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La Liga - Jornada 28

Barça y Madrid demuestran que queda mucha liga

 

Texto de Milo J. Krmpotic'

Fotos LFP / Vídeos de Canal +

 

Durante una hora, el Madrid fue bastante más que el Barça, encomendado a los cruces de Piqué y los guantes de Bravo. Pero, cargado por las amonestaciones, falto de aliento y torturado por dos latigazos ofensivos de su rival, acabó descompuesto. Fue, en cualquier caso, un Clásico tan espectacular como emotivo.   

 

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La Liga - Jornada 28

Barça y Madrid demuestran que queda mucha liga

 

Texto de Milo J. Krmpotic'

Fotos LFP / Vídeos de Canal +

 

Durante una hora, el Madrid fue bastante más que el Barça, encomendado a los cruces de Piqué y los guantes de Bravo. Pero, cargado por las amonestaciones, falto de aliento y torturado por dos latigazos ofensivos de su rival, acabó descompuesto. Fue, en cualquier caso, un Clásico tan espectacular como emotivo.   

 

FC Barcelona-Real Madrid

EL CLÁSICO INESPERADO

 

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FC Barcelona 2 – Real Madrid 1

(Mathieu 19’, Ronaldo 31’, Luis Suárez 56’)

Contemplaba la previa a un Madrid en horas bajas, capaz de encajar cuatro tantos durante una noche europea en Chamartín, frente a un Barça que comenzaba a recuperar su mejor versión, liderado por un Messi de leyenda en su victoria de entre semana ante el Manchester City. Y la calma con la que salieron al campo los de Luis Enrique pareció abundar en ese diagnóstico, esgrimido especialmente por los pies de un Iniesta que volvía a bailar claqué por la lateral izquierda del área rival. Pero, fuera porque un pisotón a destiempo de Carvajal dejó al manchego tocado, fuera porque Bale comenzó a acudir en la ayuda para cerrar esa vía de agua, el Madrid apenas tardó en recuperar el equilibrio. Es más, ayudado por las constantes, inexplicables imprecisiones azulgranas en el pase, se lanzó a hacer sangre en la ausencia de Busquets: Isco, Kroos y Modric eran mucho más que Iniesta, Rakitic y Mascherano porque el segundo croata se ahogaba en el impecable repliegue madridista y el argentino no sólo no lograba crear, sino que su gran virtud defensiva, el corte, palidecía ante un juego donde primaba el toque frente a la velocidad.

 

Un testarazo de Mathieu a falta lanzada por Messi puso por delante al Barça y certificó las penas que pasa este año por alto la escuadra merengue. Pero el carácter vital del francés en ambas áreas era mala señal acerca del rendimiento de sus compañeros. Messi no asomaba la cabeza, Suárez no lograba desembarazarse de Pepe y Neymar insistía en la mediocre tónica de su último mes y pico. Fue así que, tras perdonar el brasileño solo ante Casillas (aunque pareció fuera de juego), el Madrid montó una contra de libro culminada por la puntera de Ronaldo tras estratosférica asistencia de espuela de Benzema. Y el Barça, que ya había visto cómo el luso estrellaba un remate en el larguero, que volvió a temblar cuando Bale marcó un tanto invalidado por la posición avanzada de CR7 en la prolongación del centro al área, cayó presa de la histeria. En un lamentable (des)concierto de errores, provocados bastantes de ellos –pero no todos– por la presión al límite de los de Ancelotti (para que Mateu Lahoz les muestre a los blancos tres amarillas en un primer tiempo…), Piqué y Bravo tuvieron que sudar sangre a fin de que los suyos no regresaran al vestuario por debajo en el marcador. El Camp Nou había acabado pidiendo la hora.

 

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Y ciertamente no pareció que la charla táctica de Luis Enrique durante el descanso sirviera de gran cosa. No lograba el Barça contener a Marcelo y sus asociaciones con Benzema se tradujeron en otro par de ocasiones desbaratadas in extremis por Bravo. Pero, cuando peor pintaban las cosas para los de casa, Luis Suárez controló de maravilla un zapatazo de Alves a la espalda de los centrales y, cayéndose, cruzó bajo los pies de Pepe, que llegó a tocar el balón pero no consiguió desviarlo. Y el Madrid sí se resintió tras ese segundo insospechado latigazo. Fue así que, a la salida de unos diez minutos de lucha de trincheras (con faltas feas, a destiempo y correctamente amonestadas de Mascherano, Isco, Iniesta…), los visitantes notaron el esfuerzo y los de casa, reforzados progresivamente con las entradas de Busquets y Xavi, se adueñaron de la situación. Mereció Neymar el gol tras galopada de cuarenta metros pero su disparo se fue alto, mientras que Casillas se lo negó a Alba, habilitado por un Messi que ya mandaba en la medular, y tanto el argentino como Luis Suárez hicieron agua por poco en sendos remates tras buenas jugadas personales. Con el encuentro ya roto, el Barça dispuso de varios contraataques en superioridad para recuperar el goal average, pero su 9 erró todos los pases y su medular apostó finalmente por el control, muy consciente de que, visto lo visto, jugado lo jugado, una victoria por la mínima resultaba de lo más estimable.

 

Lo mejor: La disciplina madridista a la hora de aplicar la pizarra de Ancelotti durante el primer tiempo, con Modric como infalible centro de operaciones. Y, en el otro lado de la vida, la seriedad de Piqué y la inspiración de Bravo.

Lo peor: El baile de piscinazos protagonizado por Ronaldo, Suárez, Neymar… Y no se entiende que Bale disputara noventa minutos si estuvo desaparecido durante los segundos 45.    

 

Milo J. Krmpotic’

Milo J. Krmpotic’ debe su apellido a una herencia croata, lo más parecido en términos eslavos a una tortura china. Nacido en Barcelona en 1974, ha publicado contra todo pronóstico las novelas “Sorbed mi sexo” (Caballo de Troya, 2005), “Las tres balas de Boris Bardin” (Caballo de Troya, 2010), “Historia de una gárgola” (Seix Barral, 2012) y "El murmullo" (Pez de Plata, 2014), y es autor de otras tres obras juveniles. Fue redactor jefe de la revista Qué Leer entre 2008 y 2015, y ejerce ahora como subdirector del portal Librújula. Su firma ha aparecido también en medios como Diari Avui, Fotogramas, Go Mag, EnBarcelona, las secciones literarias del Anuari de Enciclopèdia Catalana

 

milo@blisstopic.com