NBA - Semana #19

Una bestia parda

Toni Castarnado

Fotos: NBA

“El de arriba me dio unas habilidades tremendas para jugar al baloncesto y yo sólo trato de aprovecharlo cada noche”. Esas fueron las palabras de Lebron James tras su gesta, la de anotar 61 puntos en un partido contra unos Charlotte Bobcats que opusieron resistencia. Con esa marca superaba los 55 de Glenn Rice, el record hasta entonces en su franquicia actual, los Miami Heat. Y colocaba la novena mayor anotación de toda la historia. Si no se hallaba ya por derecho propio entre los jugadores más importantes de siempre, ahora ya lo está.

Lebron es, ante todo, un cabezota; consigue lo que se propone, por mucho que le cueste conseguirlo no cesa en el empeño. Y este año, dado el protagonismo de Kevin Durant, quiere repetir MVP, el tercero consecutivo. También reclama el de defensor del año, se quiere equiparar a Michael Jordan y destacar como el mejor en ese apartado: ni Marc Gasol, ni Tyson Chandler, ni Serge Ibaka, ni nadie. Él y sólo él. Lo del anillo junto a los que define como sus amigos del alma será también una cruzada personal. Pero eso será a partir de Semana Santa, antes tiene otros objetivos. Estos días en que se ha hablado tanto de las máscaras que ha llevado durante su carrera deportiva Carles Puyol, el bravo y honesto defensa culé, Lebron James también la ha lucido tras su lesión de nariz. Sin embargo, a él le preocupaba más la estética que al de La Pobla. Primero fue una de color negro, después estrenó una de color blanco, luego le obligaron a usar una transparente con la cual le dejaron KO de nuevo. Tras esto quién sabe, la pirotecnia de marketing en la NBA no tiene fin. Desde los famosos 81 puntos de Kobe Bryant frente a Toronto Raptors, no se había osado de esa manera a la estadística, al marcador. Al ser retirado a falta de 1 minuto y 24 segundos para el final del encuentro, Lebron James se sintió como el hombre más poderoso del planeta, el verdadero Rey. Veía el aro como una piscina, lo metía todo, 25 puntos en un cuarto, en el tercero, una exhibición pocas veces vista.

Esa misma noche, Pau Gasol sumaba mil encuentros disputados en la Liga, y lo hacía también como un general, a lo grande. Lideró a sus Lakers en cancha de los Blazers, su no traspaso le ha dado más confianza si cabe, se le nota en la mirada. De cara al año que viene se presume que va a estar de nuevo entre los elegidos. Justo el apelativo de Lebron James. El de Sant Boi también lo es. Eso sí, la paliza por 48 puntos de diferencia que les endosaron sus vecinos es la más deshonrosa derrota de siempre de la franquicia angelina, la cara del general manager de Lakers en su palco lo decía todo. Russell Westbrook también desafió la física: en 21 minutos de juego, un triple doble, el más rápido desde que en 1955 alguien lo lograra en 17. Con los OKC debutó Caron Butler, buen fichaje el suyo, a ver cómo encajan las piezas. Y, volviendo a Miami Heat, en la noche del jueves hubo reedición de la final del año anterior, partido contra San Antonio Spurs. Lo de este equipo no es únicamente  para escribir una columna como esta, lo suyo merece una antología de al menos mil páginas. Estar tantos años arriba en la cúspide, ser siempre competitivos, renovarse cada temporada con movimientos inteligentes y mantener a sus tres estrellas veteranas, Duncan, Parker y Ginobili, motivados y en plena forma cuando se cuecen las habas. Mucho cuidado con ellos otra vez, el equipo con más jugadores internacionales de la NBA -de hecho, hay muchos más foráneos que norteamericanos-, y de todas las nacionalidades, va a dar guerra de nuevo. Como Chicago Bulls, los eternos guerreros que ya se han olvidado de la baja de Rose, y Houston Rockets y su banda rodada y con ganas de hacer pupa.

El jugador de la semana: Se truncó la racha de partidos consecutivos de Kyle Korver metiendo al menos un triple, nada menos que 127. Lo conseguido por el alero de Atlanta Hawks recuerda a cuando José Manuel Calderón hizo algo parecido desde la línea de tiros libres sin errar un solo lanzamiento. Ahora ya se acabó, vuelta a la normalidad, dejar esa obsesión a un lado. Stephen Curry es quien ha cogido el relevo de Korver, lleva cincuenta partidos seguidos con su triple particular.

El partido de la semana: Chicago Bulls vs. Houston Rockets (Noah vs. Howard). Viernes 14 a las doce de la noche.