Utopía 2x05 y 2x06
Todo queda en familia
9
El fin del mundo no será detonado por alguien presionando un botón rojo sino con un oscuro empleado de una cadena de fast food renunciando a su puesto. En otro de sus insólitos giros narrativos, en el capítulo cinco la serie se desplaza del ritmo de infarto y la violencia explícita a la desolación y la melancolía. Al comienzo vemos a Becky afirmando como un mantra para sí misma “We are not killers”, a Ian haciendo el duelo por la muerte de su hermano y, sobre el final, asistimos a la caótica y algo empalagosa reunión de la familia Carvel al completo.
Sabíamos que nos podíamos esperar cualquier cosa en la serie, pero ¿angustia existencial? ¿pathos? Esto es nuevo. Luego de que todos dejen de apuntarse compulsivamente con sus armas, nos encontramos con extraños momentos de amor parental y afecto fraternal entre los Carvel. Philip adora a Jessica mientras Jessica y Arby, dos psicóticas máquinas de matar, tienen una conversación sobre el clima. El encuentro de Milner con Carvel tiene mucho de síndrome de Estocolmo. No queda claro cómo una persona que ordena la tortura de otra, sea a la vez, el amor de la vida de este. Además, después de todos estos años, ¿Cómo puede Carvel, aunque esté medio tocado, ponerse del lado de Milner?
En el final, la ironía de la obra de Carvel es revelada. La teoría de que Janus, la vacuna a la gripe rusa, que solo dejará fértil a una raza después de la pandemia, es un bluff. Como dijo Arby, en el episodio anterior, “This is all about family”, y en la familia se quedará la solución al holocausto universal, porque Carvel padre ya ha escogido, hace muchos años, quién será la única persona que se salvará.
Sin embargo, no todo ha sido melancolía, locura y asesinato, como siempre, en este episodio. También hubo mucho humor. La única aparición de Lee, el psicópata del traje amarillo patito, duró lo que un abrir y cerrar de ojos y ya empezamos a extrañarlo, pero la escena es lo suficientemente potente: Lee le recuerda con un gag a Wilson el episodio de la cuchara y su ausente ojo derecho. A esto podemos agregar la escatológica escena en la que Dugdale se mete un teléfono celular en “ese” orificio corporal para dárselo a su mujer y su hija secuestradas. Y, por último, gracias a los efectos lisérgicos del Thoraxin, Becky alucina que ve a Marius, el improvisado intérprete rumano que Arby asesinó con un tiro en la cabeza, metiéndose una patata chip en el agujero donde solía estar su cerebro. Si esta serie tuviera una audiencia más mayoritaria, camisetas con la frase “Eat my fucking chip” deberían estar vendiéndose como golosinas antes de que acabaran los títulos finales.
El comienzo del último episodio de esta temporada es hipnótico. Muy pocas series se animarían a prescribir los beneficios ecológicos de asesinar a un niño. En su combinación de violencia explícita, humor negro, acertada extravagancia y dilemas filosóficos por doquier, los guionistas se regodean de poner en boca de los personajes lo impronunciable, lo indecible.
La automutilación de Wilson Wilson es uno de los hitos en su progresiva transformación de teórico de la conspiranoia a súper villano de cómic. Con este personaje, en especial, "Utopia" nos deja pensando acerca de lo que sería capaz de hacer cualquier persona en las circunstancias equivocadas. A diferencia del capítulo anterior, solo hubo dos momentos picarescos: Becky y su comentario en plan “Lord of The Rings”.
Más que un final, este último episodio es una pausa en la acción trepidante de la serie y funciona como un resumen de la temporada: aún después de descubrir el secreto de Janus, la Red, sigue adelante con sus planes, quizás controlando una epidemia menos desarrollada de gripe. Wilson Wilson está con ellos. Dugdale y su familia, y Jessica están de nuevo bajo su custodia, al igual que Becky e Ian, quien, como Grant y Wilson Wilson, se ha convertido en un asesino.
En conclusión, lo que la serie expone son los vínculos afectivos evitando que la Red actúe con verdadero pragmatismo. Su fría y lógica solución a la superpoblación mundial fue repetidamente interrumpida por el egoísmo del amor. Por eso Milner no mató a Carvel y a su hija, Arby se redime protegiendo a su hermana, y Carvel ama a Jessica lo suficiente como para simular un proyecto de genocidio étnico para mantenerla con vida. Y quedamos a la espera de la tercera temporada, con la sospecha de que Jessica está embarazada de Ian y de que Wilson Wilson será el próximo Mr Rabbit.

Ana Llurba
Ana Llurba (Córdoba, Argentina, 1980) Vive desde el año 2008 en Barcelona, donde estudió Teoría Literaria en la UAB. Actualmente trabaja en el medio editorial, escribe sobre libros y arte en A*Desk, colabora con la sección Otras Literaturas en Otra Parte y coordina Honolulu Books.