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maxis-2014B

 

Muy difícil sintetizar en una lista de veinte finalistas todo un año de EPs y singles de mil estilos como space-disco, psicodelia, himnos veraniegos, dubstep de otro milenio, hip hop, house paisajismo, pianismos, loops hipnóticos o post-punk, una selección de gemas bailables, de EPs introspectivos, de trocitos de plástico que han definido un año musical en el que por primera vez en Blisstopic un EP nacional se impone por encima de otros EPs internacionales. Hasta cuatro proyectos propios se han hecho un hueco entre lo mejor del año del mundo mundial. Y eso, claro, es motivo de orgullo.

 

Puedes ver los diferentes discos de la lista haciendo click encima de los números de aquí abajo.

 

maxis-2014B

 

Muy difícil sintetizar en una lista de veinte finalistas todo un año de EPs y singles de mil estilos como space-disco, psicodelia, himnos veraniegos, dubstep de otro milenio, hip hop, house paisajismo, pianismos, loops hipnóticos o post-punk, una selección de gemas bailables, de EPs introspectivos, de trocitos de plástico que han definido un año musical en el que por primera vez en Blisstopic un EP nacional se impone por encima de otros EPs internacionales. Hasta cuatro proyectos propios se han hecho un hueco entre lo mejor del año del mundo mundial. Y eso, claro, es motivo de orgullo.

 

Puedes ver los diferentes discos de la lista haciendo click encima de los números de aquí abajo.

 

20

undo-aimia-ep  

20

Undo

Aimia EP

My Favourite Robot

 

Hubo un momento, hace ya varios años, en el que Gabriel Berlanga (es decir, Undo) decidió cambiar la ciudad por el campo; cambió Barcelona por Palafrugell, y allí construyó un estudio de dimensiones generosas, con luz natural y vistas al campo. Y claro, sus temas comenzaron a contagiarse de esa luminosidad, comenzaron a llenarse de atmósferas expansivas y de melodías brillantes, abrieron grietas por las que se filtraban recursos propios del ambient, del pop y la psicodelia. Siempre, eso sí, sin dejar de mirar a la pista de baile: lo que había cambiado, en realidad, es que Berlanga prefería imaginar que su pista de baile particular estaba al aire libre, bajo las estrellas, y no en alguna nave de aspecto industrial.

 

Fruto de aquella metamorfosis llegó el segundo disco de Undo, “Motas de polvo” (12), un álbum panorámico y emocionante, que daba más importancia a las atmósferas y las melodías que a los ritmos (un poco a lo Border Community, para entendernos), y que funcionaba como un auténtico viaje. Una fórmula que, de algún modo, encuentra continuación en este “Aimia EP”.

 

El tema titular, “Aimia”, se enrosca alrededor de unos samples vocales que traen a Orbital a la memoria; siembra a su vera bajos gomosos, golpes de sintetizador, ritmos secos y grabaciones de campo, y deja que crezcan bonitas melodías por las esquinas. Una combinación de elementos que también comparten los otros dos temas del EP: “Lost with you”, que tira más hacia el lado oscuro y hasta se ve salpicado por algún chorretón acido, y “Out there”, que relaja el tempo, se deja acariciar por sonidos de naturaleza acuática y añade una bonita línea vocal. Entre medias, una remezcla de Maurice Aymard, que recorta y manipula las muestras vocales de “Aimia”, que le añade una atmósfera opresiva y la acerca (aún más) a la pista de baile. Un fino remate para un EP espléndido. Vidal Romero

 

 

 

19

Kode9  

19

Kode9 & The Spaceape

Killing Season

Hyperdub

 

 

El décimo aniversario de Hyperdub no para de darnos alegrías. El mejor sello de la última década no solo está publicando unos recopilatorios que son canela en rama sino que ahora nos vuelve a traer nuevo material de un matrimonio que no publicaba nada desde 2011, nos referimos a Kode9 & The Spaceape, seguramente el mejor proyecto de Hyperdub junto a Burial.

 

Los ritmos afilados como el cristal de Steve Goodman (Kode9) y la prosa grave de Stephen Samuel Gordon (The Spaceape) continúan en formísima con este EP de cinco temas cortos que parecen uno largo. Sin cortes ni pausa, los temas van entrando en tu cabeza introducidos con la fuerza de un martillo neumático. Desde el juego de polifonías percutivas de "Devil is a liar" al piano de "Pictures on the wall", el sonido de Kode9 & The Spaceape permanece inalterable pero más minimalista que nunca, cosa que ayuda a centrarse más en esa voz de predicador urbano de Gordon, que domina todo el EP desde su misma portada. Una semana después de escribir esta crítica Stephen Samuel Gordon fallecía. Manu González

 

18

Percussions  

18

Percussions

Ascii bot / Blatant water cannon

KHLHI / Sext

Text

 

 

Kieran Hebden, el hombre que le pone cara a Four Tet, nos lo trae calentito. Cuatro nuevas canciones, una por cara, planchadas en las dos nuevas referencias de su sello Text. ¡Pero qué cuatro canciones! Una excelente noticia que confirma la siempre bien entendida hiperactividad de Hebden y que, de paso, resucita un moniker que llevaba enterrado dos años (aquel “Bird Songs / Rabbit Songs” que ha envejecido bastante bien).

 

El primer pack lo compone la tántrica “Blatant Water Cannon”, canción en la que Four Tet demuestra lo bien que sabe montar el entramado de ritmos rotos con el que suele juguetear. Toda una clase de minimalismo y sutileza. Pero la otra cara, “Ascii Bot”, es todavía mejor: un sinte cristalino en loop toma el control durante 8 minutos, en los que voces femeninas y otros chispazos digitales nos obligan a tocar el cielo con la punta de los dedos. Un hit como la copa de un pino. Primer maxi, pleno al quince. La otra la referencia, TEXT029, cuenta con “Sext” y “KHLHI”. La primera reincide en el aspecto más hipnótico que tan bien sabe imprimir el británico, mediante un contundente bombo a negras y una línea de teclado descolorida y rugosa. “KHLHI” cierra con la misma elegancia de siempre, al mismo tiempo que las intermitentes voces femeninas (colocadas de manera muy inteligente), de nuevo, provocan sonrisas y ojos en blanco en la pista de baile. Bravo, Kieran, lo has vuelto a hacer, y con el piloto automático. Beto Vidal

 

17

Panda-Bear  

17

Panda Bear

Mr Noah

Domino

 

 

Noah Lennox no estaba muerto, ni tampoco de parranda, se estaba guardando sus temas más rabiosamente pop para sacarlos un día por sorpresa, cogiéndonos a medio pie, con la mandíbula desencajada ante tanto imaginario colorista de psicodelia, sampladelia y pop pluscuamperfecto. Grandes noticias, más que nada porque en "Tomboy" (2011) parecía haber abandonado la parte más positiva de su música. Ahora recupera la alegría y, lo mejor, nos devuelve la esperanza en que el próximo trabajo de Animal Collective vuelva a estar a la altura de su "Strawberrry Jam" (el disco más pop del Colectivo Animal que se publicó el mismo año que el "Person Pitch" de Panda Bear) y, sobre todo, nos devuelve la ilusión a la espera de ese "Panda Bear meets The Grim Reaper" que Domino publicará en 2015.

 

Y eso que la cosa no comienza especialmente bien, con una sucesión de sonidos orgánicos, animales heridos y arpegios de sintetizador (cortesía de Sonic Boom, productor de este EP y del nuevo LP). Inmediatamente entra una guitarra distorsionada hasta el máximo, distorsión que abraza un ritmo mántrico para convertirse en una de las mejores canciones que Lennox haya firmado nunca: "Mr Noah" es una pequeña maravilla que se puede hasta bailar, creo que algo inédito en la música del Colectivo. "Faces in the crowd" recupera al Panda Bear cantante, lamentándose sobre una base que le acerca a la YMO más tropicalista. Aires orientales que también se cuelan en el principio de "Untying the Knot", tema que termina siendo el más étnico (y mántrico) del EP. Pero ojo, que Noah también es fan de la psicodelia más rabiosamente pop de los sesentas, como podemos observar en "The side of Paradise", tema que me recuerda mucho a algunas canciones de Sagittarius y su obra maestra "Present Tense" (Columbia 1967). Manu González

 

16

REcondite  

16

Recondite

PSY

Dystopian

 

 

Con su estupendo disco del año pasado, “Hinterland” (13), el alemán Lorenz Brunner (aka Recondite) certificó su entrada en la cofradía de los productores de techno con corazón sensible; esos productores (pienso, por ejemplo, en los miembros de la familia Dial: en Lawrence, Pantha Du Prince o Efdemin) que mezclan beats musculosos, retazos de ambient y melodías cargadas de romanticismo.

 

Es un territorio que también recorre su nuevo maxi, “PSY”. La pista titular, en la cara A, comienza anclada a un ritmo seco y árido, que recuerda a ese techno para hombres que tanto gusta en Ostgut Ton, hasta que después de varios minutos de trance, emerge desde las profundidades de la mezcla una melodía que es todo tristeza y emoción. Una melodía que se va desmadejando con parsimonia y suavidad, acariciando al oyente, mientras los ritmos van ganando en complejidad, dando forma a un subidón continuo y sostenido en el tiempo, que culmina con una serie de breves descargas ácidas. “Fiery”, en la cara B, se abraza también a un ritmo grávido y sencillo, que parece avanzar a cámara lenta. Pero aquí la estrategia es inversa: pronto ese ritmo desaparece y el corte se transforma en una pieza de ambient techno, una aglomeración de melodías y texturas dotada de una extraña luminosidad, de un cierto aire distópico, que flota ingrávida en el espacio. Sólo un oportuno bombo a negras, ya casi al final del tema, vuelve a anclarlo a la pista de baile, despidiendo el maxi con una suavidad y una elegancia incontestables. Vidal Romero

 

15

Jon-Hopskins  

15

Jon Hopkins

Asleep Versions

Domino

 

 

Que te pones a escuchar estas versiones adormiladas de Jon Hopkins y dices: “Bueno, no tuvo pinta de grabarse en Cuba”. Y tanto que no. JonHopkinsfacturó estas cuatro adaptaciones de temas de su anterior larga duración “Immunity” en unos estudios al lado de Reikiavik. No hay forma más sencilla de visualizar el ambiente gélido y sentimental de estas revisiones de Hopkins que el paisaje islandés, la larga noche del verano y la picuda tierra volcánica cubierta de nieve.

 

Dice su discográfica Domino que la idea era hacer una pieza de 25 minutos, aunque al final la cosa quedó en cuatro recreaciones ambientales, lentas, quitando toda la base percusiva y con mayor empleo de las voces de los temas del anterior elepé. El título, “Asleep Versions”, que ni pintado. Hopkins pasa la lima y donde en “Immunty” había crudeza y aristas, aquí hay reverb, ensoñación y muchos pianos. Este breve maxi parece ir de más a menos en cuanto a concreción. Tras una apertura con una muy vocalizada “Immunity”, la canción más canción de la propuesta, pasa por una “Form By Farelight” donde el trabajo vocal y de teclados, en mezcla con esos sonidos de grabación de campo tan carnales, consigue un resultado de lo más onírico, que de eso se trata. El asunto se ralentiza aún más en la recreación de “Breathe this Air”, aquí todo parte de una conjunción mínima de elementos sin apenas conexión con el movido original más allá de una breve línea melódica. Hasta llegar hasta la ralentización definitiva con la impresionante “Open Eye Signal”, que podría sonar en esos momentos en que tienes un sueño muy loco que crece, crece, crece y te despiertas con un: “¡Aahaharrhg, coññññño!”. Job Ledesma

 

14

Toddla-T  

14

Toddla T Sound

On Acid

Defected

 

Desde que el productor británico Thomas Mackenzie Bell, Toddla T, se uniera a Jerome Thompson, el MC Delroy Pottinger y la cantante de soul Shola Ama los tres 12" que han publicado hasta la fecha bajo el nombre de Toddla T Sound les va acercando cada vez más al excelente. Parecía mentira que pudieran superar aquel "Worst enemy" del año pasado en Ninja Tune, pero lo han hecho, y de que manera. Mezclando soul, flow ragga y acid house. Porque "On acid" es un 12" que no engaña, dedicado enteramente al sonido de la Roland TB-303.

 

Y si todavía tienes alguna duda, el primer tema se llama "Acid", uno de los temas más acidorro que podrás escuchar este año y uno de esos clásicos instantáneos del estilo. El respeto de Toddla T y su banda por el sonido original del acid house existe en todo el vinilo. Como en esa "Phoney" tan y tan Armando que va creciendo por encima de la voz de Shola Ama. A medio camino entre el Chicago de Phuture y el Detroit de Inner City también podemos situar ese "Pandoras Box" que contiene toda la frescura de las primeras grabaciones de Kevin Saunderson. Avisamos: imprescindible. Manu González

 

13

Deaf-Center---Recount  

13

Deaf Center

Recount

Sonic Pieces

 

 

Como su propio título da a entender, “Recount” no es el nuevo disco de Deaf Center, el proyecto de dark ambient que comparten Otto A. Totland y Erik K. Skodvin. Antes bien, se trata de dos piezas grabadas en 2008 y 2012; una justo antes de empezar a trabajar en su última entrega hasta la fecha, el maravilloso “Owl splinters” (11), y otra justo después de haber publicado el disco, mientras ensayaban para uno de sus escasísimos conciertos. Dos piezas de duración generosa (ambas se van más allá de los trece minutos), que difícilmente hubieran encontrado acomodo en alguno de los discos de la pareja, y que a pesar de sus diferencias se complementan sorprendentemente bien.

 

Grabada en 2012 sin apenas recursos, con un micrófono al aire; sin ocultar los ruidos de ambiente y las ocasionales nubes de electricidad estática, “Follow still” es lo más parecido que existe a ver en directo a Deaf Center: el mágico chispazo que produce un piano de aire impresionista, que deja caer en el espacio una tristísima serie de notas, mientras el fondo se llena de drones y de sombras espectrales. Más oscura y primitiva, “Oblivion” mezcla cuerdas temblorosas, densas masas de drones y trazos melódicos que parecen moverse a cámara lenta; es una pieza flotante y deshilachada, que se nota mucho menos madura que su compañera, pero que también tiene la extraña capacidad de suspender el tiempo a su alrededor. La prueba de que, incluso cuando se trata de (aparentes) descartes, Deaf Center están por delante de muchos de sus compañeros de generación. Vidal Romero

 

 

12

3fec2ed1  

12

Girl Talk & Freeway

Broken Ankles

Girl Talk Music

 

El rapero de Filadelfia comenzó como joven rabioso de Roc-A-Fella, la factoría de Jay-Z. Leslie Pridgen aka Freeway, entregó allí un esperanzador y muy recomendable "Philadelphia Freeway" (2003) con producciones de Just Blaze, Bink! y Kanye West. Pero su carrera se ha ido diluyendo año a año. Aunque se encuentro con Jake One en 2010 ("The stimulus package" en Rhymessayer) consiguió despertar algo de emoción en la crítica. Después de este pequeño éxito, Freeway debe haber considerado que un sonido más concentrado y no tan disperso es la clave de un buen disco de hip hop. Así nos llegaron noticias a mediado del año pasado de que Freeway iba a publicar un disco con el productor Girl Talk. Una gran noticia para algunos de nosotros.

 

El rey del mash up electrónico Gregg Michael Gillis ha comprendido que al explosivo flow de Freeway le corresponde unas bases poderosas que nos tiemblen las mandíbulas y nos haga sudar toda la pista. Y así funciona "Tolerate", como una gran patada de ritmo en la entrepierna, una de las canciones (y vídeo) del año. Pero el resto del EP no se queda atrás. Desde la muy kanyewestesca "Tell me yeah", la épica escuela Rza de "I can hear sweat", los coros angelicales de "Suicide" o el soul anfetamínico de "Lived" hacen de este EP una obra fantástica, la comunión perfecta entre metapop y hip hop.

 

Atentos a los samplers, que por ahí se escuchan trocitos de Add N to (X), Beyoncé, DJ Khaled, Aretha Franklin, Jimmy Eat World, Kansas, Cyndi Lauper, Mouse On Mars, Nine Inch Nails, Outkast, Pan Sonic, Tom Petty, The Temptations y el piano de Rick Wakeman... Manu González

 

11

Dj-Rashad  

11

DJ Rashad

We On 1

Southern Belle

 

Es obvio que la muerte de Rashad Harden apenas unos días antes de la publicación en Estados Unidos de este EP desvirtúa completamente nuestra percepción de los cuatro tracks aquí agrupados en los apenas quince minutos de este EP.

 

En primer lugar, es doloroso ver la explicita referencia a las drogas (hipótesis aún no confirmada, pero más que probable, sobre la causa de su muerte) en la inicial “We On 1”. La explícita mención a la prometazina (sedante que junto a la codeína de los jarabes para la tos, forma el popular “purple drank”: habitual método de pillar el colocón entre los raperos sureños) es el pilar sobre el que avanza el tema titular, mientras que los otros tres temas están orientados al sexo.

 

En segundo lugar, es difícil criticar la obra de un artista que ya sabemos de antemano que no va a evolucionar, que ya no nos va a sorprender con los giros de su genio. Siempre es un duro golpe conocer la noticia de la muerte de un joven y prometedor artista, pero la decepción es aún mayor en el caso de Rashad después de que el año pasado publicara el magistral “Double Cup” (Hyperdub, 2013), uno de los mejores discos del año. En todo caso, estos temas presentan un nivel similar y, sobre todo, despiertan un mismo interés casi científico por los métodos del beatmaker de Chicago: muestras vocales más largas que forman la columna vertebral de los temas y un descarado acercamiento al R&B y al funk.

 

Tras las explícitas “We On 1” y “Come On Girl” (a medias con DJ Spinn), “Do It Again” (con Spin y Manny) sorprende por su tempo no tan infernal, por las melodiosas voces femeninas que nos arrastran al baile, por el acercamiento al hip-hop y por ese susurrado “fuck me” que parece aportar una nota de sensualidad entre tanta orgía de beats y explicit lyrics. Aunque sin duda la guinda del EP y uno de los mejores temas de su carrera es “Somethin’ Bout the Things You”, con extensos samples (uno de ellos el famoso fraseo de armónica del mismísimo Stevie Wonder) del hit de Chaka Khan “I Feel for You”. Rashad extrae la esencia de la canción y la convierte en un pelotazo de footwork para las masas con estructura circular (casi puede decirse que hay unos versos y un estribillo) y pegada pop. En la línea de “Double Cup”, este tema, a medias con el productor sureño Gant-Man, abre posibilidades inmensas para el género. Unas expectativas que, muy tristemente, Rashad ya no podrá cumplir. Half Nelson

 

10

Pedro-Vian  

10

Pedro Vian

Dancing Hindus

Model Obscure

 

Pedro Vian, antes conocido como Pettre y 50% de Aster, inicia con su nuevo alias una doble aventura. Por una parte editorial, con el estreno del sello Modern Obscure Music, y por otra artística, con la publicación de “Dancing Hindus”. Dos temas originales ensoñadores, melancólicos, desenfocados y perezosos. Y dos reinterpretaciones urgentes, rítmicas y de larguísima duración, cosa que demuestra que las piezas que conforman los originales tienen chicha suficiente como para que sus responsables (Madteo y Hieroglyphic Being) se dejen llevar cada uno por lo suyo: Madteo construye un cuarto de hora mutante en cuanto a tempo y sonido, y Jamal Moss le da al acid como solo él sabe. Excelente comienzo de proyecto personal en todos los sentidos. Antònia Folguera

 

9

Dalglish  

09

Dalglish

Dorcha aigeann

Ge-stell

 

 

Lleva más de quince publicando discos, casi siempre entre el notable y el sobresaliente, pero por alguna razón que se me escapa Chris Douglas sigue siendo un perfecto desconocido. Y no es porque le falte currículum: sus primeros pasos los dio a la sombra de Mike Banks (Underground Resistance) y el desaparecido James Stinson (Drexciya), dos tipos que le inculcaron el amor por el electro y el techno de formas punzantes. Más tarde volvió a su San Francisco natal, donde ayudó a dar forma a la escena de IDM local, aquella que floreció alrededor de sellos como Phthalo, Plug Research o Mush, y de la que saldrían artistas del calibre de Dntel, Daedelus, Sutekh o Kit Clayton. Que Douglas nunca alcanzara el reconocimiento de sus compañeros de generación sigue siendo un misterio, porque sus discos de la época (entonces grababa como O.S.T.) son ejemplos finísimos del género; artefactos en los que se funden de manera ejemplar melancolía, ritmos cubistas y texturas alienígenas –no es casual que Autechre, tipos listos, se hayan declarado siempre seguidores del chaval.

 

Quizás para intentar cambiar su suerte, Douglas se mudó a mediados de la década pasada a Berlín, y con la mudanza su estilo viró hacia una especie de ambient oscuro y ponzoñoso. Un ambient en el que gobiernan los drones y las formas mutantes, que graba bajo varios heterónimos creados ex profeso (Seaes, Scald Rougish o el que nos ocupa aquí, Dalglish), y guarda poca relación con aquella IDM que practicaba en su juventud. Antes bien, “Dorcha aigeann” está repleto de formas metálicas y de esputos de ruido; elementos de naturaleza abstracta, cuyo origen es a la vez indeterminado y extrañamente familiar –“Onair” parece estar montado a partir de fragmentos inconexos de emisiones radiofónicas, en “Uisge” muchos de los sonidos poseen una cierta resonancia acuática–, que colisionan entre sí en un magma volátil y abrasivo, que supone un asalto frontal para el oyente, pero que al mismo tiempo posee una rara cualidad hipnótica. Y es en ese equilibrio inestable entre caricia y violencia, entre emoción y alienación, donde se encuentra el valor de un de los EPs más salvajes e intensos que servidor se ha llevado a la oreja en los últimos meses. Una muestra más del talento superlativo de su autor. Vidal Romero

 

8

Cheval-Sombre  

08

Cheval Sombre

Madder love EP

Sonic Cathedral

 

 

Han pasado casi dos años desde que se publicó, pero el segundo disco de Cheval Sombre, “Mad love” (12), sigue brillando con la misma intensidad que el primer día: una colección de canciones de superficie líquida y corazón melancólico, que buscaba acomodo entre el folk primitivo, la psicodelia emborronada a lo Spacemen 3 y ese rock de trazo hipnótico que los neoyorquinos llevan en la sangre. En su sello, Sonic Cathedral, dicen que hasta mediados del año que viene no llegará la continuación, así que para entretener la espera se han sacado de la manga un precioso doce pulgadas (vinilo púrpura transparente, funda de polivinilo transparente con impresiones en reserva) con tres remezclas de una de las canciones del disco, la estupenda “Couldn’t do”, que viene a ser como desleír un tema de The Velvet Underground en algún líquido viscoso.

 

Abre la veda Justin Robertson, que coge del original muestras de guitarra, sitar y ruidos de ambiente, y construye un loop hipnótico, al que le aplica la terapia Deadstock 33s. Es decir: cambios brutales de intensidad, una línea de bajo acidísima y un ritmo motórico. Un puñado de muestras vocales, hábilmente situadas, añaden al conjunto una pátina rock que le sienta de maravilla. Richard Norris (aka The Time And Space Machine) tira por un lado más cosmico: una base rítmica a piñón, guitarras y sitares trazando espirales y un fondo repleto de efectos especiales le bastan para montar una de esas excursiones psicodélicas a las que es tan aficionado. Y aún más yonki es Tom Furse (de The Horrors), que sumerge la canción en un baño de disolvente, elimina ritmos y guitarras, añade sintetizadores burbujeantes, y termina entregando once minutos de ambient espectral; un viaje directo al centro mismo del cosmos. Una versión acústica de “Someplace else” (rebautizada para la ocasión como “Someplace slow”), que es aún más lenta y triste que la original, completa un EP que es puro goce. Vidal Romero

 

7

Lost  

07

Lost Twin

The mist

Squaring The Circle

 

Han quedado un poco sepultados en la memoria, apenas una nota al margen en la rica escena del hip hop nacional de finales de los noventa, pero lo cierto es que Hippaly fue uno de los proyectos más interesantes de aquella época. Un trío sevillano que, nadando un poco en contra de la corriente imperante, se dedicaba los beats abstractos, y que encima lo hacía bastante bien. Hippaly ha quedado en el olvido, como iba diciendo, y a mí me produce particular orgullo que Carlos R. Pinto, otro sevillano (aunque exiliado en Brighton desde hace años), aproveche para reivindicar al trío cada vez que tiene ocasión. Es la manera que tiene de reivindicar también sus propias raíces, que deben tanto al electro y al hip hop instrumental de los noventa (aquello que se dio en llamar abstract beatz), como al ambiente de la ciudad en la que creció.

 

Lost Twin, el proyecto que gestiona Pinto en solitario, comenzó reinterpretando esas influencias con una notable habilidad, pero en algún momento se convirtió en algo mucho más interesante. Se convirtió en una criatura que mezclaba beats a cámara lenta con imágenes cinematográficas, ambientes en descomposición y sonidos de naturaleza incierta –más cercano en espíritu a Prefuse 73, Flying Lotus o Hieroglyphic Being que a DJ Shadow, para entendernos–. Que los amalgamaba en composiciones de formato libre, repletas de emoción y melancolía. Una manera de hacer que cristalizó por primera vez en la (fantástica) mixtape “Twin talk”, publicada a principios de 2013, y que con su nuevo mini-LP, “The mist”, alcanza una madurez plena.

 

Y eso que el título no me termina de convencer: “The mist” significa la niebla en inglés, y en realidad gran parte de los sonidos y de las imágenes que se amontonan en los ocho cortes que contiene este disco trasmiten una sensación acuática. Son canciones de bordes difusos y pulso cinemático, que igual recurren a los glitches y a las voces recortadas –como en la estupenda “Snake snake”–, que reinterpretan a su manera el legado de la IDM más melancólica (el de artistas como Boards Of Canada o Tycho). Que en “Acuario de plantas” utiliza arpas y otros instrumentos orquestales para dibujar un ambiente deliciosamente retro (es como ver una película de la Disney en una cinta de vídeo que se ha utilizado demasiadas veces), y en “The tides” apila drones, marimbas y percusiones exóticas, añade un juego de melodías que surgen desde el plano de fondo, y da forma a una pieza que suena como a Steve Reich, pero leído a través de los ojos de Tortoise. Que manipula los sonidos para darles un aura mágica y mística, que juega con las sensaciones del oyente –un poco a la manera del pop hipnagógico-, o directamente se permite pequeños chistes: ahí está “Gamelan”, un delicado interludio con sabor oriental, que da exactamente lo que su título promete. Todo eso cabe en treinta minutos que se cierran entre aires fantásticos –con la estupenda “Coda”, una pieza que me trae a David Axelrod a la cabeza–. Treinta minutos que además vienen prensados en un precioso vinilo de color verde. Tan bonito por fuera como por dentro. Vidal Romero

 

6

New-Jaxkson  

06

New Jackson

Having a Coke with You EP

Permanent Vacation

 

El segundo EP de New Jackson para el sello bávaro Permanent Vacation en apenas ocho meses es otra nueva buena muestra del buen hacer del productor irlandés David Kitt. La impresionante cara A, diez minutos de puro balearic sound, es uno de los temas del año. “Having a Coke with You” se abre con un remanso digno de Sigur Rós agitado por tenues instrumentos de viento que, junto a los violines de rasgado hindú, mecen al oyente en un viaje interestelar (ese piano es puro “Cosmos”) que va ganando en ritmo e intensidad hasta el placentero final. En la B, el electro planeador de “OK alone OK” y el midtempo disco de “Player Piano” redondean un maxi que aunque todos somos perfectamente conscientes de que no es un prodigio de originalidad gana con cada escucha por su sincero, detallado y efectivo revival. Half Nelson

 

5

Benoit--Sergio  

05

Benoit & Sergio

Your Darkness EP

Visionquest

 

El único "pero" que se le puede poner al último EP del dúo francés-americano Benoit & Sergio para el sello de Seth Troxler y amigos, Visionquest, es el título. ¿Por qué "Your Dakrness" cuando se podría haber titulado "Beat Macho", el mejor tema de este EP de tres cortes repletos de bases ideales para sudarla muy gorda sin camiseta este verano en cualquier playa del mundo?

 

Si "Beat Macho" (el título, EL TÍTULO) nos hubiera llegado antes, lo hubiéramos metido sin dudarlo en los diez temas del verano que sacamos en el artículo Summer Beats. Una base trepanacerebros, efectos simiescos (a lo "Planet of the Shapes" de Orbital) y una frase en japonés que provoca movimientos espasmódicos en toda la columna cerebral. Un putu hit, para entendernos. Sobre todo cuando empieza los desbarres de sintentizador setentero, como si Bernie Worrell de Funkadelic estuviera puesto de M hasta las cejas. A su lado, "Your Darkness" y "Splash" palidecen, claro, pero no se dejen engañar, que también son dos temas muy efectivos para dejarte la pista hecha unos zorros, sobre todo, "Splash", con esa base tan veraniega. Manu González

 

 

4

cpiart  

04

C.P.I.

El túnel / Proceso

Hivern Disc

 

 

El debut de C.P.I., ese proyecto que comparten mano a mano Marc Piñol y Hugo Capablanca, es uno de los maxis más esperados de los últimos meses. Un revuelo que no tiene que ver con el carisma y el buen estar de la pareja, sino con la omnipresencia, en maletas tan lustrosas como las de Andrew Weatherall, Daniel Avery, Tim Sweeney o Mauricio Rebolledo, de uno de los cortes que contiene: la remezcla de Barnt para “Proceso”. Viniendo de esos tres personajes, se trata por supuesto de un hit tan extravagante como irresistible: un ritmo obsesivo, unos metales cargados de ácido, varias capas de sintetizador floreciendo desde el plano de fondo y, de repente, una melodía marciana que parte el tema en dos y hace levantar los brazos a toda la pista de baile.

 

Así las cosas, resulta una sorpresa descubrir que las dos canciones originales son todavía mejores que la remezcla. Grabadas en directo, en dos días de encierro en el estudio de Piñol, y luego arregladas hasta alcanzar un nivel insano de detallismo, las dos producciones comparten ese gusto por la repetición obsesiva; por la búsqueda de un estado hipnótico a base de sumar capas y más capas de instrumentos, ruidos y efectos especiales. “Proceso”, con sus ritmos palpitantes y su (aparente) desnudez, tiene un aire más industrial y post-punk, incluso llegan a sonar gruñidos en algún momento. Pero es “El túnel”, una auténtica odisea cósmica, construida alrededor de una musculosa línea de bajo y de un ritmo que fluye con la cadencia de un metrónomo; un delirio narcótico, que se va más allá de los quince minutos, la auténtica joya de este maxi inapelable. Que la portada sea, además, una de las mejores que ha hecho Arnau Pi para Hivern, lo convierte en un artefacto completamente coleccionable. Vidal Romero

 

3

shackleton  

03

Shackleton

Freezing opening thawing

Woe To The Septic Heart

 

 

Cuenta Shackleton, en la escueta nota de prensa que acompaña a “Freezing opening thawing”, que su nuevo maxi supone el comienzo de un cambio, “el abandono de la manipulación de samples en favor de los procesos de síntesis”. O dicho de otra manera, el productor inglés es el último en apuntarse a una corriente, que recorre en los últimos tiempos el mundo de la música electrónica, y que consiste en dejar de lado los ordenadores y recuperar los procesos artesanales: tocar las cajas de ritmos con las manos, programar los sintetizadores sin ayudas informáticas, manipular filtros y efectos en tiempo real y sin colchón de seguridad. Una forma de trabajar que ha producido algunas de las obras más interesantes de los últimos tiempos –pienso, por ejemplo, en el monumental “The inheritors” (13) de James Holden- y que encaja a la perfección con la asfixiante presión sonora que a Shackleton le gusta introducir en sus producciones.

 

Publicado casi dos años después que “Music for the quiet hour / The drawbar organ EPs” (12), aquel monumental disco doble en el que nuestro hombre vació todas sus obsesiones y llevó al límite todos sus recursos, “Freezing opening thawing” parece estar diseñado como un artefacto de transición. Muchos de los elementos que siempre han formado parte del vocabulario de Shackleton siguen ahí –las polirritmias de aire tribal, los ecos ancestrales, las melodías psicodélicas–, pero la suciedad atmosférica casi ha desaparecido: ya no hay cámaras de ecos monstruosas, no hay bajos que parecen sonar desde el abismo, no hay nubes de oscuridad tiñéndolo todo con sombras. Esa intención evolutiva se nota sobre todo en la cara B, con un “White flower with silvery eye” limpio y casi pastoral, que añade a las melodías un acento tropical y juega con voces no muy alejadas del pop, y con un “Silver keys” descaradamente psicodélico, repleto de voces manipuladas, detalles cósmicos y líneas de sintetizador que se retuercen en el plano fondo. Y si esas dos pistas muestran por dónde irá el futuro, el músculo lo exhibe el tema titular: un laberinto de ritmo frenético que se va más allá de los once minutos, en el que infinitas capas de percusiones tribales van entrando y saliendo de manera continua, punteadas por nubes melódicas, arpegios hipercinéticos y voces que resuenan como psicofonías violentas. Un híbrido imposible entre el shangaan electro, el minimalismo neoyorquino de los setenta y los mantras chamánicos, que demuestra que las visiones de Shackleton siguen siendo tan espectaculares como inimitables. Vidal Romero

 

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Her-Dream  

02

Fort Romeau

Her dream

Live At Robert Johnson

 

 

Cuatro maxis y un puñado de remezclas es todo lo que ha necesitado Mike Greene para convertirse en uno de los productores de house más interesantes que hay ahora mismo en Inglaterra. Una reputación en la que influyen los sellos en los que ha publicado (100% Silk y Ghostly, casi nada), pero que se debe sobre todo a su manera de producir, en la que se mezclan la recuperación reverente del house clásico y la elaboración de atmósferas exuberantes. Un sonido que encaja a la perfección en el zeitgeist que atraviesa el género en la actualidad, y que se aleja del minimal en favor de ese deep house teñido de glamour que se cocía a finales de los noventa; el que facturaba gente como Deep Dish o Luomo –sobre todo Luomo: a Greene se le nota que ha escuchado “Vocalcity” (00) hasta la saciedad.

 

Los tres cortes de “Her dream”, el quinto EP que graba nuestro hombre como Fort Romeau, insisten en esa estética entre elegante y musculosa. Tres pistas que eluden el subidón y prefieren ir construyendo una atmósfera envolvente poco a poco, enroscándose alrededor de samples vocales que adquieren una cualidad hipnótica, de cortinas de sonido que evolucionan con parsimonia y de sutiles arreglos que ayudan a mantener la tensión en la pista de baile. Ahí están para demostrarlo esos cencerros, tan DFA, que suenan en “I knew”, el elaborado juego de capas que va deshojando “Pirouette”, o los toques ácidos que adornan “Her dream”, siete minutos repletos de épica, que constituyen lo mejor del maxi con diferencia. Mucha clase. Vidal Romero

 

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Sunny-Graves---Bayou-EP---cover-800x800-72ppi  

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Sunny Graves

Bayou EP

Disboot

 

 

Todos los que estuvimos en su actuación del Sónar 2014 sabemos que lo de Simon Williams con Sunny Graves va muy, pero que muy en serio. Atrás quedan proyectos como Jahbitat, o Narwhal (junto a Cristian Vogel), porque a partir de ahora, todos los esfuerzos de este joven británico afincado en Barcelona se van a transformar en trabajos bajo el nombre de Sunny Graves.

 

Si en el concierto del Sónar, Williams eligió sobrecargar su música de texturas más oscuras y densas, en "Bayou EP" redescubrimos el arte para la melodía del artista anteriormente conocido como Jahbitat en temas tan bonitos como "Bayou". Difícil de catalogar, aunque dueño de una paleta de sonidos bastante personal, esa pasión por el ambient más sinfónico también está presente en "Drawing hands in soft light", que apunta maneras cósmicas. La parte más rítmica está presente en "Ghosts", un ejercicio sónico a medio camino entre el techno-ambient más oscuro y el downtempo. Dejamos para el final la inicial "Spring (Slow return)", un estallido de luz en medio de una minisinfonía de ruidos industriales. Vayan apuntando el nombre de Sunny Graves en su libreta de imprescindibles para el futuro. Manu González

 

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