Matthew E. White

10/04/2014, Teatre Principal, Badalona

8,3

Half Nelson

Fotos GRUN

Situado en un muy confortable punto medio entre el blues, el soul y el rock sureño, el virginiano Matthew E. White triunfó en Badalona en un nuevo acierto de los programadores del Festival Blues and Ritmes. No en vano, dicho festival, tras multitud de cambios de formato, alcance y directores, ha alcanzado este año su vigesimoquinta edición.

Por obvias razones logísticas, White se presentó sin la participación de los vientos, las cuerdas y los coros que adornan su LP de debut “Big Inner” (Spacebomb / Hometapes, 2012; Domino, 2013). Sin embargo, el formato cuarteto (batería, bajo y pedal Steel, aparte de su propia guitarra que templa sin maestría, pero con peculiar estilo) le permitió mostrar su potencia como cantante, pese a que es de esos que prefiere empezar susurrando (“Shenandoah”, “One of these days”) para a continuación achicharrar a la audiencia con los números más intensos. Una “Will you love me” más desnuda sin sus suntuosos vientos, pero igualmente sentida y una tremenda rendición de la soulera “Steady Pace” que dio paso a la bluesera y dinámica versión del “Are you ready for the country?” de Neil Young que cerró una brillante entrada en el concierto.

Cómodo en el formato de banda de indie-rock con un sonido country-blues muy alejado de los elegantes arreglos de su LP, White mostró su versatilidad como compositor e intérprete, y una vez roto el hielo estuvo más locuaz y tremendamente amable en la segunda parte. Nos agradeció repetidamente nuestra asistencia y tras elogiar el menú previo al concierto (¿alguien puede confirmar el restaurante al que acudieron?) introdujo la friolera y navideña “Hot Toddies” y se exhibió en otro inédito con una extensa intro solo con su guitarra y su voz que, apoteósicamente, condujo a una delicada pero firme toma de “Sail away” (Randy Newman). Era (casi) el final. Nos advirtió que al ser su repertorio tan corto en directo (en total, tocaron seis de los siete temas de “Big Inner” más dos versiones y un par de inéditos) no volverían para un bis por mucho que se lo reclamáramos (como así fue finalmente, con el infructuoso resultado ya anunciado). Así, el final bombástico con la extensa “Big Love” (un tema que en disco parece Junip acompañado por The Roots) tomó aquí tintes ruidistas que confirmó que Matthew E. White va camino de ser, si no lo es ya, uno de los grandes.