NBA - Semana #31
El otro
Fotos: NBA
Durante años, coincidieron dos O´Neal en la NBA, uno más famoso que el otro. Shaquille era el Rey entonces, Jermaine era un All-Star, otro jugador excelso. Pero, cuando se referían al segundo de ellos, siempre era “el otro O´Neal”. Shaquille eclipsaba a casi todos. Por su poderío en la zona, por su carisma. Ahora es comentarista de partidos de la liga, se veía venir, pues encaja con su carácter. Charles Barkley o Reggie Miller son algunos de esos ilustres que han pasado del parqué a coger el micro. Steve Kerr también, pero éste va a dar otro paso, del puesto de comentarista al banquillo como entrenador jefe en Golden State Warriors.
En cambio, Shaquille sólo ha hecho de ordenante de un equipo durante algunas de esas pachangas en el All-Star. Tras ganar tres anillos con Los Angeles Lakers y disputar una final con Orlando Magic, su siguiente objetivo era demostrar que no necesitaba a Kobe Bryant para ganar otro título, emigró a Miami a la vera de Pat Riley. Y allí se encontró con otro escolta descomunal con quien congenió para llevarse otra vez el pato al agua. Joven y ambicioso, un talento puro, Dwayne Wade fue su gran escudero en los Heat. Y posibilitó que Alonzo Mourning pusiera el broche de oro a una carrera encomiable, merecedora de otro relato conmovedor. A las primeras de cambio, Wade tuvo un anillo en uno de los dedos de sus manos. Tras esa hazaña, estuvo unos cuantos años sin saborear las mieles del triunfo. Hasta el día en que Lebron James tomó la decisión más importante del último lustro en la NBA: en un acto televisado en directo para todo el país, declaró el final de su aventura en Cleveland, la ciudad de sus amores (aunque después fue tratado como un traidor sin corazón ni palabra), y que el lugar en el cual conquistar su sueño de acercarse poco a poco a la leyenda de Michael Jordan era Miami, al lado de otro gran jugador. O de dos. Chris Bosh también aterrizó ese mismo verano, y allí les esperaba con una sonrisa en la boca Dwayne Wade. El inimitable Lebron sabía que esa era la mejor compañía posible. En un mundo de estrellas, en el que es difícil controlar los egos, en este caso cada uno supo dónde estaba su sitio. Uno era el revulsivo, la pólvora, el deseo; para el otro se abría un filón nuevo, sumar más anillos, más gloria. Y el uno sin el otro no lo habrían logrado.
Para Lebron James es esencial la participación de Wade, que, aquejado en ocasiones por el dolor, debe cuidar su físico. Por esa razón se le mima, se le mantiene siempre entre algodones, porque son sabedores de que su rol es básico. Una vez más, ha quedado demostrado, ha hecho una final de conferencia espléndida, su segundo y tercer partido de la serie fueron de libro. Desde la década de los ochenta, con Boston Celtics como protagonistas, ningún equipo jugaba cuatro finales seguidas. Miami Heat han entrado más si cabe en la hermosa historia de esta competición. La imagen de Gregg Oden, el jugador con rodillas de cristal, que había declarado que era el peor número 1 del draft de siempre, recogiendo el trofeo como campeones del Este habla muy bien de cómo de agradecido es ese vestuario. Es un premio para él. Shane Battier se ha llevado otro, el de mejor compañero del año. No hay nada como tener un amigo, y este equipo es una piña. También lo es San Antonio Spurs. Van a repetir final. Tim Duncan puede redimirse tras lo ocurrido hace doce meses. En Oklahoma e Indiana habrá tensa espera, debe haber cambios. En OKC no les ha salvado ni la milagrosa recuperación de Ibaka, si bien fue un acicate su concurso. No es de recibo que todos los balones se los jueguen dos jugadores, se necesita un juego más coral. No obstante, les queda un consuelo: Derek Fisher murió con las botas puestas. Un crack. Justo lo que precisamente no es Lance Stephenson, el triste y patético jugador de Indiana. Mucho músculo y facultades, pero pocas neuronas y sin respeto ni por sí mismo ni al resto. Ya tenemos final. Nos esperan dos semanas de magia, de sudor y lágrimas. Y buen juego. Ellos han sido los mejores.
El jugador de la semana: Kawhi Leonard tiene las manos más grandes de todos los jugadores que se emplean en las canchas de Estados Unidos, 29 centímetros de palma. Es joven y, sin embargo, juega como un sabio veterano. Siempre ha defendido como una estrella, ahora también anota como lo que ya es. Hace de todo y lo hace bien, rebotea, mete triples, roba balones, pasa igual de bien que pívots compañeros suyos como Diaw y Splitter, es esa sangre fresca que a unos Spurs veteranos les hace tanta falta.
El partido de la semana: San Antonio Spurs vs. Miami Heat (Duncan vs. James), jueves 5 de Junio a las 3 de la madrugada.

Toni Castarnado
Toni Castarnado es un crítico musical que escribe también de manera puntual sobre cine y, ahora, deporte en Blisstopic. Es autor de los libros “Mujer y música: 144 discos que avalan esta relación” y de su segundo volumen, “Mujeres y música: 144 discos más que avalan esta relación”.Colomense de pro y residente en el Maresme, es colaborador casi desde sus inicios en Mondo Sonoro, y en cabeceras como Ruta 66 o Rock Zone. Escribe artículos para el blog La Ruta Norteamericana de El País, y ha hecho radio en varios medios, dirigiendo el espacio “Canvi de Ritme” en COM Radio, en el cual combinaba música y deporte. Por su grabadora han pasado un gran número de artistas; entre ellos, Arcade Fire, Antony & The Johnsons, Patti Smith, Marianne Faithfull, Mötley Crüe, Rammstein, Muse, The Black Keys, Tori Amos, Frank Black, Kings Of Leon o Mavis Staples.