Amor cibernético
Mi novia es un algoritmo
Chico solitario conoce a chica. Chico solitario se enamora de chica. Chica es en realidad una aplicación software. Este es el punto de partida de "Her", la última y oscarizada película de Spike Jonze. Más allá de consideraciones sobre lo novedoso o no del concepto o el exceso de clichés hipster de la cinta, lo que resulta indiscutible es que Jonze ha conseguido retratar de una manera tremendamente interesante una de las piezas clave de nuestro futuro cercano: la inteligencia artificial.
Es precisamente ese retrato creíble y bien cimentado el que ha generado un debate científico de primer nivel sobre cuánto de ficción hay en la película y, en general, sobre cómo puede ser nuestra relación con las máquinas en los próximos años. Poca broma, porque hasta su majestad Ray Kurzweil ha publicado un post en el que repasa la viabilidad de los planteamientos de la película e incluso pone fecha de nacimiento a Samantha.
2029. Esa es la fecha en la que Kurzweil considera que será posible enamorarse de un programa de software. Además de esta pregunta central, la comunidad científica se ha dedicado a diseccionar y analizar cada uno de los atributos de Samantha para dictar veredicto técnico sobre ellos. Así, es factible imaginar la interacción visual entre Samantha y Theodore como una versión evolucionada de las aún rudimentarias Google Glass. Igualmente, los dispositivos miniaturizados de la película también tienen poco de ficción y mucho de futuro cercano.
La capacidad de procesar y responder a las emociones y los sentimientos es el aspecto en el que la película se toma más licencias respecto a la realidad. El sentiment analysises aún una disciplina incipiente que apenas es capaz de procesar la superficie de la complejidad emocional humana. Máquinas que piensan, y mucho, ya existen, y si no que se lo pregunten a Watson. No obstante, a nivel de interacción social y emocional el software es aún ciertamente primitivo. Un ejemplo realmente es BroApp, una aplicación (a medio camino entre la parodia y el puro sexismo) basada en inteligencia artificial que da conversación a tu novia mientras tú estás con los amigotes.
Más allá de la mística, la inteligencia artificial (básicamente, sistemas software que aprenden y razonan para adaptarse a su contexto) es a día de hoy un campo de investigación tremendamente activo. Convertida en una especie de meta-concepto en el que cabe desde la interpretación del lenguaje natural hasta la percepción del estado de ánimo, la Artificial Intelligence está presente ya de manera casi invisible en la mayoría de servicios que utilizamos a diario.
Así, puedes estar seguro que las recomendaciones personalizadas que recibes, los resultados de tus búsquedas y, claro está, las sugerencias que te da Siri o Google Now son el producto de un algoritmo de inteligencia artificial que te analiza constantemente para adaptarse a ti. El Gran Hermano ya está aquí y ha llegado para quedarse. Don’t fight it, feel it.

Rafa Giménez
Después de probar con el macramé, el ping pong y la lectura de textos sufistas, hace ya muchos años que Rafa Giménez encontró en los ordenadores y las maquinitas de todo pelaje ese círculo de amigos que el mundo parecía negarle. La no demasiado sana pasión por el software, los procesadores y las pantallas que ha desarrollado desde entonces seguramente no ha ayudado demasiado a su sociabilidad ni a su éxito con las mujeres, pero sí le ha llevado a rincones de Internet donde se ven cosas que vosotros no creeríais. Habla bajito y vive feliz en su habitación con su soldador y su conejo robot, y afirma con seguridad que “All your base are belong to us”.