Radian
El músculo y la risa
Fotos: Klaus Vyhnalek y Ruth Ehrmann
Sobre el papel podía parecer una combinación extraña: por un lado Radian, una banda que tritura géneros como el ambient el post rock y la improvisación libre, que construye discos en los que la tensión se puede cortar con un cuchillo y la sensación de amenaza es continua; y por otro lado Howe Gelb, un tipo con una visión desértica y humorística del rock y la americana. Pero sucede que la realidad desafía a veces a la lógica, y que en esas ocasiones se producen accidentes gozosos: es lo que pasa con “Radian verses Howe Gelb” (Radian Releases, 14), un disco que funciona como un perfecto equilibrio entre el músculo y la risa.
“Me gusta pensar que siempre ha existido una cierta dosis de pop en nuestras canciones”, explica Martin Brandlmayr desde su estudio en Viena. Brandlmayr es el percusionista de Radian y también el que se ocupa de los arreglos y la edición de la banda; el responsable último de ese clima de tensión que se respira en discos como “Rec.extern” (02) o “Chimeric” (09). Trabajos que, según nuestro hombre, “utilizaban recursos propios de la música concreta para construir canciones de pop o de rock. En esta ocasión, en cambio, hemos dejado que las cosas sucedieran de una manera más natural, así que las estructuras son mucho más claras y los detalles y citas experimentales están ocultos en un segundo plano. Por supuesto, incorporar una voz y formatos tradicionales de canción al discurso de una banda que siempre ha sido instrumental es un gran paso; un paso en el que tiene mucho que ver el trasfondo del que venía Howe Gelb. Y te confieso que ha resultado muy interesante jugar con esas influencias tan distintas y escribir un disco que pudiera funcionar dentro de nuestros parámetros particulares. Tanto como tomar la voz y la guitarra de Howe y situarla en un contexto completamente alienígena para él. En ambos casos se trata de una abstracción de la música popular, que es una idea con la que nos sentimos muy cómodos”.
En ese viraje hacia lugares (digamos) más asequibles, tiene mucho que ver la presencia de un nuevo miembro en Radian, el guitarrista Martin Siewert, que entró en la banda en 2011, en sustitución de Stefan Németh. “Después de que Stefan nos dejara, John Norman y yo nos pusimos a pensar en quién podría ocupar su lugar”, explica Brandlmayr, “y Martin Siewert fue siempre nuestra primera opción. Yo lo conocía porque habíamos trabajado juntos en varios proyectos, como Trapist, y sabía lo amplias que son sus capacidades musicales. Quiero decir, no es sólo que se trata de un guitarrista excelente; es que además es muy buen ingeniero de sonido, un tipo con mucho gusto a la hora de manipular sonidos y de inventar nuevas técnicas para procesar el resto de los instrumentos”.
Y en cuanto a Howe Gelb, cuenta Brandlmayr que lo conocieron “hace varios años, durante una gira de aniversario de Thrill Jockey”, el sello para el que grababan tanto ellos como el de Arizona en aquel momento. “Decidimos hacer algo juntos, así que Howe vino a vernos a Viena en un par de ocasiones, y grabamos lo que terminaría siendo el punto de partida para el disco”. “Comenzamos a trabajar aquel material en detalle en algún momento de 2011”, prosigue Martin Siewert, “y después de aquello volvimos a reunirnos con él en un par más de ocasiones, para grabar pistas adicionales y realizar algunos arreglos. Pero aparte de esas sesiones ‘en directo’, hemos pasado todo este tiempo intercambiando ideas y archivos a través de internet. Así que el disco es el resultado de un proceso continuo, que se ha desarrollado a lo largo de varios años”.
Decís que la base de las canciones eran improvisaciones realizadas durante esas sesiones que habéis comentado. Pero, ¿hubo algún tipo de guía en esas sesiones, o todo fue espontáneo?
(Martin Brandlmayr) Partimos de algunas estructuras creadas ex profeso para este proyecto, sobre las que Howe se dedicó a improvisar. Pero también utilizamos algunas canciones que él tenía escritas y que formaban parte de su repertorio en aquel momento. Todo el proceso fue muy interesante, porque grabar con Howe es algo muy parecido a tomar una fotografía: tienes una captura de ese momento; de un momento irrepetible, porque hablamos de un tipo que no toca dos veces la misma canción, que siempre está introduciendo cambios y arreglos distintos. Así que nuestro trabajo consistió en tomar esas fotografías, cortarlas en cachitos, y reconstruirlas después en un nuevo contexto.
(Martin Siewert) Durante ese proceso, además, extendimos esa idea de cortar y reconstruir en un nuevo contexto a nuestro propio material, lo que significa que muchas partes de guitarra y batería han terminado sonando de manera muy distinta a como se habían grabado.
Pero esa idea de editar las improvisaciones que realizabais en el local de ensayo ha sido siempre parte de Radian, ¿no? En realidad, lo que a mí me sorprende del disco es todo lo contrario: cómo muchas partes de las canciones parecen haber quedado intactas. No sé si tiene que ver con el hecho de que existen letras, y eso obliga a mantener una cierta narrativa lineal.
(MB) Hemos trabajado de manera diferente en cada canción, pero es cierto que hemos dejado muchas partes intactas, sólo con el añadido de instrumentaciones adicionales: es algo que sucede en “Return to Picacho peak”, por ejemplo. Pero luego hay otras piezas, como “From birth to mortician” o “Saturated beyond”, en las que utilizamos samples de la voz de Howe para crear canciones nuevas. Por supuesto, trabajar con letras de canciones añade interés y complicaciones al proceso de composición, pero al final nos ha servido para construir toda una red de referencias, que establece conexiones ocultas entre las distintas canciones del disco.
(MS) Eso significa que, aparte de la narrativa más o menos obvia que deriva de las letras de Howe, hemos construido otra narrativa global, que afecta a todo el disco. Una idea que influye en el equilibrio entre partes cantadas e instrumentales, en la posición de las canciones o en la confrontación entre los momentos con más groove y las baladas.
(MB) También hemos reutilizado muchos elementos; hay samples vocales y partes de canciones que vuelven a sonar en otras canciones. Por ejemplo, “From birth to mortician” reutiliza material que grabamos para “...and back”, y en “Pitch and sway again” puedes escuchar las mismas voces que en “Saturated”.
Creo que los momentos más interesantes del disco son esos en los que se reconoce la voz de Howe Gelb, pero con el añadido de vuestros instrumentos y estrategias. Me refiero a canciones como “From birth to mortician” o “Return to Picacho peak”, que funcionan casi como remezclas realizadas en directo.
(MB) “Return to Picacho peak” es un clásico de Howe, y la historia alrededor de esa canción tiene su miga. Howe la grabó con el portátil directamente encima del piano, utilizando el micrófono interno del ordenador, y nos mandó la grabación tal cual. La interpretación era maravillosa, pero el sonido era terrible, así que lo desmantelamos todo en partes pequeñas, pero siempre intentando que la estructura se mantuviera intacta. Por un lado separamos por completo la voz y el piano; por otro, manipulamos el sonido del piano, para quedarnos sólo con la parte de percusión, el ruido que hace la tecla al golpear la cuerda. Luego tomamos esa reducción radical del piano y la procesamos a través de amplificadores, y tocamos con nuestros instrumentos por encima. Así que al final se trata de una pieza reorquestada por completo, pero que en el fondo mantiene la estructura original.
En cuanto a “From birth to mortician” el proceso fue muy distinto. Al principio era una canción de Radian por completo, pero Howe se puso a improvisar por encima, utilizando la letra de una vieja canción de Giant Sand, y decidimos utilizar fragmentos de esa canción, samples y piezas que después añadimos al resultado final. Desde mi punto de vista, el resultado es una canción de Radian por la que sobrevuela el fantasma de Howe Gelb.
El disco incluye una curiosa versión de “Moon river”, el clásico de Henry Mancini y Johnny Mercer. ¿Por qué precisamente esa canción?
(MB) Howe la tocó exactamente de esa manera y a nosotros nos encantó. No veíamos ningún sentido a añadir más instrumentos, así que la dejamos tal cual, apenas con el detalle de ese “coro de Radian” que se puede escuchar en la sección instrumental.
¿Habéis pensado en tocar en directo con Howe Gelb? ¿Cómo sería la experiencia, más cercana a una estética improvisada, o tal vez rehaciendo las canciones del disco para que sonaran como una banda clásica de rock?
(MB) Ya hemos tocado un par de veces juntos, y el resultado ha sido una mezcla de esas dos cosas. A Howe no le interesa plegarse a una canción de manera exacta, así que solemos abrir espacios para la improvisación, pero siempre dejando que algunos de los elementos originales permanezcan intactos.
¿Y por qué habéis publicado vosotros mismos el disco? ¿En Thrill Jockey no estaban interesados?
Thrill Jockey publicó algunos discos de Howe Gelb y Giant Sand, pero en algún momento decidieron dejar de trabajar juntos, así que decidimos que era mejor editar el disco por nuestra cuenta. Y está bien, porque montar nuestro propio sello nos permitirá trabajar en proyectos especiales en un futuro cercano.
O sea, que tenéis otros proyectos en marcha.
(MB) Ahora mismo estamos concentrados en un nuevo disco para Radian, que nos gustaría publicar en 2015. Tenemos bocetos avanzados para casi todas las canciones, pero todavía queda mucho trabajo de composición, grabación y producción por delante. Y también tenemos en marcha un par de colaboraciones más, con Mats Gustafsson y The Necks. Con estos últimos estamos tocando mucho en directo últimamente, con idea de grabar un disco en un futuro próximo.
(MS) También hemos realizado algunos proyectos especiales, como un programa de películas en 35 mm, en el que tocamos sobre películas hechas ex profeso por directores como Peter Tscherkassky y Ben Russell. Es algo que hicimos para el Viennale Film Festival en 2012, pero que nos gustaría llevar aún más lejos.

Vidal Romero
Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.