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The Strain 01x03

"Gone Smooth”

5,5

 

Rodolfo Santullo

 

El tercer episodio. En lo personal, es mi momento de inflexión, el límite de mi tolerancia en cuanto a series sobre las que no estoy del todo seguro. Esas en las que el piloto me sabe agridulce y me digo "bueno, un par de episodios para estar seguro", ya se sabe que muchas veces el piloto suele resultar algo frío pero luego la serie agarra la bajada y acelera.

 

Pero convengamos que a "The Strain" ya la hubiera abandonado en el capítulo dos (la tontería de la morgue alcanzó y sobró) y que me mantengo al timón sólo por mi compromiso con Blisstopic y todos los hipotéticos lectores de este recuento. Así que mi tercer episodio no será de inflexión, sino que el hecho de tener que reseñarlo me propone mirarlo en constante balance, tratando de encontrar el lado más positivo. Y no se preocupen que no abandonaré, un Santullo siempre paga sus deud... ah, no, esto es de otro lado. Sigamos.

 

"The Strain" continúa proponiendo un progresivo y lento avance de una supuestamente calculada invasión vampírica sobre Nueva York. Hago cálculos: si los 206 muertos se levantaron como vampiros y atacaron allí donde estaban (a los únicos que seguimos en su despertar los vimos hacerlo, por tanto no cabe dudar que todos hicieran lo mismo), debería haber al menos 206 casos de denuncia de comportamiento extraño, muertes en el peor de los casos, ataques fallidos en el mejor, que hubieran puesto a la ciudad de cabeza y en un entusiasmante estado de caos. Pero no. Han pasado tres días desde la llegada del avión y todo sigue muy tranquilo. Los cadáveres están desaparecidos y en verdad a nadie más que a Ephraim Goodwater y su equipo parece importarle.

 

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La serie incurre, en mi humilde opinión, en una equivocación de planteo. Propone aparentemente un desarrollo denso y dramático del horror, basado en sus personajes. Pero hete aquí que los personajes son bastante vacíos y poco de lo que ocurre alcanza algún nivel de dramatismo. Si estuviera apostando a un desarrollo más atorrante de la ficción, más "¡que vienen los vampiros! ¡que vienen los vampiros!", uno se dejaría llevar en el sidecar del entusiasmo y se olvidaría de las incoherencias del guión y de serios problemas de desarrollo. Como no pasa, hago yo mismo el switch y me propongo prestar atención sólo a lo entretenido.

 

Entretenida es la aparición de Vasily Fet, el exterminador-control de plagas, todavía en la periferia de la historia principal, pero que nos regala un par de buenos diálogos mientras se asombra por el curioso comportamiento de las ratas neoyorquinas (que básicamente están abandonando el buque). Muy entretenida es la aparición de mi personaje favorito, Abraham Setrakian (si la serie girara sobre David Bradley otro sería el cantar), quien sale de la prisión luego de un gran acto de histrionismo y ya se pone en campaña de exterminación de vampiros (go, Van Helsing, go!). La latina anónima lo va a ver a la salida de la cárcel y amaga con dejar de ser anónima, pero luego resuelve que mejor que no, mejor volver al fondo gris y seguir pasando desapercibida.

 

Del resto del elenco, vemos a los sobrevivientes del vuelo seguir mutando hacia resultados espantosos (uno de ellos, sufriendo una alteración grotesca que provoca un curioso efecto de humor negro), el vampiro Eichorst elimina a alguien más por motivos que se dilucidarán posteriormente, nos enteramos un poco más de Samsagaz y su vida personal (y lo vemos firmar nuevamente un pacto con el diablo), y es nuestro protagonista del peluquín quien menos exposición tiene, ya que, aunque volvemos a ver algo de su vida personal, no se siente que avance hacia ningún lado.

 

¿Y no hay nada más entretenido? Pues sí. Hay una tensa entrada de Ephraim a la casa de la niña vampiro y un final de episodio a todo trapo que, sorprendentemente, me dejó con ganas de más. Y que logró que este capítulo tres me resultara corto. Quién lo iba a decir.

 

Lo mejor: El "maquillaje" de Eichorst.

Lo peor: Los efectos especiales de la lengua vampiro al final. 500 dólares más hubieran venido muy bien.

 

Rodolfo Santullo

Rodolfo Santullo (Mexico D.F., 1979) es periodista, escritor, guionista y editor de historietas al frente de Grupo Belerofonte. Ha publicado novelas, cuentos e historietas en Uruguay, Argentina, Ecuador, Alemania, España, Chile, Gran Bretaña, Perú, Italia y Chipre. Actualmente prepara su debut como guionista de cine con la película "La teoría de los vidrios rotos".