Menu
britney-jean-album-cover-britney-spears-35920943-960-951-1385498535  

Britney Spears

Britney Jean

RCA / SonyBMG

6,3

Retrospecter pop

Antonio Bret

 

La Britney está mayor. La llamo ''la Britney'' porque ya es parte de la familia, como la Loli la del quinto, que se peleó con el padre de la Juana porque le pinchó el balón a su niño. Que la Britney ya tiene treinta y dos años. Quince desde el lanzamiento de aquel ''...Baby, one more time”. Durante ese tiempo le ha pasado de todo: ha tenido problemas mentales, ha sido madre, se ha quedado calva, ha tenido orgasmos (digo yo, porque si no, pobrecilla), ha protagonizado esperpénticos episodios con la prensa, se le ha visto el pussy al bajar de un coche y, lo que es más importante, ha dejado una ristra de discos de calidad indiscutible para el pop mainstream: Esos discos contenían, al menos, cuatro o cinco canciones innovadoras y revolucionarias, de esas que asimilan, para el gran público, sonidos que pertenecen a la liga de los macarras, independientes y tipos malos como el dubstep o el R&B más cerdo y lúbrico. Se podrían enumerar así, a bote pronto, clasicazos como "I'm a slave 4 U", "Toxic", "Me against the music", "Gimme More", "Piece of Me", "Womanizer", "Radar", "Hold It Against Me" o "'Till The World Ends". Casi nada. ¿Qué otra artista puede hacerle sombra? Claro, Madonna. La Madonna culpable del declive de la Britney, cuando le comió el boquino y, cual súcubo, intentó acabar con ella chupándole la creatividad. Es broma. No, en realidad no.

 

Y ahora, a finales de 2013, nos sorprende, por lo inesperado del lanzamiento, solo por eso, con un nuevo disco, titulado “Britney Jean”, que es como la llaman en su casa cuando le quieren pedir dinero. Y claro, ella dice que es su disco más personal, un disco en el que sus fans van a poder conocerla como es ella realmente, desnuda (ajolá), sin filtros, cruda, blablabla, y mil clichés más. ¿Lo ha conseguido? ¿Qué se esconde tras este “Britney Jean”? Sin más rodeos, vamos a proceder a contaros qué tal está, qué se esconde tras estos diez cortes, aunque os haréis una idea por la nota que he tenido a bien darle.

 

“Britney Jean” es un disco eminentemente producido por Will.I.Am, que, en la mayoría de los casos, la gente conoce como “el negro de los Black Eyed Peas”: un tipo ubicuo y fanático de la EDM más barata y efectista que existe, con perdón de su amigo David Guetta. Esto se traduce a que los cortes producidos por Will.I.Am son terribles. Insultantes. Feos. Mal producidos. Excepto dos, que analizaremos más tarde. En total, cuatro. Casi la mitad del disco. “It Should Be So Easy” cuenta con ¡¡6!! productores, entre los que se encuentra, además, David Guetta. Aparte de lo horrible de la vocorizada voz de la diva, Will.I.Am se dedica a robar protagonismo cantando, meter subidones de baratija, espídicos riffs que nos remiten a lo peor de 2010, a esas sesiones pesadas de mandíbula desencajada, sobaca sudada y pezon al aire (eh, eso mola) de, por ejemplo, Swedish House Mafia. Ya saben, mucho tiiitititititiiiii piu piu piu pero cero inventiva. Ahá. Buena la has hecho. La segunda, "Body Ache". Esta, ¡¡5!! productores. Se ve que el muchacho le cogió el gusto al electro de todo a cien de los últimos Black Eyed Peas y ¡Ale! construyamos una 'canción' sin gracia en lo que menos importe sea la Britney. La tercera, "Chillin' With You". No, a ver. Pongámonos serios. ¿Pero esto QUÉ ES? ¿ESTO-QUÉ-ES? A ver, si querías hacer un dueto con tu hermana Jamie Lynn, podrías haber grabado una sextape y no hacer esta abominación pseudo-folky country con ritmitos tiquitiqui anodina, aburrida e insulsa, cursi y empalagosa hasta decir basta. Y la cuarta. Esta con silbidito inicial y todo. “Don't Cry “ se llama. Aunque es la mejor, de lejos, de las cuatro, es un intento desangelado por recuperar la fuerza y la épica de baladones de sus inicios como “Sometimes” o su insuperable “Everytime”. Y dejarla para el final del disco... Pues mira, no invita a darle al play para volver a escucharlo.

 

¿Pero es todo ponzoña en el último, y más personal, trabajo de Britney Spears? Por supuesto que no. Comienza con “Alien”, una preciosidad futurista llena de matices, casi lo mejor de todo el disco, producida por un William (el William bueno) Orbit en estado de gracia; “Work Bitch”, el primer single que, aunque haya metido las zarpas el bueno (es un decir) de Will.I.Am, se revela como un pildorazo clubero, musculoso, sudoroso, con esa mezcla de voces orgásmicas que tan bien se le dan a la rubia; “Perfume”, la balada que le ha escrito Sia y que también aparece acreditado el bueno de Will.I.Am, es una bellísima pieza a piano épica que, esta vez sí, recuerda a sus grandes interpretaciones de toda la vida; “Tik Tik Boom”, colaboración con T.I., con ese aire urban de Grand Theft Auto que pide una remezcla dubstep a gritos, contundente como un mazazo, adulta y completa, llena de parones acústicos y remolinos percutivos como miembro viril de samoano. Y por último “'Till It's Gone” que aunque me juego el cuello a que es un descarte de su anterior “Femme Fatale” no deja de ser uno de esos partecuellos dubstep hipervitaminado que tan bien funcionan a las 3 de la mañana en cualquier garito de extrarradio. Nos queda “Passenger”, producida por un Diplo un tanto despistado, que si bien empieza con esos aires bangrah y como del tercermundochic tan queridos por él, da paso luego a una guitarra metalera que no pega ni con cola y con la que te imaginas a la Britney cantando, mirando hacia todos lados, y pensando: “que quiten la puta guitarrita que no soy Billy Corgan". Eso sí, el estribillo es para enmarcarlo.

 

Pues este es el análisis de las diez canciones de la edición 'normal' del disco. Luego tenemos la de lujo, que viene con una olvidable remezcla de “Perfume” y tres inéditas, que oscilan entre los experimentos con gaseosa y los baladones imponentes que tan bien solía hacer.

 

Así se nos queda el disco: Cuatro canciones a olvidar, cinco temazos que oscilan entre lo realmente bueno y lo glorioso y una cancioncita fallida pero aprovechable. Parece que lo que ha intentado la Britney en este “Britney Jean” es hacer un repaso a su carrera: tener canciones a la antigua, con sus baladones, sus arrebatos disco-pop y su puntito de vanguardia. ¿Cuál es el problema? Juntarse con gente cuya concepción del futuro es una atracción de feria en Vilanova i La Geltrú. No más Will.I.Am, Britney, porque es tu Yoko Ono. Ese hombre no te quiere. Mira William Orbit, mira lo que hizo con Madonna y aquella obra maestra llamada “Ray of Light” y lo que ha hecho contigo en una sola canción. Vuelve, rubia loca y sudada, cantarina de causa perdidas, calva, arrebatadora, deja a tu hermana y las guitarras del campo y las retrospectivas. Vuelve a hacer lo mejor que sabes hacer. Ponérnosla dura con solo comenzar a cantar, como hacías en “Toxic”. Seguro que la perra que llevas dentro ladra implorando querer salir. Déjala suelta. Ya.

 

Antonio Bret

Nacido hace 36 años en el sur de España, Antonio Bret estudia producción de cine y TV pero se dedica, durante dos años, a contar historias de copleros en “Se llama Copla” de Canal Sur. Cinéfago y heterosexual solo de cintura para abajo, es fan de Lucio Fulci, David Cronenberg, Hayao Miyazaki y Mónica Naranjo. También es adicto a los one hit wonders de los 80 y el porno de los 70. Rechaza la depilación púbica y quiere abrazar, un día, a Phil Collins