American Horror Story 04x13
“Curtain Call”
7,5
Se acabó. "American Horror Story: Freak Show" ha quemado la última de sus etapas y lo ha hecho, si no de forma superlativa, si por lo menos notable. Faltará ver qué nos tienen preparado para la temporada siguiente y esperemos que pulan los defectos y ahonden en las virtudes para ofrecer un producto redondo de una vez por todas.
Pero vayamos a lo que nos ocupa. Dandy Mott es el nuevo propietario del circo y, como buen niño mimado que es, se comporta con las maneras de un tirano. Los freaks no están dispuestos a pasar por eso y deciden abandonar el circo. Pero Dandy parece tener siempre la última palabra y, en una escena algo desagradable por cruda y explícita, los va matando uno a uno a sangre fría en la típica catarsis colectiva (tanto para los espectadores como para unos creadores que necesitan desprenderse de sus personajes) que suele vivirse en toda buena season finale. Sólo Desiree y Jimmy logran salir con vida de la masacre, aparte de Bette y Dot que acceden a casarse con el asesino para salvar el pellejo. Pero las siamesas no son tan ingenuas como pudiera parecer y en realidad están preparando una trampa que acabará con Dandy ahogado en el tanque de agua de Houdini.
Sin embargo, la gran historia del capítulo es la protagonizada por Elsa Mars en Los Angeles. Los inicios en Hollywood nunca son fáciles pero un golpe de suerte llevará a Elsa al estrellato, recuperando así la confianza y el poderío de la dominatrix que fue en el pasado. Pero en el típico caso de auge y caída de una estrella, vemos que su matrimonio con un ejecutivo de televisión ha sido un paso en falso y que realmente ama a Massimo Dolcefino, al que le queda un mes de vida debido a una enfermedad terminal. En una huida hacia adelante, Elsa accede a actuar en la noche de Halloween, a sabiendas de que Edward Mordrake reclamará su alma. Y así es, en mitad de la interpretación del "Heroes" de David Bowie (cerrando así el círculo con el primer episodio), Mordrake hace acto de presencia y acaba con ella.
Y así llegamos al cierre. En una escena que recuerda al polémico final de "Perdidos" con todos los personajes juntos y bien avenidos en un espacio de gran fuerza simbólica. Elsa se reencuentra con todos sus antiguos compañeros muertos en la pista del circo, el lugar del que quizá no tendría que haber salido nunca para alcanzar la tan ansiada felicidad.
Estamos ante un capítulo que sabe quemar muy bien los últimos cartuchos de pirotecnia visual con el buen gusto al que nos tienen acostumbrados y que, a mi entender, tiene una primera parte negativa y una segunda positiva. La historia de Dandy y su masacre peca de un componente demasiado alto de aleatoriedad; pasa eso como hubiera podido pasar cualquier otra cosa, es un arco argumental que se abre en el penúltimo capítulo y no una consecuencia lógica del desarrollo de toda la temporada. Por otra parte, el viaje vital de Elsa Mars desde la Alemania nazi hasta el Hollywood dorado de cartón piedra pasando por el circo resulta de lo más interesante y satisfactorio; y más aún teniendo en cuenta que se trata de su despedida de la serie. Esperemos que la próxima temporada sea capaz de salir adelante sin su magnética presencia.

Héctor Ortega
Héctor Ortega (Reus, 1979). De un modo u otro la música siempre ha estado presente en su vida. Quizá el primer recuerdo sea el de Horacio Pinchadiscos y Teresa Rabal sonando en el comedor de su casa. Más tarde ya llegaron los cassettes de Iron Maiden y Megadeth y algo después la primera guitarra clásica con la que simultanear las clases de solfeo con el aporreo torpe de los acordes de Nirvana. Y luego ya los primeros grupos en Reus y el posterior traslado a Barcelona. Una vez allí, a la labor de escuchar y de tocar se sumó la de escribir, ya fuera en el Fanzine Chuck Norris, en Muzikalia o en las páginas de Mondo Sonoro. Y así hasta nuestros días, donde compagina la labor de tocar en bajo en la banda Sons of Woods con la eterna búsqueda de esos discos que le sigan poniendo la piel de gallina.