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The New RaemonOh, RompehielosBcore 7,8Pop-rock |
Tras un parón de varios años, Ramón Rodríguez decide sacar de la hibernación a The New Raemon y abandonar su particular fortaleza de la soledad, donde parece que esta vez, la revolución interna no puede comenzar. Para volver a empezar, aunque a medida que pasan los años cada vez es más díficil, Ramón Rodríguez, decide volver al principio y sacar su nuevo disco en Bcore, donde dio sus primeros pasos como The New Raemon. “Oh, Rompehielos”, llega después que Ramón Rodríguez también volviera con su banda Madee, para celebrar el décimo aniversario del disco “Orion’s Belt” y para abrirse paso a través de la gélida “L’Antartica”, que daba nombre a su último disco con Madee. Y es que Ramón parece que tiene claro que, como cantaba en su último disco con Bcore, “Libre Asociación” (2011), hay que salir de aquí.
En “Oh, Rompehielos”, The New Raemon, sigue siendo “Dramón Rodríguez”, pero no es el mismo de “Tinieblas, al fin”. No busquen en su nuevo álbum guitarras punkarras, violines y metales, porqué no hay. Lo que sí que encontrarán serán novedades, siempre presentes en los discos de The Raemon, como una autoproducción sin artificios, el predominio de los medios tiempos y la presencia de una guitarra española arropada por una gran variedad de instrumentos de percusión como una marimba, un vibráfono o un tamborello entre otros; gentileza de Marc Clos que deja su personalísima imprenta en todos los discos en los que participa. Me vienen a la cabeza “Los peces de colores” de Nueva Vulcano o el trabajo homónimo de Vistalegre.
El disco, que mejora a cada escucha, se abre con la palpitante batería de “Una historia real”, que marca el tono sombrío de un álbum que habla sobre las relaciones rotas y que insiste en la necesidad de remontar y de los nuevos comienzos, que empiezan con “Oh, Rompehielos” y que no están exentos de incertidumbres, bien remarcadas por un certero zarpazo de guitarra y unos ritmos trotones. Con “La Reina del Amazonas”, asoman los primeros rayos de sol y las ganas de aventuras. A su alteza tropical se le contrapone la figura mitológica de “El Yeti”, que nos devuelve a los paisajes nevados que asoman en muchos de los trabajos de Ramón Rodríguez y nos trae el primer estribillo coreable del disco. Dice adiós a una relación que se desvanece con un final donde vuelve a tener protagonismo uno de los cachivaches de Clos en “Mientras sea un intruso”, persigue una “Quimera” a golpes de batería épica y desea suerte en los “Desencuentros” que además de contar con unos coros fantasmales, nos trae otro momento coreable. “Oh, Rompehielos”, cierra rajando de las habladurías con “Los hechos” y con una canción positiva y reposada como “Moneypenny”. Y antes de despedirse, nos recuerda en “Al margen” que “Recobró el aliento el mal tiempo / Sobrevino el fin de ciclo”. Bienvenido de nuevo.

Lidia Noguerol
Lídia Noguerol comparte profesión con Barbara Gordon (Batgirl). Cuando no le toca lidiar con adolescentes descarriados, borrachos y indigentes, se dedica a seleccionar música, cine, libros y cómics. Por la noche, cuando no va al cine o se queda en casa leyendo, transita autopistas y carreteras secundarias y recorre los ejes de comunicación del país, en busca de conciertos de los que hablar por la mañana siguiente en prensa local, portales culturales, blogs y prensa especializada como la extinta Go Mag. Buscando un mundo mejor, ha ido a parar a Blisstopic, un lugar tan excitante como Gotham.