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Primavera-Sound

Primavera Club 2014

31/10/14 –1-2/11/14, Varias Salas, Barcelona

 

Textos Marc FerreiroRosario López y Beto Vidal

Fotos Ferran Martínez y Rosario López

 

VIERNES 31 DE OCTUBRE

PACOSAN

Abrieron fuego el viernes 31 en La Apolo PacoSan, combo conocido por estos lares pero que no molesta reencontrarse por su interesante propuesta de ritmos a metrónomo, melodías sencillas pero adictivas y desarrollos deudores de estilos como el rock progresivo o el krautrock, antes sumidos en la desgracia a fuer de las modas pero que, desde hace un quinquenio, parecen bendecidos por público y medios. Sean cuales sean sus querencias musicales, PacoSan tienen tablas, sus temas son apetecibles y los desarrollos psicodélicos, jugando con las ondas de sonido, a la manera de los sintetizadores modulares, fueron más que bienvenidos. Mirando por el retrovisor mientras se contempla la autopista. Una buena forma de comenzar el festival. Marc Ferreiro

 

01

 

FEVER THE GHOST

Tras ellos, Fever The Ghost, o el cruce casi perfecto entre Ziggy con sus arañas de Marte, los Genesis de Peter Gabriel y los espectáculos que aparecían en El Fantasma del Paraíso. Vamos, una oda en toda regla a las esencias del Glam más desatado. De hecho, cuando el cantante apareció tocado con una capucha y su cara oculta tras un velo, no quedaba claro para los neófitos el género del front(wo)man. ¿Y la música? Una amalgama de sonidos de los 70, que también podían adscribirse a los referentes citados antes y un bajista cuyos dedos saltaban por el mástil a la manera de un Michael Rutherford. Ambiciosos, conocedores de sus capacidades e hipnóticos para el público. Con sólo un EP a sus espaldas, Fever The Ghost son un grupo a seguir. Marc Ferreiro

 

STEVE GUNN & DE STERVENDE HONDEN

La [2] se despidió de la primera jornada con Steve Gunn & De Stervende Honden. Mucho más que el guitarrista de Kurt Vile, el neoyorkino de adopción y su grupo hicieron un concierto de un gran nivel, a pesar de los problemas con los monitores, un hecho que apenas dejaron que trascendiera durante la actuación. Folk, blues y rock enlazados por los soberbios y creativos solos de Gunn, emocionado cuando se dejaba llevar por entre los trastes de su Fender. Marc Ferreiro

 

NOVIEMBRE 1 DE NOVIEMBRE 

REBUIG

Mil y una vidas tiene Jaime Pantaleón, y el sábado antes de las 8 de la tarde, estaba presentándonos la que hace mil dos. Rebuig, o, lo que es lo mismo, la entronización del riff más pesado, a la manera de unos Sabbath celebrando sacrificios humanos en Stonehenge. “¡Vaya chapa!”, comentaron entre risas mientras se retiraban a los camerinos tras la actuación. Contrariamente a la broma, para nada fue aburrido, pero quizás sí se echaba de menos una mayor concreción en los resultados. De todos es sabido que el ex guitarrista de 12twelve hace de la dispersión virtud, pero hay virtudes mejores que otras. Marc Ferreiro

 

KAREN KOLTRANE

Karen Koltrane, última apuesta del sello barcelonés Foehn, presentó sus credenciales en directo para unirse al clan español de artistas que se suman al carro del kraut y rock ruidoso. Una apuesta segura en la que presentaron de cabo a rabo “Plantas de Interior”, una espiral sónica –y bastante lo-fi– que no escatima en recursos shoegaze y pulso motorik. Encima del escenario se notó esto acaba de empezar para ellos, del mismo modo que se intuye una capacidad de crecimiento exponencial al ruido generado por el muro de sonido que construyen en directo. Esto promete. Beto Vidal

 

GREYS

Greys se llevaron al público de calle. Hardcore festivo, energético, con un guitarrista y cantante, Shehzaad Jiwani, dicharachero y divertido, que amenizó los silencios entre canción y canción. Como unos Fugazi con ganas de diversión, como unos Pixies ahítos de anfetaminas, Greys levantaron el ánimo a un público al que, en el inicio de su actuación, tuvieron que pedir que se acercara al escenario. Jiwani nos dijo que no se va de fiesta y no le creímos, claro. Sus conciertos son la fiesta. Marc Ferreiro

 

02

 

THE COATHANGERS

Teníamos muchísimas ganas de ver a las estadounidenses The Coathangers, y si buscábamos descaro y diversión, desde luego que la tuvimos. Subieron al escenario y viéndolas enchufar guitarra y bajo entre risas desafiantes ya se vio claro que a nivel de actitud, la cosa prometía. En directo, su punk gamberro y visceral hace que la expresión “cantar de estómago” cobre un nuevo significado, porque más que cantar, las tres rugían entre el ruido de guitarras y bajo, con el conjunto apuntalado por una baterista que iba sobrada de pegada y brío. Todas lo cantaron todo y tocaron los instrumentos, en una muestra del espíritu juguetón que les llevó a montar la banda casi como una broma al principio, para tocar en fiestas. Lástima que en la fiesta de esta noche, los invitados estuvieran un tanto sosos, porque la banda sonora invitaba a un buen mosh. Una pena también la falta de volumen en el micrófono de la derecha, que afectó sobretodo a la cantante principal, Crook Kid, haciendo que temas como la imprescindible "Hurricane" o "Follow" se quedaran a unos cuantos decibelios de la gloria prometida. Rosario López

 

WOMAN'S HOUR

Tras la épica y calidez que supieron aportar Karen Koltrane, el 'problema' de la banda inglesa Woman's Hour fue precisamente su vacuidad: el cuarteto formado por Fiona Burgess (vocalista), William Burgess (guitarrista), Josh Hunnisett (teclado) y Nick Graves (bajo) no pareció encajar dentro de la estética del festival. Y no precisamente por su falta de calidad (la voz de Fiona es más que impecable, por ejemplo), sino porque lo suyo sonó a pop con ligeros toques electrónicos esterilizados. Un directo precocinado del que poco recordaremos dentro de un tiempo. Beto Vidal

 

NOTHING

Para acabar la noche en La [2], llegaron los Nothing, que arrastran en su biografía la turbulenta historia de su líder, Dominic Palermo. Como si quisiera huir de todo protagonismo, Palermo permanecía a oscuras, en uno de los laterales del escenario mientras las expansivas coreografías del bajista y su interacción con el batería centraban las miradas. Musicalmente, seguían los canones del shoegaze, con la voz sepultada por la maraña de distorsión de guitarras. Deudores de My Bloody Valentine y cercanos a los Mogwai más dramáticos, ni la plasmación de su música en directo ni los numerosos mensajes de antiayuda que poblaban sus atuendos, tatuajes e instrumentos les otorgaron la credibilidad que buscaban. Marc Ferreiro

 

03

 

WHITE LUNG

Como para compensar, si hubo algo de lo que fuimos sobrados con White Lung, fue precisamente de decibelios. La banda cuenta con un sólo componente masculino, el guitarrista Kenneth William, verdadero artista de las seis cuerdas y responsable de los riffs más reconocibles y arrasadores de la banda, pero lo suyo fue sólo parte de la gran demostración de poder que ofreció el grupo. "Drown With the Monster" y "Down It Goes" sonaban tan rápidas y potentes que se te llevaban por delante, en una actuación sin fisuras en la que fueron a por trabajo, sin descansos ni reparos. Un concierto casi monopolizado por la personalidad arrolladora en escena de su cantante, la rubia Mish Way, que disparaba a matar con una actitud combativa propia del movimiento riot girrrl, acortando distancias con el público, aunque con un aura de glamour peligroso que ya la hubiera querido en su día Courtney Love. Y todo esto sin sacrificar una gran voz que superaba en directo lo intuido en los discos. Una frontwoman sorprendente de las que ya pensábamos que no quedaban, para lo que está cerca de ser la banda punk perfecta. Rosario López

 

YOUNGHUSBAND

Younghusband se presentaba en Barcelona como uno de los cabezas de cartel del Primavera Club, a tenor del estupendo “Dromes”, LP de debut editado el año pasado que colocó a los británicos en el punto de mira de las bandas que veneran el pop psicodélico (Toy, The Horrors, Clinic, etc). El cuarteto mostró su poderoso sonido envuelto en guitarras shoegaze en un sobrio –y muy corto– setlist (con su hit cósmico “Comets Crossed” a la cabeza) que sirvió para cerrar con músculo el escenario del Teatre Principal. Beto Vidal

 

DOMINGO, 2 DE NOVIEMBRE

IEPI

La tarde empezó con el rock instrumental pantanoso de IEPI, de Banyoles. Lo suyo es el math-rock majara y acelerado que desafía a la velocidad de cualquier calculadora, y hoy vuelven a demostrar que su sección rítmica es envidiable: en canciones como la ya mítica "Verónica Thorr" subieron las revoluciones en la sala hasta casi marearnos, como si intentáramos montar caballos al galope fuera de control. Quizá las líneas de guitarra sonaron un poco más embarulladas de lo normal: no sabemos si tiene que ver con los nervios de estar estrenando tres temas nuevos, que por cierto, aprueban con nota con interesantes momentos a lo free jazz. En cualquier caso, pura dinamita. Rosario López

 

OPATOV

Opatov tenían la dura papeleta (como bien adelantaron ellos mismos) de tocar después de semejante zafarrancho de combate, pero por suerte la carta que juegan ellos es de otro palo y anoche consiguieron ganar unas cuantas manos seguidas con ella. Lo primero que llama la atención al verles sobre las tablas es lo jóvenes que son, lo segundo, lo bien hiladas que están sus canciones, que basculan entre el rock alternativo de aires noventeros, la psicodelia y el garage. Puede que no hayan inventado nada nuevo, y quizá tengan que trabajar algo más en algunas de las voces en directo, pero su energía y actitud sobre las tablas se nos ganan y volveríamos a verles sin dudarlo. Rosario López

 

MUÑECO

El concierto del domingo en la Sala Apolo demostró el enorme estado de forma que atesoran en estos momentos los Muñeco. Desde su creación en 2010, el grupo ha logrado una original mezcla entre dos estilos aparentemente antagónicos, el post-rock y la música de baile. Sonaron grandes, con aplomo y con esa hambre de crecer que augura todavía mejores cosas en el futuro. Marc Ferreiro

 

04

 

LOWER

La antipresencia escénica, la incapacidad para plasmar en directo de manera mínimamente solvente sus propios temas y una desidia sorprendente de su cantante los catapultan directamente al puesto de  una de las actuaciones más frustrantes del festival. La hoja promocional reza que vienen del Norte buscando climas más cálidos. Pues estaría bien que acogieran un poco de ese calor en su seno y se lo intentaran transmitir al público, que asistía en gran parte atónito ante esa exhibición de ineptitud. Sí, así de malos fueron. Marc Ferreiro

 

PERFECT PUSSY

Mucho se había hablado de Perfect Pussy, y viéndoles en directo resulta evidente el por qué del revuelo causado por estos neoyorquinos en los últimos dos años. Su punk noise destructor y adrenalitico nos deja a todos sordos y físicamente reventados con un repertorio de canciones ultra cortas y no aptas para quienes sufran del corazón. Si a esto le añadimos la contradicción pura y dura de ver a la bella e inicialmente delicada Meredith Graves, con su vestidito de cocktail de niña buena, revolcándose por el suelo y saltando ferozmente mientras escupe sus letras hirientes, la experiencia es francamente excitante. La actitud incendiaria de toda la banda durante su cortísimo set se merece que les demos un diez, pero por desgracia una mala sonorización hace que todo suene demasiado a bola inteligible, y que el ruidismo y exceso de decibelios de los sintes y, sobretodo, que las guitarras sepulte casi totalmente a la protagonista de la noche. Estar en primera fila y tener a Meredith agachada a medio metro, “viendo” sus gritos y sin llegar a oírlos, casi dolía. Un gran descuido en la calidad del sonido que lastró lo que podría haber sido un bolo histórico para los amantes del género. Rosario López

 

OUGHT

Ought lo tienen. Creatividad, buenos temas, ambición y un directo capaz de ampliar el alcance de las excelentes canciones de su disco de debut, “More Than Any Other Day” (Constellation, 2014). Herederos del post-punk más inteligente (Wire, Gang of Four), su aspecto de geniecillos despistados engaña. Son todo lo contundentes que necesitan y nos presentan canciones que podrían formar parte del repertorio de The Velvet Underground, como “Forgiveness”, con el batería tocando el violín como si John Cale estuviera por ahí, o de Slint, “Pleasant Heart”. Ojo con ellos. Marc Ferreiro

 

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