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NBA - Semana #4

El equipo yeyé

 

Toni Castarnado

Fotos: NBA

 

Conseguir un anillo de la NBA es harto complicado. Son muchos los equipos grandes que se han quedado a un suspiro de lograrlo. Casos de justicia divina que deberían recompensar a escuadras que lo merecían, pero que se quedaron a un paso. Uno de los más evidentes fueron los Utah Jazz de Karl Malone y John Stockton, una de las parejas más míticas de la historia, la asistencia de uno y la canasta de otro, una de las imágenes que glosan el ideario de la liga. No obstante, lo más doloroso fue lo de Sacramento Kings…

 

Y eso que no llegaron ni a jugar una sola final (estuvieron a punto si no llega a ser por aquel triple milagroso de Robert Horry). Sin embargo, no hubo un equipo que jugase mejor al baloncesto que ellos. Yo no recuerdo otro igual en los últimos veinte años. Baloncesto del que ya no se ve salvo en excepciones, bonito, elegante, juego de pases, muy europeo en su caso, y diría más, era de la escuela de los Balcanes, con jugadores en aquella plantilla como Vlade Divac y Pedrag Stojakovic. Y otros que también podían haber nacido en Belgrado, como Chris Webber. Quizás el pívot con más clase y a la vez con más mala suerte que se recuerde, empezando por aquella legendaria final universitaria con los cuatro magníficos. Recursos, facultades, visión de juego, movimiento de pies, un tiro letal a cuatro o cinco metros, y como pareja Vlade Divac, un base vestido de pívot, pero al mismo tiempo un fajador, un teatrero, un jugador único en su especie. Les complementaban un base atípico como Mike Bibby, blanco y con poco físico, con pinta de cualquier cosa menos de estrella de la NBA. Sin embargo, era listo como él sólo. Y el triplista por excelencia durante ese periodo, la mano de Stojakovic y su letal atino. Y un jugador que les acompañaba que empezaba a despuntar, el turco Hedo Turkoglu.

 

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Verles jugar era un regalo para la vista, baloncesto puro, de academia, de talento innato, sin alardes, si bien era un juego de ataque atractivo. Casi no había mates, ni alley oops, si bien la combinación, el compañerismo, entenderse con un único gesto y con la mirada, esa era la dinámica que seguían aquellos Sacramento Kings que nos retrotraen a la nostalgia. Entrenados por Rick Adelman, un hombre que sabe manejar estas situaciones, esta clase de grupos. Ahora tiene ante sí a uno de parecidas características, los actuales Minnesota Timberwolves. Con un ramillete de jugadores que también vienen del baloncesto europeo y que están lejos de ese prototipo de físicos atléticos e imponentes, tipos como Ricky Rubio, Pekovic y Shved que disfrutan como niños con este juego. O el boricua Barea, el jugador más bajo en la actualidad, pura electricidad y habilidad. Y, como líder, un jugador distinto a los demás, el gran Kevin Love. Un pívot con alma de alero, que rebotea como una bestia y tira de tres mejor que nadie ahora a excepción de Stephen Curry. Con esa barba poblada, ese aire a lo Beach Boys (de hecho, pertenece a la saga familiar) y una clase que posiblemente no esté al alcance de otro baloncestista en estos instantes. Con Ricky Rubio forman una de las parejas de moda y de más futuro de la NBA. Magia y frescura al servicio del espectador. Les pones banda sonora de The Jayhawks, y ya tienes a los nuevos Sacramento Kings. Les falta un poco de fondo de armario, que les respeten más las lesiones que el año pasado y un poco de paciencia, de tiempo, pero la cosa promete.

 

Como también ilusionan unos Portland Trail Blazers con los que nadie contaba y que se han puesto en la pole position sin pedir permiso. De momento, la revelación del campeonato. Ya tendremos tiempo de extendernos con ellos. Eso sí, la noticia de la semana ha sido la vuelta a los entrenamientos de Kobe Bryant (y por desgracia, las lesiones de Marc Gasol y la de larga duración otra vez de Derrick Rose, un drama). No se espera su vuelta hasta el día de Navidad, aunque verle vestido de corto ya es motivo de alegría. El jugador más importante desde la retirada de Michael Jordan junto a Lebron James, tiene ganas de volver y muchos retos aún por delante. Es un icono.

 

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El jugador de la semana: Ya que hablamos de baloncesto bonito en la onda de aquellos Sacramento Kings y los Wolves de ahora, el otro equipo de tocata de pilas y tortilla de patatas ideal para un pícnic de domingo son los Golden State Warriors. El curso pasado fue el equipo sorpresa y para esta sesión no hay límites, pues han fichado al jugador que es el pegamento que todo lo une. Andre Iguodala ha encontrado su sitio, y su triple en el último segundo esta semana para ganar un partido es la constatación de que es una mega estrella que, además, sabe jugar pensando en beneficio del equipo.

 

El partido de la semana: Dallas Mavericks - Golden State Warriors (Nowitzki vs. Curry) – 27/11/2013 

 

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Toni Castarnado

Toni Castarnado es un crítico musical que escribe también de manera puntual sobre cine y, ahora, deporte en Blisstopic. Es autor de los libros “Mujer y música: 144 discos que avalan esta relación” y de su segundo volumen, “Mujeres y música: 144 discos más que avalan esta relación”.Colomense de pro y residente en el Maresme, es colaborador casi desde sus inicios en Mondo Sonoro, y en cabeceras como Ruta 66 o Rock Zone. Escribe artículos para el blog La Ruta Norteamericana de El País, y ha hecho radio en varios medios, dirigiendo el espacio “Canvi de Ritme” en COM Radio, en el cual combinaba música y deporte. Por su grabadora han pasado un gran número de artistas; entre ellos, Arcade Fire, Antony & The Johnsons, Patti Smith, Marianne Faithfull, Mötley Crüe, Rammstein, Muse, The Black Keys, Tori Amos, Frank Black, Kings Of Leon o Mavis Staples.