran trece los añazos en los que decidió aparcar su alter ego más famoso. Porque, pese a que teníamos carnaza para devorar en los (excelentes) maxis de la serie “Analord” como AFX o los escarceos juguetones bajo la máscara de The Tuss, lo cierto es que la horrible sequía que dejó a su paso “Drukqs” se había convertido en algo del todo insoportable.
Dicho anuncio parecía atraer el consenso general de colocar a Richard D. James como mesías salvador de la electrónica. Como el escudo protector ante las idas de olla de Richie Hawtin, la falta de ideas en sus compañeros generacionales o bien contra las peligrosas y constantes incursiones de los guerrilleros EDM cual mancha de aceite por todo el planeta. Pero, la primera pregunta que nos viene a la cabeza es qué puede ofrecernos realmente “Syro” hoy, en 2014. Los fieles al sonido díscolo, escurridizo y alocado que fundó nuestro hombre hace más de dos décadas tendrán parte de su dosis, pero sin la frescura de antaño: el sexto álbum de Aphex Twin suena por momentos a una especie de greatest hits, a una colección de sus mejores sonidos enroscados en una especie de puzzle. De nuevo, un rompecabezas sonoro inigualable, pero esta vez parece que el irlandés ha estado reorganizando y rescatando piezas de sus archivos para crear con prisas un collage (como el famoso caso del remix por encargo de Lemonheads, en el cual cuenta leyenda que Richard ni tan siquiera escuchó la canción). “Produk 29”, por ejemplo, recuerda más a los momentos más mansos de “I care because yo do”. Algo parecido ocurre con “Minipops 67 [Source Field Mix]”. Pero ojo, ambas poseen destellos de calidad permanentes.
Por contra, si nos basamos en todo aquello que Richard sabe hacer tan bien, “Syro” se convierte en caballo ganador: no inventará nada ni descubrirá nuevos ases en la manga del irlandés, pero mantiene intacto su único y patentado lenguaje musical. Vuelve el sonido crudo rave (“'180db_”), el funk acidorro por excelencia (“'XMAS_EVET10 [thanaton3 mix]”), los breakbeats imposibles (“s950tx16wasr10 [earth portal mix]”, con sus 160 bpm) o el jungle demente que tanto le gusta retorcer (la muy 'Squarepushiana'“CIRCLONT14 [shrymoming mix”). De nuevo, canciones contorsionadas que conforman un enigma sonoro y esquizoide del que tan solo la paciencia y motivación que cada uno decida aportar dependerán para descifrar su contenido.
Resulta difícil intentar predecir que pasaría si “Syro” no viniese con la etiqueta de salvador o con la presión de ser el primer larga duración tras tanto tiempo. Sin estos pesados lastres, podríamos aventurarnos a calificar el trabajo como algo más que notable. Como mínimo, “Syro” servirá para seguir recordando que personajes como él sólo hay uno, y que su música es del todo imprescindible, sea el momento que sea. No obstante, conociendo la siempre genial complejidad de Richard D. James, debemos dejar reposar el trabajo como mínimo unas cuantas semanas. Tras repetidas administraciones, el tiempo dirá si estamos ante un plano auto plagio o ante una nueva genialidad. Sin ir más lejos, el reposo del tiempo sentó la mar de bien a los últimos discos de Autechre o Boards of Canada. Mientras tanto, al acabar de escribir estas líneas, suena de fondo el cierre del disco, la minimalista “Aisatsana”, en la que Aphex juega a ser Erik Satie, y me pregunto cómo es posible que “Drukqs” fuera tan vilipendiado en su momento.

Beto Vidal
Desde que tuvo de bien pequeño en sus manos el doble compacto azul de los Beatles (1967-70) hasta que pudo colaborar en la mejor cabecera española de música independiente, Beto Vidal no cesó en su empeño por descubrir, adorar y recomendar música “rara” y “oscura” (palabras textuales de sus progenitores). A partir de esos primeros ramalazos psicodélicos, Beto ha intentado dar forma a una cultura musical que pasa por la electrónica, el rock independiente más atrevido o el pop más cósmico. Go Mag ha sido su casa desde 2009, lugar donde tuvo el eterno placer de entrevistar a Daft Punk, Plastikman, Carl Craig, Apparat, Ellen Allien o Agoria, así como por otros valores del underground español (Wooky, Monki Valley…) e internacional (Rone, Sinkane, Echospace, Peaking Lights, etc.).