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Resonance  

Resonance

Skygaze

El Hombre Bala

7,5

Post shoegaze

Vidal Romero

 

Me comentaba hace poco un músico de Tenerife que el principal escollo al que se enfrentan las bandas de la ciudad es, precisamente, el de sentirse parte de una periferia. Es decir, que si España es ya un país centralista en cuanto a la música –esa ley no escrita, según la cual cualquier propuesta mediocre, que tenga base en Madrid o Barcelona, tendrá una presencia en los medios infinitamente más grande que un grupo de, pongamos, Albacete–, en el caso de las Islas Canarias el problema se magnifica debido a su lejanía geográfica. Una realidad que hace aún más admirable el esfuerzo de Javier Pérez Rodríguez, que lleva casi una década refinando el sonido de su proyecto, Resonance –por el camino han quedado otro álbum, “Hedonist series 01” (05), un maxi, “Cutting lips” (07), y varios CDr–. Un esfuerzo que ha cristalizado en el estupendo “Skygaze”, uno de los mejores discos de música electrónica que se han publicado en España durante 2013, aunque casi nadie se haya dado cuenta.

 

La introducción, “Balad 1”, ya muestra a las claras una de las virtudes de “Skygaze”: una producción diáfana y detallista, que permite a Resonance apilar capas de sintetizador y guitarra, que le permite emborronar todos los planos con ruido y delays, sin perder nada de claridad en el proceso. Una virtud que se agranda en esa hábil mezcla de estilos que es “Skygaze”: los sintetizadores y tratamientos de voces recuerdan al techno de los noventa (piensen en Orbital y acertarán), la estructura y los bajos son puro shoegaze y las texturas en el plano de fondo remiten a un ambient clásico. “This field”, justo después, añade la indietrónica a la ecuación –deja caer voces etéreas sobre una melodía flotante y un ritmo esquelético, un poco como una canción de Postal Service a la que le hubieran bajado el pitch–, antes de que entre en escena “A vital gap”, una delicada excursión ambiental, que oculta tímidos apuntes melódicos entre crujidos y ambientes legañosos. Mucho más agresiva, la cara B se abre con la monstruosa “Something like”, un festival de ritmos gruesos, modulaciones y descargas ácidas; un ataque salvaje a las pistas de baile, que se completa con “Ascend”, otro carrusel de techno mutante, aún más industrial y oscuro. Entre medias “Dream used to have”, una pieza de shoegaze turbio con corazón electrónico, que mira de reojo a las recopilaciones de Pop Ambient que publica Kompakt. Y para terminar, “Ending”, que recupera los ambientes nebulosos con los que se abría “Skygaze”, y cierra el círculo de un disco que funciona como una especie de viaje sentimental. La obra de un talento en plena forma, que se merece mucha más atención.

 

Vidal Romero

Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.

 

vidal@blisstopic.com