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Jimmy ChambersYou can’t fight itFly By Night Music 8,5Funk sintético |
Sucedió hace ya varios años: el DJ y productor italiano Riccio estaba viendo por televisión una reposición de “Asalto a la comisaría del Distrito 13” (76), el clásico de serie B de John Carpenter, y quedó fascinado por la canción que sonaba en los títulos de crédito: una versión del mítico tema principal de la película, que mantenía la reconocible melodía de sintetizador escrita por el propio Carpenter, pero que además añadía voces y arreglos de viento, para darle una infecciosa pátina funk. Fascinado, Riccio corrió a comprar un DVD de la película, sólo para descubrir que la canción no estaba allí: por alguna misteriosa razón, únicamente apareció en la versión italiana de la película, y sólo llegó a publicarse en forma de siete pulgadas promocional, en una tirada minúscula. La historia, que parece digna de algún loco guión del propio Carpenter, espoleó aún más la curiosidad del productor y de los dueños de su sello, Fly By Night Music, que primero buscaron (y pagaron un dineral por) alguna copia de ese single, y después se lanzaron a la caza de los derechos de autor. Una odisea que les ha llevado más de dos años, pero que al final ha llegado a buen puerto.
Tanto esfuerzo que se entiende con sólo escuchar el tema principal, que utiliza el minimalismo sintético de Carpenter como base para explorar un paisaje de funk distópico, con una letra que habla de la imposibilidad de vencer al poder (lo repite obsesivamente el estribillo: “you can’t fight it/you can’t beat the system”) y una producción espartana, que resulta aún más sorprendente por venir de Kenny Lynch, uno de los pocos cantantes negros que triunfaron en la escena londinense de principios de los sesenta. El resultado, fascinante, a medio camino entre Kraftwerk y Curtis Mayfield, ya merece la inversión, pero es que además en el reverso el propio Riccio se marca un edit que alarga la duración original, engorda el sonido y añade capas de misterio: una auténtica bomba para la pista de baile. Además, ahora que las bandas sonoras de Carpenter han recibido el tratamiento que se merecían, gracias a la labor de sellos como Death Waltz; ahora que el viejo maestro se ha decidido a publicar un disco con temas originales; recuperar esta pequeña joya, olvidada por el paso del tiempo, tiene todo el sentido del mundo. Bravo.

Vidal Romero
Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.