MUTEK ES 2015
El sonido de la velocidad
Fotografía James Medcraft
Creado por el canadiense Alain Mongeau en el año 2000, como una especie de sección investigación y ciencia dentro del Festival of New Cinema and New Media de Montreal (FCMM), el festival MUTEK se ha consolidado como una de las citas más importantes dentro del mundillo de la música electrónica. Un festival pequeño en formato (al menos, comparado con algunos de sus competidores), pero grande en ambición, que investiga las relaciones entre música, tecnología e imagen. Esta semana se celebra en Barcelona la sexta edición de la única franquicia que el festival tiene en Europa; una excusa perfecta para mantener una charla con su director a nivel local.
“Comenzamos a cocinar la idea en 2008, con el objetivo, más modesto, de tener un ciclo de eventos MicroMUTEK en la ciudad”, explica Alberto Nerone, director de la edición española de MUTEK desde su primera edición. “Llevábamos ya varios años en contacto con Musique Risquée, el sello del festival, y con la agencia que representaba a la mayoría de los artistas canadienses en Europa, así que era sólo cuestión de tiempo que llegáramos a un acuerdo de mayor calado”. Cuenta también que las cosas que le atrajeron desde el principio fueron “el formato y los valores del festival madre en Montreal; un festival muy urbano, que había ido creciendo a la vez que la comunidad artística local. Así que la idea era transmitir estos valores, funcionar como una incubadora artística y dar salida a ciertos proyectos locales que en aquel momento parecían tener menor proyección. Pensábamos que en la ciudad faltaba un evento, que estuviera fuera del circuito veraniego y de los grandes festivales, en el que la gente pudiera conectar con la música de una manera más íntima”. En ese sentido, Barcelona parecía el enclave para realizar un desembarco del proyecto en Europa, “ya que por un lado existe una fuerte colaboración entre los gobiernos de Quebec y Cataluña, y por otro lado hay aquí una gran comunidad latina que conecta con nuestra red global”. Una intuición que resultaría profética, porque “en estos últimos seis años la ciudad ha propiciado un vuelco importante en su imagen turística, enfocándose cada vez más en apoyar actividades de innovación y creatividad de vanguardia”.
Barcelona es la ciudad con mayor número de festivales dedicados a la música electrónica que existe en España, y una de las que más tienen en toda Europa. ¿Qué ventajas e inconvenientes aporta esto a MUTEK?
Creo que cada uno de los festivales que hay en Barcelona tiene una identidad y un camino conceptual muy marcado, así que el hecho de que puedan convivir distintas propuestas es positivo, algo que sin duda beneficia a la ciudad. Por otro lado, la decisión de programar el MUTEK durante el invierno tiene que ver, precisamente, con llenar un hueco en el calendario de la ciudad.
¿Y qué diferencia a MUTEK del resto de festivales que tienen base en la ciudad?
Diría que los valores diferenciales tienen que ver con el tipo de programación que realizamos, con el formato y el contexto. Este año tenemos hasta ocho espacios, de características muy diferentes entre sí, distribuidos en cuatro días. Esto hace que vivir la experiencia del festival esté ligado al propio hecho de vivir la ciudad. Para el público internacional es un aspecto muy positivo, pero también creo que hemos conseguido acercar al público local a espacios que generalmente no programan actividades de este tipo. Así que es una manera interesante de redescubrir la ciudad y sus espacios.
En cuanto a la programación, en cada edición hemos conseguido presentar artistas que actuaban por primera vez en la ciudad, debuts y presentaciones exclusivas. Y si en otras ocasiones hemos tenido a nombres como Actress, Falty DL, Omar S. o Laurel Halo, este año tendremos a los internacionales Robert Henke, Nonotak, Herman Kolgen, Veronica Vasicka, Magic Mountain High o The Persuader, y a los nacionales Reykjavik 606, Microfeel o Equipo, todos presentando material o espectáculos nuevos. Alentamos a los artistas para que exploren nuevos caminos, para que actúen en directo o adapten sus shows a espacios atípicos. En esta edición, por ejemplo, tendremos a Pedro Vian y a Eduardo de la Calle, dos productores muy reconocidos, que estrenan espectáculos en directo por primera vez en su carrera.
Una cosa que me parece muy interesante acerca de MUTEK es que se trata de un festival que sitúa a un mismo nivel a los videoartistas y a los músicos. ¿Tiene esto algo que ver con los orígenes del festival, como parte del Festival de Cine de Montreal?
También el formato del festival se inspira en el Festival de Cine de Montreal, ya que Alain Mongeau, director de MUTEK, era a su vez director de contenidos ¨new media¨ del festival. Pensó que el formato era adaptable, y que se podía ampliar a un festival que englobara la creatividad digital.
¿Cómo se realizan los emparejamientos entre músicos y artistas visuales? ¿Proponéis vosotros mezclas que os resultan interesantes, o buscáis a gente que ya haya trabajado antes?
La mayoría de proyectos nos llegan con el elemento visual y musical ya definido. Pero sí es cierto que en algún caso hemos conectado artistas visuales con músicos. Es algo interesante pero también delicado, porque depende en gran medida de la química que puedan desarrollar entre sí los dos artistas.
Acerca de esta cuestión, ¿hasta que punto funcionáis como “comisarios”? ¿Soléis realizar encargos de espectáculos exclusivos para el festival?
Este es un aspecto que nos interesa desarrollar más en Barcelona, sobre todo aprovechando la conexión con el eje Quebec/Cataluña. A nivel local, este año hemos colaborado con la Fundación Phonos, para dar forma a una residencia artística de 3 días. El proyecto final será presentado el jueves 5 de marzo en l´Auditori.
En cuanto a los artistas, en vuestra programación se mezclan espectáculos más intelectuales o experimentales con música de baile. ¿La intención es llegar a un público más amplio, o existe algún eje conceptual a la hora de proponer todos los espectáculos?
Se trata de englobar la máxima diversidad posible en el programa, con cierto criterio y sentido, tanto en la variedad de los espectáculos como en los géneros que abarcamos. La intención es llegar a distintos públicos y conseguir que conecten entre ellos; que estén abiertos a descubrir nuevas experiencias a través del festival.
En este sentido, me parece interesante que vuestra sección “de baile” suela escapar de criterios, digamos, convencionales. Antes bien, buscáis artistas que tienen una relación más experimental con la pista de baile. ¿Tiene que ver con el carácter del festival?
El festival se dedica, fundamentalmente, a presentar espectáculos en directo. Así que la sección ¨Nocturne¨ (o de baile) es la que supone un desafío más grande a la hora de programar un contenido original y arriesgado, pero que a la vez equilibre las necesidades de nuestro público. Sobre todo considerando que las propuestas semanales en esta ciudad se han sofisticado mucho, y dejan poco espacio para debuts, premieres y presentaciones exclusivas. Con el tiempo hemos ido arriesgado más, y este año, por ejemplo, hemos encargado el cierre del festival a Veronica Vasicka, que para muchos es una artista todavía por descubrir.
Otra cuestión interesante del Mutek es su carácter itinerante; no dispone de una sede fija, sino que va cambiando de espacio según el día y la hora. ¿Qué importancia tiene el carácter de esos espacios en la programación? Quiero decir, ¿buscáis a los artistas en función de los escenarios que tenéis disponibles, o intentáis encontrar espacios que respondan al tipo de artistas que queréis traer?
La variedad en los espacios es algo que nos interesa mantener e ir cambiando, porque de alguna manera, y al igual que los artistas, suponen cada año una sorpresa para el público. En esta edición hemos añadido la Fabrica Estrella Damm, l´Auditori, el Teatro Barts y el City Hall, todos espacios emblemáticos de la ciudad.
En cuanto a la programación, no la realizamos en base al espacio o viceversa, pero sí que nos interesa llevar artistas a contextos poco habituales. En 2013, por ejemplo, inauguramos el festival en la Estación de Francia con Laurel Halo, que había preparado un show especial para la ocasión. Nos llevó un tiempo convencerla y llevarla hasta donde queríamos, pero el resultado terminó siendo fantástico, para muchos el show más destacado del festival. En este sentido, creo que poder dialogar con los artistas para situarlos y ponerlos en las condiciones adecuadas es clave en el resultado final.
Muchas de las propuestas que realizáis vienen de la mano de artistas emergentes. ¿Entendéis Mutek como un escaparate hacia el futuro, como un laboratorio en el que investigar nuevas propuestas?
Por supuesto. Es el punto de partida desde el que planeamos el desembarco de MUTEK en Barcelona.
Para terminar, imagino que todos los espectáculos del festival te parecerán interesantes por igual, pero ¿hay alguno, o algunos, que te parezcan especialmente atractivos por alguna razón?
El apartado audiovisual es muy potente este año, y yo no me perdería los espectáculos en el Teatro Barts de Murcof & Simon Geilfus o el de Robert Henke. Destacaría también la jornada en la Fabrica Estrella Damm el Sábado 7 Marzo, en la que actúan Reykjavik 606, Microfeel y Woulg, y en la que también se exhibe la instalación de Olivier Ratsi (Antivj) y se realizan un puñado de conferencias claves del festival. Y por supuesto las noches, con Magic Mountain High, Veronica Vasicka, The Persuader, Eduardo de la Calle y Zenker Brothers.

Vidal Romero
Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.