Patti Smith en Jardins de Pedralbes
27/07/2016, Jardins de Pedralbes, Barcelona
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El concierto empieza con la lectura de “Footnote to howl”, de Allen Ginsberg, algo que nos recuerda que tratándose de Patti Smith la frontera entre música y poesía, si es que existe, está muy difuminada. Las palabras de Ginsberg resuenan en los jardines de Pedralbes (curioso lugar para los versos del poeta beat) dando paso a la música con “Dancing barefoot”. Patti cumplirá setenta años el próximo 30 de diciembre, y aunque todavía puede ser combativa (véase la puesta en escena de “Horses” el pasado 2015 en el Primavera Sound o la mini revolución que provocaría más tarde entre el público de Pedralbes, recordando a los asistentes que se quejaba de que los guardias de seguridad no les dejaban bailar delante la proporción de púbico versus guardias y animándoles a bailar si es que les apetecía) la Patti Smith actual es más bien una figura amable con un background impresionante que no una reaccionaria antisistema (sería irrisorio pedirle eso a su edad cuando la mayoría de los que somos más jóvenes que ella somos incapaces de hacerlo).
Aunque ella se vea con ocasionales problemas de voz (la humedad de Barcelona no le sienta bien a su garganta, comentó) el público no lo tiene en cuenta y la banda le cubre las espaldas a la perfección, no hay nada como contar con un grupo excelente detrás (dentro del que se encuentra su hijo). Patti repasa su discografía (de “Redondo beach” a “Ghost time”, de “Summer cannibals” a “Grateful”) y aún le da tiempo a versionar a The Byrds, The Rolling Stones y al desaparecido Prince. El final del concierto, aunque de manual, pone por momentos los pelos de punta con la sucesión (descanso antes de los bises por medio) de “Because the night”, “Gloria” y “People have the power”, temas que son historia en mayúsculas de la música rock.

Javier Burgueño
Javier Burgueño pasó su juventud en el Vallés Oriental (Barcelona) donde se inició en esto de la crítica presentando y coordinando un programa musical de la televisión de su pueblo durante la bendita locura analógica de las televisiones locales de principios de los 90 (asegura que ya no quedan copias de los programas, se encargó personalmente de ello una noche de verano). El experimento fue divertido y dejó un poso latente que volvió a aflorar con el cambio de siglo cuando empezó a colaborar asiduamente con la web del programa de radio madrileño “El otro lado del telescopio” y más tarde con www.pinypondjs.com. Ha sido colaborador de Go Mag desde el 2007 hasta su desaparición de los quioscos el pasado junio de 2013.