Girls 03x08
Siempre hay que leer la letra pequeña
Recapitulemos: en pocos episodios, Hannah ha pasado de ser la persona más cabreada del mundo por no poder sacar adelante su libro a ser una feliz redactora de la revista GQ, aunque siga creyendo que tener allí un trabajo es malgastar su talento. Y eso que es incapaz de cerrar la boca aportando ideas en las reuniones (para gozo y odio total de algunos de sus compañeros). Ahora, además, se enfrenta a su primera entrevista importante para el medio: la actriz y cantante Patti Lupone, quien hace un cameo en este capítulo. Pero claro, el encuentro no podía ser tan sencillo como quedar en una cafetería y grabar una agradable conversación. La cosa se complica un poco y Hannah acaba yendo a un ensayo para poder conseguir la entrevista que necesitan en GQ. Si es que un buen cheque hace que hasta Hannah se rebaje a ser una redactora currante en una publicación que ella misma considera que no está a su altura. Aunque no deja de ser nuestra Hannah, así que qué importa lo que esté diciendo la entrevistada si Adam llama para contar que ha conseguido un papel en Broadway. Cállate, Patti, porque mi novio es más importante. Vamos, pura Hannah Horvath. Pero tanta felicidad… algo ocurrirá en el próximo capítulo, porque no es normal que a esta pareja le vayan tan bien las cosas.
Las gafadas de este octavo episodio son las pobres Marnie y Jessa, que no van a tener un final feliz. Marnie saborea ya las mieles del éxito con la galería de arte, pero cuando va a ver a su ¿novio/follamigo/exjefe? Ray para pasar el rato y comer una pizza, se encuentra con que el chico ha decidido romper con ella porque no está seguro de su relación. Normal, como si se le pudiera llamar relación de pareja a dos “aquí te pillo, aquí te mato” improvisados. Haber comido juntos un par de veces después de acostarse no les convierte en una pareja, así que Ray la deja porque lo que está buscando es una novia con la que poder ir en serio. Eso suena un poco a Shoshana, ¿no? Veremos qué pasa con esta especie de relación a tres bandas. Hay que destacar que esta seudo-ruptura pone de relieve una de las mejores características técnicas de la serie: un montaje ejemplar, esencial para que los diálogos cargados de mala baba se crucen con la fluidez necesaria. La acertada planificación y montaje de “Girls” es imprescindible para conseguir ese ritmo endiablado que va creciendo a medida que las protagonistas sacan la artillería pesada.
Y luego está Jessa, que sigue poniendo cara de aburrimiento total en la tienda de ropa infantil donde va a recibir una visita inesperada: Jasper (Richard E. Grant), un cuarentón con el que tuvo cierto feeling en el centro de rehabilitación. Ya sabíamos que esta chica no tendría que haber salido tan pronto, bueno, de hecho la echaron, pero debería haber buscado otro sitio en el que poder desintoxicarse. Y esta visita no va a hacer más que empeorar las cosas. Si hasta ahora Jessa había intentado no emborracharse ni meterse nada, su fuerza de voluntad pende de un hilo que Jasper va a cortar enseguida. Hasta Hannah dejará de mirarse el ombligo un segundo para darse cuenta de que su amiga tiene un problema. Después del buen rollo con el que despedíamos el capítulo anterior, con las chicas haciendo las paces mientras bailaban aquella estrafalaria coreografía esperando al autobús, cerramos este con una sensación bastante más amarga.

Sandra S. Lopera
Sandra S. Lopera (Barcelona, 1981) es periodista y crítica de cine. Actualmente colabora en diferentes publicaciones y webs como Tomacine o Dioses y monstruos. Fue directora de la sección de cine de la Guía del Ocio de Barcelona y ha escrito en medios como el diario Avui, Go Magazine o la revista Scifiworld. El primer recuerdo que tiene de su infancia es estar en el cine viendo "E.T.". Vio pasar una bici por delante de la luna y fue amor a primera vista. Desde entonces ha sido una apasionada del cine.