Menu

ahs4x3a

 

American Horror Story 04x03

Edward Mordrake Pt. 1

5,9

 

Héctor Ortega

 

Con la honrosa excepción de “Los Simpson”, no creo andar muy desencaminado al afirmar que, por norma general, nos da algo de pereza enfrentarnos al concepto de capítulo especial de Halloween con el que la ficción norteamericana nos ha ametrallado desde siempre. No ocurre así con “American Horror Story”, una serie en la que la idea encaja como un guante sin necesidad de forzar la máquina. Veamos lo que nos ofrece la primera parte de este arco argumental que se cerrará la semana que viene.

 

Abrimos en el Museo Americano de la Morbosidad. Es allí donde el doctor Mansfield (Denis O'Hare)y su ayudante, Maggie Esmeralda (Emma Roberts, la bruja pija de la temporada “Coven”), pondrán en práctica sus dotes como estafadores profesionales para intentar vender un falso feto. Pero el asunto no cuela y deberán acercarse hasta uno de los pocos freak shows en activo para hacerse con un cuerpo real con el que poder sacar algo de dinero.

 

Eso les llevará hasta Jupiter pero, en lugar de entrar con toda la artillería, deciden infiltrarse en la comunidad. Para ello, Esmeralda se hará pasar por adivina y sacará provecho de una Elsa Mars hasta las cejas de opio para convencerla de sus dotes como clarividente. No es más que una impostora con una bola de cristal, pero parece que no le ha costado demasiado entrar a formar parte del grupo.

 

De cualquier modo, no podrá estrenarse esa noche, porque es Halloween y en Halloween no hay función. Cuenta la leyenda (y lo hace mediante un flashback muy bien resuelto a nivel visual) que fue un 31 de octubre cuando Edward Mordrake –personaje histórico que, entre otras cosas, inspiró la canción "Poor Edward" de Tom Waits– asesinó a todos los freaks del circo porque su segunda cara se lo susurró. Desde ese día, si alguien actúa en la noche de Halloween se expone a que aparezca Mordrake y elija a uno de los artistas para acabar con él.

 

ahs4x3b

 

Y, efectivamente, aparece. La vanidad de Elsa Mars la obliga a cantar a sabiendas de que pondrá en peligro al grupo si la leyenda es cierta. Quizá esté condenada, pero por otro motivo. Con tres de tres, y tal y como vaticinaba la semana pasada, el recurso del número musical está a punto de quemarse. En esta ocasión, Jessica Lange se lanza a la piscina con el "Gods & Monsters" de Lana del Rey,y aunque la broma intertextual siga haciendo gracia, ya ha perdido su capacidad de sorpresa. Todos recordamos con cariño la escena musical de "The Name Game" en “Asylum” precisamente por tratarse de algo único. No ocurre lo mismo esta temporada.

 

Por otro lado, a Ethel Darling le han diagnosticado una cirrosis crónica y le han dado menos de un año de vida. Tal vez por eso, y no sabemos si a modo de despedida, las tres escenas que protagoniza la mujer barbuda han tenido una carga melodramática excesiva, que no encaja con el habitual tono jocoso de la serie. Tanto es así que hasta Edward Mordrake le ha perdonado la vida ante tanto discurso lacrimógeno.

 

No lejos de allí, Twisty y el caprichoso Dandy Mott (esta vez también disfrazado de payaso)siguen juntos en su particular cruzada contra la cordura y las buenas costumbres. Y, aunque suman a otro pobre infeliz a su lista de secuestrados, esta vez no hay sangre y vísceras de por medio, cosa que nos deja algo decepcionados.

 

En definitiva, el capítulo ha resultado tibio, poco explícito (pese a estar escrito por el responsable de la saga de terror bufo “Destino final”) y destensado. Quizá sea yo el que me equivoque, pero lo que le pido a esta serie es más cachondeo y menos contención. Veremos hacia dónde evoluciona.

 

Héctor Ortega

Héctor Ortega (Reus, 1979). De un modo u otro la música siempre ha estado presente en su vida. Quizá el primer recuerdo sea el de Horacio Pinchadiscos y Teresa Rabal sonando en el comedor de su casa. Más tarde ya llegaron los cassettes de Iron Maiden y Megadeth y algo después la primera guitarra clásica con la que simultanear las clases de solfeo con el aporreo torpe de los acordes de Nirvana. Y luego ya los primeros grupos en Reus y el posterior traslado a Barcelona. Una vez allí, a la labor de escuchar y de tocar se sumó la de escribir, ya fuera en el Fanzine Chuck Norris, en Muzikalia o en las páginas de Mondo Sonoro. Y así hasta nuestros días, donde compagina la labor de tocar en bajo en la banda Sons of Woods con la eterna búsqueda de esos discos que le sigan poniendo la piel de gallina. 

Más en esta categoría: « The Knick 1x10 Doctor Who 8x10 »