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Keith-Jarrett  

Keith Jarrett, Charlie Haden, Paul Motian

Hamburg ‘72

ECM

7,5

Avant-garde, free jazz

 

Eduardo Hojman

 

Keith Jarrett no es sólo ese pianista cristalino y melódico que encandilaba a bellas damas con el “Köln Concert” y cuyas frases sonoras tan bien acompañaban los recorridos romanos de Nani Moretti en "Caro Diario". Tampoco es sólo ese irascible sufridor de fatiga crónica capaz de reprender a su audiencia por una tos o por una cámara imposible de ocultar a su ojo avizor. A principios de la década del 70, después de tocar con Charles Lloyd y Miles Davis, Jarrett se lanzaba a los abismos sin red de la improvisación plena y coqueteaba con el free jazz, siempre desde ese misticismo que le adjudicaba el rol de canal de la divinidad y carente en absoluto de humor. Hubo, por aquellos años, dos cuartetos de Jarrett: el europeo, más melódico y accesible, y el llamado “americano”, cuyo embrión fue un trío con Charlie Haden (gran bajista recientemente fallecido que hizo el camino del jazz más free y más salvaje a las melodías básicas del country y al romanticismo más desvergonzado) y Paul Motian, pata fundamental de trío con, por ejemplo, Bill Evans.

 

Aún no se había incorporado Dewey Redman a ese cuarteto, y a falta de ese subestimado saxofonista sí capaz de combinar el humor y la vanguardia, Jarrett a veces largaba el piano y se metía con la flauta y el saxo, un poco para perjuicio de todos los instrumentos implicados. En este concierto grabado para la radio de Hamburgo suena todo eso: los momentos en el piano son vanguardistas, sí, pero también insinúan las originales y cristalinas melodías por las que Jarrett es más conocido. Con la flauta mayormente mantiene una atmósfera, pero cuando la emprende con el sexo sus improvisaciones free, en explícito homenaje a Ornette Coleman (digamos, el inventor de todo esto) suenan más a berrinches arrogantes que a otra cosa. El concierto va y viene de esos campos, y en realidad el héroe de todo esto es Charlie Haden, cuya “Song for Che” es un festival de libertad armónica y rítmica bien entendida. Ahora que ECM parece estar sacando todo lo que encuentra del arcón de las cintas descartadas de Keith Jarrett, este disco puede considerarse un hallazgo para celebrar, incluso por la excelente calidad de sonido, aunque algo tendiente a la latosidad.

 

Eduardo Hojman

Nació en Buenos Aires en un siglo en el que los diarios pedían las notas escritas a máquina y en hojas pautadas. La primera vez que llevó uno de sus artículos en un floppy disk sintió que el mundo había cambiado para siempre. Después de abandonar la carrera de Abogacía y de graduarse de licenciado en Ciencias de la Comunicación, colaboró en más medios gráficos de los que le gustaría acordarse. Entre ellos, los diarios Clarín, Nación, Página 12, Sur, ABC y las revistas Página 30, Cuadernos de Jazz, Jaç y Down Beat. Dirigió los programas radiales 70 Monos y Después de Hora en la Radio Municipal de Buenos Aires y Barcelona Jazz Bar en la radio Contrabanda de Barcelona. Es miembro intermitente de la Jazz Journalists Association. Trabajó como editor de ficción en Emecé Argentina y actualmente lo hace en Ediciones Urano.