Menu

td2x04a

True Detective 02x04

El trío de la muerte

7,1

 

Milo J Krmpotic'

 

Frente a una primera temporada monopolizada por Cary Joji Fukunaga (con los resultados ya de sobra comentados), los dos episodios iniciales de este “TD2” recayeron en un realizador especializado en cine de acción, Justin Lin; el tercero (y de momento el más blando en términos visuales) fue a parar a las documentalistas manos de Janus Metz, mientras que, a falta de conocer quién se encargará del season finale, esta cuarta entrega inauguró lo que será una tendencia hasta la séptima fecha: directores curtidos en lo más granado de la pequeña pantalla contemporánea; para el caso, un Jeremy Podeswa cuyos créditos incluyen desde “Carnivale” y “A dos metros bajo tierra” hasta “Homeland”, “Ray Donovan” o “The Newsroom”.

 

Así las cosas, mientras los planos aéreos de autopistas, la banda sonora y ciertas secuencias-comodín ejercen de elemento unificador, el fallido 2x03 se nos antoja ahora una suerte de puente entre el tono más fílmico-atmosférico de Lin y este desembocar en una narración catódica de calidad pero quizá no tan estéticamente ambiciosa. Podeswa, por cierto, es mejor director de actores que de secuencias de acción, tal y como demuestra, sin ir más lejos, su labor en los capítulos 5x05 y 5x06 de “Juego de Tronos”, con el enfrentamiento entre las Serpientes de Arena y el tándem Lannister-Bronn como lamentable clímax. Y por ello tiene mostachos que le haya tocado en suerte tamaño final, ese tiroteo en pleno centro de Vinci que, todo sea dicho, a la postre ha contribuido a reconciliarme un tanto con la serie.

 

td2x04b

 

Con momentos de montaje tirando a patoso y un ansia de epatar tan excesiva como contraproducente (ametrallan hasta al apuntador y las tres personas que quedan en pie son precisamente los tres protagonistas, uno de los cuales debería comprar un billete de lotería porque venía ya de sobrevivir a dos disparos de escopeta a bocajarro), el dichoso tiroteo creció sobremanera en su epílogo, cuando Podeswa pudo centrarse en los efectos que dejaba en unos supervivientes extenuados en lo físico y al borde de las lágrimas en lo emocional toda vez comienzan a reparar en la carnicería de civiles que les rodea. Esos segundos de respiraciones entrecortadas y sollozos, con Bezzerides estallando en una sucesión de fucks (¿pequeño homenaje a aquel capítulo de “The Wire” donde tal interjección servía para explicarlo todo?) y las sirenas y helicópteros acercándose mientras la banda sonora se vuelve cada vez más sutil, valieron su duración en oro, e incluso me invitarían a obviar la escasa elegancia de su cierre en forma de plano detenido.

 

No debe ser casualidad, tampoco, que Kelly Reilly disfrutara de sus mejores momentos en lo que llevamos de temporada (“tengo una idea: convirtámonos en una de esas parejas que no hacen más que pelear”), como si por fin alguien le hubiera indicado qué hacer consigo misma. O que Rachel McAdams ofreciera algo más que su habitual pucherito cuando, en una secuencia de nuevo meta-tópica por su protagonismo femenino, se vio suspendida de empleo a causa de haber mantenido relaciones con un subordinado. O que Vince Vaughn no se viera tan exigido por la cámara durante los monólogos con los que intenta justificar su regreso al mundo del hampa. O que Colin Farrell no rizara el rizo en la única escena íntima que le tocó: esa especie de despedida de su hijo durante la que le hace entrega de la placa de su abuelo. Y a Taylor Kitsch nos lo saltamos porque hasta la fecha sólo lo hemos visto en modo sufrimiento y ni su retorno a la homosexualidad ni el descubrimiento de su paternidad alteraron esa expresión.

 

td2x04c

 

 

Pero sí, Woodrugh va a ser padre. Un padre conflictivo, como si la serie anduviera falto de ellos. Y Semyon, que no lo es, o por lo menos no todavía, añadió más madera a la caldera familiar con un par de declaraciones que resumen bastante bien el espíritu de “TD2” sobre este particular. Primero fue su negativa a adoptar un niño a la voz de “al menos, con tu hijo, son tus propios pecados [los que lo acompañan]”. Y, a continuación, realizó una muy personal interpretación de los lazos de parentesco: es familia tanto aquel que nace de tu sangre como aquel por quien la derramas. Y, entre una cosa y la otra, familias como la del alcalde Chessani llevan un siglo cortando el bacalao. Frente al un tanto trillado procedimiento policial, estas oscuridades humanas siguen dando vuelo dramático y simbólico al asunto.

 

Bonus tracks:

* Si Bezzerides vapea (aunque no en este capítulo, para que no resulte tan evidente), la hija del alcalde fuma en pipa de agua para marcar la cercanía entre ambas.

* Y si el padre de la citada Bezzerides es un Zeus angelino, su fallecida madre realizaba estatuillas de feminidad primordial. A ver hasta dónde tensa Pizzolatto esa línea simbólica.

* Se trató, por cierto, del único episodio de este segundo año en que Pizzolatto compartió las riendas de guionista: Scott Lasser fue su escudero.

* Todos a buscarle el aura a Velcoro, vamos…

* “A ninguna mujer con la cabeza en su sitio se le ocurriría salir con un policía”. Y Bezzerides debería saberlo porque ella cumple con ambas categorías.

* Todos los que se preguntaban qué pintaba el detective Dixon en la investigación tienen ya respuesta: era la cara conocida a sacrificar durante el tiroteo a fin de que cuele que los tres protagonistas se vayan de rositas.

* ¿Lera Lynn otra vez, en serio? ¿Acaso la tienen encadenada a la silla?

* Semyon: “A veces, lo peor de ti es lo mejor de ti”. Y quizá no le quede más remedio que creerlo, pero Velcoro está siguiendo la idea opuesta, parece que quiere convertirse, por fin, en un “true detective”.      

 

 

Milo J. Krmpotic’

Milo J. Krmpotic’ debe su apellido a una herencia croata, lo más parecido en términos eslavos a una tortura china. Nacido en Barcelona en 1974, ha publicado contra todo pronóstico las novelas “Sorbed mi sexo” (Caballo de Troya, 2005), “Las tres balas de Boris Bardin” (Caballo de Troya, 2010), “Historia de una gárgola” (Seix Barral, 2012) y "El murmullo" (Pez de Plata, 2014), y es autor de otras tres obras juveniles. Fue redactor jefe de la revista Qué Leer entre 2008 y 2015, y ejerce ahora como subdirector del portal Librújula. Su firma ha aparecido también en medios como Diari Avui, Fotogramas, Go Mag, EnBarcelona, las secciones literarias del Anuari de Enciclopèdia Catalana

 

milo@blisstopic.com

Más en esta categoría: « Borgen True Detective 2x05 »