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Andrew Weatherall en Diez remixes
Nunca ha tenido un éxito en el Top 40 ni ha vendido muchas copias de sus discos, y sin embargo Andrew Weatherall es una figura clave para entender la evolución de la música independiente en los últimos tiempos. Pionero absoluto en la mezcla entre rock y electrónica, él ya estaba ahí hace veinticinco años, cuando el Hacienda de Manchester tomaba el pulso a las noches inglesas, y desde entonces le ha dado tiempo a montar varios proyectos legendarios (Sabres Of Paradise, Two Lone Swordsmen, The Asphodells), a fundar un puñado de sellos (el mítico Boy’s Own, hogar de Underworld, pero también Emissions Audio Output y Rotter’s Golf Club) y a producir varios centenares de remezclas. Escoger sólo diez de ellas era complicado, pero la ocasión –la visita al Nitsa de Barcelona de A Love From Outer Space, esa aventura que comparte con Sean Johnston, el próximo viernes 28 de febrero– merecía la pena. Por Vidal Romero
01
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01 Happy Mondays “Hallelujah (club mix)” (1989)
A Weatherall la alternativa en los estudios se la dio Paul Oakenfold, que había visto el potencial del joven Dj de primera mano, en las míticas Spectrum Nights. Y se la dio a lo grande, poniendo en sus manos el himno definitivo de los Happy Mondays, la canción que empujaría a montañas de ingleses a tomar al asalto los clubes, con un arsenal de pastillas de éxtasis en los bolsillos. Todo empezó así, con un sample vocal distorsionado y un piano que es puro Chicago.
02
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02 Primal Scream “Loaded (Andy Weatherall remix)” (1990)
Es posible que Alan McGee, el dueño de Creation, ni siquiera lo sospechara, pero cuando se le ocurrió la idea de encargar a Weatherall una remezcla de “I'm losing more than I'll ever have”, un tema más bien insulso del (insulso) segundo disco de Primal Scream, estaba cambiando la historia de la música independiente para siempre. Fue este remix el que convenció a McGee y a Bobby Gillespie de que Weatherall era el hombre perfecto para producir “Screamadelica” (91), el disco que consiguió inocular el virus de la cosa electrónica dentro de las conciencias indies.
03
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03 My Bloody Valentine “Soon (Andy Weatherall mix)” (1990)
O de cómo coger una canción que era puro éxtasis líquido, pura alquimia sonora, y transformarla en un himno ciberdélico con el que reventar las pistas de baile. Escuchada con distancia algunos elementos pueden resultar algo naíf, suenan demasiado a cliché de los primeros noventa (ese “here we go” que se escucha al principio del tema, por ejemplo), pero basta dejarla respirar para caer rendido a su magnético encanto. Como Seefeel, solo que varios años antes.
04
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04 Leftfield “Open up (I hate Pink Floyd mix)” (1993)
Weatherall no es siempre un tipo circunspecto; también gasta un humor bastante negro y sabe ponerse bruto cuando toca. Y la prueba está en esta remezcla que hizo para Leftfield: lo de “I hate Pink Floyd” es una broma acerca de la presencia de John Lydon, que es el tipo que se desgañita en “Open up”, pero también es la excusa perfecta para afilar el sampler, arrugar y ensuciar el sonido del tema original, y convertirlo en un trallazo punk que, como mandan los cánones, apenas supera los tres minutos.
05
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05 Red Snapper “Hot flush (Sabres Of Paradise mix)” (1995)
Ecos de dub, un ritmo entre roto y metronómico, una línea de bajo que golpea en el estómago y unos teclados que podrían sonar de fondo en alguna película de ciencia ficción. De nuevo, el mago Weatherall cogiendo lo mejor de una gran canción –Red Snapper en su versión más tosca, primitiva y salvaje– y llevándosela a su terreno; al terreno de un dub moroso y de cadencia pesada.
06
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06 Spiritualized “Come together (The Two Lone Swordmen remix)” (1998)
O de cómo tomar los elementos accesorios de una canción –voces que suenan de fondo, arreglos puntuales de saxofón, ruidos y crujidos de la grabación, los sintetizadores líquidos que asoman en la despedida, un break de la batería– y construir una auténtica odisea cósmica. Quince minutos de lisergia planeadora, pura ensoñación narcótica, que constituyen lo más parecido a flotar en el éter que puedan imaginar. Seguro que Jason Pierce escuchó el resultado con (sana) envidia.
07
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07 St. Etienne “Heart failed (T.L.S. dub)” (2000)
Weatherall ya había remezclado a St. Etienne en 1990, una aérea reinterpretación de “Only love can break your heart”, que sonó hasta el aburrimiento en los clubes ingleses. Pero un servidor prefiere la macarrada que se marcó con “Heart failed” ya en tiempos de Two Lone Swordsmen: una pista de dub oscuro y monstruoso, que parece estar a punto de tragarse al oyente a cada golpe de compás, y que refleja a la perfección el espíritu del proyecto que el barbudo compartía con Keith Tenniswood.
08
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08 David Holmes “I heard wonders (Weatherall mix)” (2008)
Si el tema original era uno de los mejores cortes de “The holy pictures” (08), ese disco con el que David Holmes declaraba su gran amor por el kraut rock, la versión de Weatherall no le iba a la zaga. Desnuda de muchos de sus arreglos, el muro de sonido reducido a bajo, batería y voz durante gran parte del minutaje, la remezcla alterna momentos de éxtasis climático y remolinos efectistas con estallidos de emoción estratégicamente situados. Perfecta economía de medios, máximos resultados.
09
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09 Daniel Avery “Movement (Andrew Weatherall remix)” (2012)
Dotado como está de un magnífico olfato para la cosa electrónica, a Weatherall le encanta descubrir y apadrinar a los jóvenes cachorros que crecen a su alrededor, a tipos como Daniel Avery, de los que habla maravillas y a los que regala maravillosas remezclas. En “Movement” la idea era reducir el pitch y la violencia que respiraba el tema, quitarle el trazo grueso (sólo respeta la línea de bajo, nobleza obliga) y llenar el plano de fondo con ecos y efectos especiales. Y el resultado es un delirio hipnótico y adhesivo, casi mejor que el original.
10
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10 Jagwar Ma “Come save me (Andrew Weatherall remix)” (2013)
Siendo los australianos unos tipos capaces de mezclar a la perfección el sunshine pop con la visión ácida de Madchester, era casi obligatorio que le encargaran una remezcla a Weatherall. Y el de Windsor no les defraudó: le bastó con suprimir los coros casi por completo, con sumergir la línea de bajo en una cámara de ecos y añadir un sintetizador obsesivo, para dar forma a un hit siniestro y repleto de humo; el lado oscuro de la psicodelia.

Vidal Romero
Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.