Desde que se sacudiera al ritmo de "True Blue" agarrada a los barrotes de su cuna, quedaron claras dos cosas: que Virginia Arroyo nunca sería una gran bailarina y que su futuro pasaría de una manera u otra por la música. En el shuffle de su iPod te puede sorprender perfectamente Britney Spears entre los temas de Foals, Four Tet, Lindstrøm o Boards of Canada, y lo peor de todo es que en lugar de sonrojarse probablemente se pondrá a bailar y cantar como una loca. Ahora, tras colaborar en diversos medios musicales como Go Mag, Mondosonoro, Neo2, H Magazine o Calle20, aterriza en Blisstopic con todo el empeño y la ilusión de alcanzar cuanto antes esa soñada blisstopia.
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