Dioses, héroes y superhéroes
Tiempos para la magia
Ilustraciones de Esad Ribic, Frank Quitely, Cliff Chiang, Jack Kirby, Christopher Moeller, David Mazzucchelli y Jill Thompson
A finales de 2016 se publicó en la colección Ma Non Troppo de Redbook Ediciones el libro “Dioses, héroes y superhéroes” de nuestro colaborador y socio Manu González, un tratado extenso en el que el autor de “Dance Electronic Music” (Redbook, 2016) se adentra en la búsqueda eterna entre arquetipos religiosos y los superhéroes de los cómics. Un libro para entender como el inconsciente colectivo ha permitido que los antiguos héroes y dioses mitológicos continúen viviendo en la piel de los modernos superhéroes de Marvel y DC.
Dividido en cuatro secciones dedicadas a Dioses (superhéroes casi divinos), Héroes (vigilantes más humanos), Mitos (donde residen los superhéroes más mágicos) y Villanos (esas mentes maestras del mal), “Dioses, héroes y superhéroes” recoge historia del cómic y tratado religioso y mitológico analizando en profundidad a treinta y cinco superhéroes de cuño americano como Superman, Wonder Woman, The Sandman, Thor, los Nuevos Dioses, los Inhumanos, Namor, Aquaman, los Eternos, Hércules, Linterna Verde, Shazam, Aztek, Doctor Extraño, Daredevil, Hellboy, Zauriel, Spider-Man, Batman, Hawkman, Metamorfo, Caballero Luna, la Cosa del Pantano, Animal Man, Deadman, Pandora, Fantasma Errante, el Doctor de The Autorithy, El Espectro, Demon, Thanos, Diacono Blackfire, Lucifer, Galaktus, Darkseid o Elektra. Por cortesía de Redbook y su autor, os ofrecemos íntegramente su introducción.
“Hubo un tiempo para la magia. Cuando esa magia se etiquetó, se ordenó y se clasificó, nació la religión. Y cuando la religión se hizo aburrida, se extendió el dogma. El ser humano ha ido encorsetando sus creencias con el paso de los siglos, olvidándose de las maravillas de la naturaleza. Hemos ido reduciendo la religión a aquello que atañe únicamente al alma y ya no tenemos dioses de las tormentas o de la agricultura, ni tenemos miedo de noche cuando los rayos eléctricos iluminan el horizonte. Aunque la ciencia también hizo de las suyas; y la filosofía, claro. Desde que Platón estableciera en la teoría de las formas que existe una división entre el mundo sensible y el mundo inteligible de la ideas, los dioses y los héroes míticos dejaron de caminar por la Tierra y se buscaron un apartamento, un terruño o un adosado en ese mundo de las ideas para toda la eternidad, convirtiéndose en arquetipos, en patrones de conciencia, en mitos, en leyendas.
Santo Tomás de Aquino (1224-1274), el filosofo cristiano medieval, compartía la máxima platónica de la existencia de una idea primordial, que ha permanecido en nuestras mentes desde la creación del mundo. El psicólogo suizo Carl Gustav Jung (1875-1961) fue un paso más allá cuando propuso en su estudio la “Realidad del Alma” que en el mundo primitivo todos los humanos poseían una especie de alma colectiva. Con el transcurrir de los siglos y la evolución, surgió el pensamiento y la consciencia individual, que ayudó a desarrollar las diversas culturas que surgieron en la Prehistoria. Los arquetipos representan los instintos, en el sentido más biológico y científico, pero también comprenden el lado más espiritual del ser humano. Se suelen manifestar en fantasías y mediante imágenes simbólicas. Para la psicología, el significado de los sueños siempre es simbólico. El ser humano no adquiere estas representaciones arquetípicas mediante educación o culturalmente, sino que es innata y hereditaria, como una manifestación instintiva del ser humano. Es posible que aquel mundo de las ideas platónico donde viven los dioses y los mitos forme parte del llamado consciente colectivo.
El mitógrafo norteamericano Joseph Campbell (1904-1987) partió de los estudios de Jung sobre la consciencia colectiva y los arquetipos para mapear muchos de los mitos religiosos mundiales hasta crear el Monomito, el Camino del Héroe, esa gran historia única de gran importancia espiritual que se reproduce miméticamente de cultura en cultura, de mitología en mitología, de religión en religión. La humanidad lleva buscando el mismo fundamento o fuerza desconocida desde que comenzó a dibujar en las paredes de una oscura cueva en las frías noches del invierno prehistórico. Podemos apreciar las fuerte guías del Camino del Héroe en “La Illiada”, en el “Kalevala”, en muchas vidas de profetas, en los libros de Harry Potter o en los tebeos donde un ser benevolente tiene poderes sobrehumanos. Como Joseph Campbell solía decir, “los dioses están dentro de ti… también están por ahí fuera, claro, pero mayormente viven dentro nuestro: son las mascaras que hemos ido colocando a lo largo de la historia a los misterios profundos de la humanidad”.
El guionista británico Alan Moore, una de las figuras más influyentes del cómic de superhéroes contemporáneo junto a Jack Kirby (el gran creador de dioses), piensa que “contar una historia, o la creación literaria o gráfica, están muy cerca del centro de la magia. Todos los dioses de la humanidad desde los tiempos del paleolítico son, de alguna manera, ficción. No quiero menospreciar la religión, ni a los diversos dioses, pero no dejan de vivir en el terreno de la ficción. Muchas veces esas ficciones tiene vida propia. Y la mayoría de veces, el autor puede manipular las emociones: utilizamos nuestro talento para cambiar la conciencia de los lectores. Es una clase de magia”. El autor de Northampton llegó a la misma conclusión que Platón y Jung cuando desarrolló su idea del Idea-Espacio. Un lugar universal donde se producen todos los acontecimientos mentales, pasados, presentes y futuros. Todas las ideas están concentradas dentro de ese espacio, un mundo gigante donde los conceptos, los mitos y las ideas con continentes e islas, que suelen agruparse por grandes sistemas de creencias filosóficas o religiosas. Podemos viajar del País del Marxismo al Continente de las Creencias Judeocristianas en un abrir y cerrar de parpados.
Evidentemente, allí también viven los héroes, los dioses y los mitos religiosos, patrones o arquetipos de la consciencia colectiva que se creían extintos desde que el Renacimiento, primero, y la Ilustración, después, comenzaron a edificar grandes ciudades modernas y tecnológicamente avanzadas en las tierras ricas y fértiles de Idea-Espacio. Aunque la literatura fantástica nunca se olvidó de ellos, y tuvo su lugar en los primeros héroes modernos de las novelas pulp y las primera tiras cómicas. Pero los dioses antiguos no se querían rendir tan pronto y comenzaron a introducirse en un nuevo formato narrativo que comenzaba a imponerse con fuerza en la industria literaria norteamericana: los cómics. Eran tiempos heroicos y los americanos quería héroes, y querían modernidad. Jerry Siegel y Joe Shuster introdujeron en 1939 la máxima de ‘más alto, más fuerte, más rápido’ en los tebeos, con un héroe obrero y moderno: el nuevo Hércules, Apolo, Ra, Balder, Gilgamesh, Moisés, Jesús… vestido de alegres colores y más americano que la tarta de manzana.
Desde entonces, los dioses y los mitos viven en el cómic de superhéroes. En panteones modernos como la Casa de las Ideas de Marvel Comics o en el Monte de los 52 Universos de DC Comics. Sus héroes han llenado la imaginación de los humanos, construyendo continentes enteros en las tierras del Idea-Espacio. Algunos superhéroes fueron calcados directamente de las pautas clásicas (como Wonder Woman o Hércules); a otros hay que rastrearlos entre la gran tela de araña que forma la mitología de la humanidad (Batman o Spider-man); algunos fueron creados para fundar extensas cosmogonías (The Sandman, los Nuevos Dioses o Los Eternos); mientras que algunos extraen sus mejores historias de su condición religiosa y ética (el catolicismo de Daredevil o el nihilismo de Thanos). Pero todos tienen algo en común, son arquetipos y pautas que se han ido repitiendo a lo largo de muchos siglos y diversas culturas. Te invito a descubrir esta nueva mitología que lleva fascinando a jóvenes y adultos desde hace más de 75 años.”
“Dioses, héroes y superhéroes"
Manu González
Ma Non Troppo
256 Págs.
El autor ha hecho una pequeña playlist con alguno de los temas más adecuados para leer este libro que incluye bandas sonoras de películas de superhéroes y clásicos de Mozart, Ligeti, Holst o Wagner.

Redacción
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