NBA - Semana #1
TODOS CONTRA LEBRON
Fotos: NBA
Un titular como este, la primera ventana que asoma y nos avisa de nuestras intenciones. Y, en este curso baloncestístico 2013/2014 (que diría el añorado Andrés Montes) que acaba de arrancar, esta es la terminología para definir la situación o el carácter de la competición sobre el parquet, la lucha de una comunidad entera contra un individuo, veintinueve equipos de doce jugadores cada uno contra el enemigo público número uno.
Más odiado que no amado por el común de los mortales, la tortilla se va dando la vuelta poco a poco, aunque todavía hay una parte de la misma que está más cocida y a punto que la otra, y Lebron James, El Rey, ha conseguido humanizar al personaje, un súperhéroe con capa que también sabemos que es de carne y hueso, que puede volar como lo hacía Spider-man, pero que también se permite caminar sobre el asfalto y ser algo más terrenal. Cuando cambió la dureza de Ohio por el sol de Florida, a Cleveland por Miami, pronosticó que, junto a Dwayne Wade –lo más parecido que hemos visto a Michael Jordan desde su retirada, si bien muy lejos del aura de aquél– y Chris Bosh –un jugador cada vez más de chiste al que no hay por dónde cogerlo–, iban a ganar seis, siete y hasta ocho anillos, y ya tiene dos en el zurrón. No obstante, aquella bravuconada ahora no parece serlo tanto, si bien la competencia para él cada vez es más feroz.
Todos y cada uno de sus rivales han subido la apuesta, se han vestido de gala para pisar el casino y jugársela todo a una carta ganadora. Indiana Pacers es, si cabe, más fuerte; Chicago Bulls ha recuperado a su timonel, lo de Brooklyn Nets no hay que acabar de creérselo, nunca creí en los proyectos artificiales y sin alma hechos a base de talonario desmantelando precisamente a la franquicia con más corazón de toda la liga, los Boston Celtics. Aún cuesta ver, y no sé si nos acostumbraremos, a que luzca Paul Pierce otra zamarra que no sea la verde con el trébol. En los Knicks, el equipo de las luces del Madison y que recuerda al Atlético de Madrid, en un caso en el que también se podría aplicar aquel glorioso, “papá, ¿por qué somos del Atleti?”, no se puede confiar, y menos aún cuando lo más sonado ha sido fichar a Andrea Bargnani, uno de los jugadores más indescifrables de la liga. Y ellos tampoco tienen al Simeone de turno, una pena. Y es que, empezar a hablar de lo que va a ser esta temporada, y tener más en el punto de mira a la conferencia Este que a la Oeste, cuando en la última década, prácticamente todo el poder y el talento estaban al otro lado del océano, indica ese cambio de tendencia, el que con su estilo definido ha provocado Lebron James.
Sin embargo, no debemos olvidar que estuvo al filo del alambre, a 28 segundos de claudicar ante la sobriedad de los Spurs, de no ser por ese triple imposible del jugador más elegante y fino de los que se han visto en la historia del deporte de la canasta, el gran “Sugar Ray”, el mismísimo Ray Allen. Y en ese lugar es donde hay que poner el ojo, en el estado de Tejas, en la el hogar de Tim Duncan –si mantiene el nivel del año pasado aspiran a todo-, Manudona –debilidad personal– y un Tony Parker que este año, tras perseverar mucho, coronó a Francia en el Eurobasket. Y de ese estado, moviéndonos por la periferia, dos pesquisas. Houston Rockets y el armazón de Dwight Howard, tras una temporada en Lakers que daría para una película de éxito en taquilla, y el más deseado por todos este verano –eso sí, Marc Gasol ya le ha quitado el trono como mejor pívot de la liga–. Y el tapado, que pueden ser los Dallas Mavericks, tras un año en el limbo, Nowitzki promete emociones fuertes. Tiempo al tiempo. Y un detalle: el rookie Michael Carter Williams, que casi hace un cuádruple doble el día de su presentación en sociedad. Impacto nada más aterrizar.
El jugador de la semana: Debería ser Derrick Rose, pues su retorno tras año y medio de baja era el que esperaba todo Cristo. No obstante, yo me quedo con Andrew Bynum. Porque es un rock-star. El hombre que, estando lesionado, tras un año en el dique seco, no llegó a debutar con los Sixers y un jugador que han reclutado los Cavaliers, y que, lejos de estar a perpetuidad en el gimnasio, se lo descubrió durante su recuperación jugando a bolos o bailando flamenco en un tablao. Grande, muy grande.
Partido para perder el sueño: Minnesota Timberwolves – Golden State Warriors (Ricky Rubio vs. Stephen Curry).

Toni Castarnado
Toni Castarnado es un crítico musical que escribe también de manera puntual sobre cine y, ahora, deporte en Blisstopic. Es autor de los libros “Mujer y música: 144 discos que avalan esta relación” y de su segundo volumen, “Mujeres y música: 144 discos más que avalan esta relación”.Colomense de pro y residente en el Maresme, es colaborador casi desde sus inicios en Mondo Sonoro, y en cabeceras como Ruta 66 o Rock Zone. Escribe artículos para el blog La Ruta Norteamericana de El País, y ha hecho radio en varios medios, dirigiendo el espacio “Canvi de Ritme” en COM Radio, en el cual combinaba música y deporte. Por su grabadora han pasado un gran número de artistas; entre ellos, Arcade Fire, Antony & The Johnsons, Patti Smith, Marianne Faithfull, Mötley Crüe, Rammstein, Muse, The Black Keys, Tori Amos, Frank Black, Kings Of Leon o Mavis Staples.